Nayib Bukele, presidente electo de El Salvador

El domingo 3 de febrero se celebraron elecciones en El Salvador, y tal como lo habían sugerido las encuestas, los resultados fueron históricos, y es que por primera vez desde la Guerra Civil (1979-1992), gana un partido político que no sea Arena o el FMLN. El ganador fue Nayib Bukele de la coalición GANA-Nuevas Ideas, ex alcalde de la capital San Salvador.
Nayib Bukele fue declarado ganador en primera vuelta con 53.10% de los votos, con una participación ciudadana de 51.8%. El resultado fue completamente predecible media vez se tienen en cuenta las encuestas de los meses previos a las elecciones mismas. Todas las encuestas daban a Bukele como ganador, ya sea en primera o en segunda vuelta. Asimismo, tal y como se esperaba, en segundo lugar tuvimos al candidato Carlos Calleja de ARENA, quien ganó un 31.72% de los votos. Calleja reconoció el gane de Bukele y agregó que es importante reflexionar sobre los resultados y lecciones que dejó el proceso democrático. Además expresó su compromiso hacia el pueblo salvadoreño.
El gran perdedor fue sin embargo el partido oficialista, el FMLN, quien solo alcanzó 14.41% de los votos (habiendo alcanzado 50.11% en las elecciones del 2014). Ya se había hablado de una falta de confianza de parte de la población, y los resultados parecen ser un voto de castigo de los ciudadanos. Algunos miembros del FMLN, incluyendo al excandidato Hugo Martínez, sienten que es el resultado de una guerra en redes sociales, la cual ha afectado fuertemente al partido. Queda claro que ha sido un duro golpe para el FMLN, y tomará tiempo para que se pueda recuperar. Por su parte, el presidente Sánchez Cerén felicitó a Bukele por su victoria.
La participación como ya vimos, fue solamente de 51.8%, lo cual representa una reducción del casi 10% comparada a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2014 (60%). Esto va de la mano con lo que ya hemos visto previamente: una falta de confianza de parte del electorado salvadoreño hacia la clase política, sobre todo hacia la clase política tradicional e histórica. Este es solamente uno de los muchos retos con los cuales tendrá que lidiar Bukele; tiene que convencer a la población que representa una nueva vía política.
Nayib Bukele basó su posición principalmente en romper con el bipartidismo en la política salvadoreña, además ha prometido luchar contra la corrupción y luchar contra los altos niveles de violencia que sacuden al pequeño país centroamericano. Su periodo comienza el 1 de junio, pero eso no quiere decir que no haya actividad política para el presidente electo, todo lo contrario. Recientemente se ha abierto el debate sobre la construcción de un nuevo edificio para la Asamblea Legislativa salvadoreña, y Bukele ha dicho que se opone al proyecto, el cual costaría 32 millones de dólares. En su opinión, el precio es demasiado alto para un país con serias carencias en educación y salud, y por ende asegura que el dinero podría usarse para hospitales o escuelas.
Aún no se sabe quién formará parte de su gabinete de gobierno, pero el debate sobre el nuevo edificio de la Asamblea puede empezar a dar indicios sobre cómo funcionará el gobierno del presidente electo. Algunos diputados de ARENA se han sumado a la iniciativa y se han opuesto al proyecto multimillonario. Esto, junto con las declaraciones de Dagoberto Gutiérrez (asesor de Bukele) diciendo que en “ARENA hay gente sensible e inteligente que apoya a Nayib Bukele” da a entender que Bukele trabajará con, al menos, algunos elementos del partido ARENA. Además, Gutiérrez añadió que “en cambio, el FMLN se cerró y se están oponiendo a la construcción de escuelas y bibliotecas”, nuevamente dejando claro que la relación entre Bukele y el FMLN difícilmente dará frutos políticos. En cuanto al gabinete, se tendrá que esperar, y por ahora solamente se tienen rumores de quien podría formar parte del mismo.
Más allá de estos detalles relevantes al fin del bipartidismo, los resultados fueron históricos por otras razones también. Nayib Bukele tiene tan solo 37 años, y se convertirá en el presidente más joven de la historia del país. Además cuenta con una fuerte presencia en redes sociales, lo que hace de estas elecciones la primera gran victoria de los “millenials” en la política salvadoreña, y una nueva forma de hacer política en un país que necesita un cambio urgentemente.