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El sistema bipolar de la Guerra Fría lejos de olvidarse y quedar atrás, está en estos días más activo que nunca desde la caída de la URSS. Si bien, parece que los bloques no están igual de definidos que en aquella época, podríamos decir que en la “Guerra Fría” actual, además de entrar nuevos actores, el eje se ha desplazado al entorno de Asia-Pacífico. Los últimos movimientos tanto de China como de EEUU así lo demuestran, al igual que los socios de cada una de estas potencias.

En los últimos meses estamos asistiendo tanto a la formación de nuevas alianzas como a la revitalización de algunas ya existentes. Esto es debido en parte al alza de China tanto económica como militarmente y a su expansión hacia esta zona del mundo y a otras tantas.

Los marineros del destructor de misiles guiados USS Stockdale (DDG 106) conversan con los marineros de la marina china del destructor de misiles guiados Xian (153) después de un VBSS (visita, abordaje, búsqueda e incautación) Ejercicio para Rim of the Pacific 2016.

Viejas alianzas, viejos aliados

Y es que, las actuaciones en el Mar de China con la implantación de nuevas bases militares y la reclamación de estas aguas bajo su jurisdicción, los continuos hostigamientos a Taiwán mediante vuelos de aviones de combate o incursiones navales, las reclamaciones sobre las islas Senkaku japonesas o las supuestas pruebas con misiles hipersónicos, han llevado a los países de  la zona, los Estados Unidos y algunos otros, a reforzar alianzas y crear otras nuevas.

Por un lado, encontramos alianzas tradicionales como la de EE.UU., Japón y Taiwán. Ante los continuos actos de hostigamiento Chino a Taiwán, EE.UU. y Japón han respondido con el envío de armas y apoyo militar en el caso del primero, y el anuncio por parte del segundo de la instalación de bases de misiles de largo alcance en Ishigaki, a escasos kilómetros de Taiwán.

Por otro lado, tenemos las alianzas que se están revitalizando, como es el QUAD, éste se creó como una alianza entre EE.UU., Japón, India y Australia para contrarrestar el auge económico y militar de china en 2007. En 2017 ante la creciente amenaza China en el Mar de la China Meridional se revitalizó y se llegaron a acuerdos, pero ha sido en este 2021 cuando los acuerdos han sido más notorios y con mayor peso, debido a las acciones llevadas a cabo por China.

Ejercicios Malabar 2020 de la alianza QUAD. Fuente: Ministerio de Defensa de Japón

Nuevas alianzas, socios... ¿sorprendentes?

La nueva alianza de mayor peso creada el pasado 15 de septiembre es AUKUS, formada por Australia, Reino Unido y Estados Unidos. Esta nueva alianza es una alianza en materia militar, los dos últimos ayudaran a Australia a desarrollar su flota de submarinos nucleares además de cooperar en la mejora de otras capacidades como la guerra electrónica.

Si bien sus miembros dijeron que no era una alianza para contrarrestar a China, hace meses que llevan haciendo movimientos que van en la dirección contraria. Reino Unido tiene desplegado un grupo de combate con el portaaviones Queen Elisabeth en el Pacífico, el pasado septiembre atracó en la prefectura de Kanagawa, Japón. Este grupo hace meses que está desplegado en aguas de la zona Asia-Pacífico.

Por su parte, Australia, tras varios conflictos diplomáticos, apoyó las sanciones a China por parte de EE.UU. y las acusaciones de violaciones de derechos humanos.

Pero si hay alguna alianza que en estos últimos tiempos nos “sorprende” y nos puede hacer pensar en una nueva Guerra Fría, es la vista recientemente en aguas internacionales cerca de las costas japonesas, esta no es otra que la alianza sino-rusa.

Creación AUKUS. Fuente: NHK

El pasado 18 de octubre una flota de barcos de ambos países fue divisada por la FAD, la Fuerza de Autodefensa de Japón, cruzando el estrecho de Tsugaru, situado entre la isla de Hokkaido y la isla principal del archipiélago japonés, Honshu. Si bien este estrecho son aguas internacionales, nunca antes se había visto una flota de estas características en estas aguas, las cuales, son el paso entre el Mar de Japón y el Pacífico. Debemos tener en cuenta que, las islas Kuriles, reclamadas por Japón a Rusia y donde estos han construido bases militares, distan desde Tsugaru unos 800km.

Naves rusas de la flotilla sino-rusa. Fuente: FDA

Tras cruzar el estrecho de Tsugaru, la flota viró al sur, llegando frente a las costas de Izu, a unos 150 km de Tokio, desde allí volvieron al Mar de Japón cruzando el estrecho de Osumi, frente a Kagoshima, al sur de Japón. La FDA desplegó buques, helicópteros y aviones de patrulla marítima para el control de su  espacio aéreo y sus aguas territoriales.

Según el Ministerio de Defensa de Japón “no se había producido ninguna violación de las aguas territoriales japonesas y no se había infringido ninguna norma internacional con el paso de los buques”.

La alianza entre China y Rusia ya no es solo económica, estos ejercicios navales conjuntos muestran una alianza militar entre ambos países. Pero, ¿debemos creer que será una alianza solida?

Puntos donde fue vista la flotilla por la FDA. Fuente: Mapas del Mundo

¿Qué esperar de esta alianza?

La alianza entre China y Rusia, al igual que las acciones realizadas por China en el Mar de China Meridional, buscan mostrar fuerza ante los demás actores regionales sin olvidar a EE.UU., es un claro mensaje de China hacia Japón después de anunciar la base de misiles en Ishigaki, la construcción del Muro Sudoccidental y la proclamación de su apoyo a Taiwán en caso de una agresión china.

Es también un mensaje a los Estados Unidos, dejando ver el potencial Chino en la región, mostrando su potencial contra su mayor aliado (Japón) y las bases norteamericanas en territorio japonés, no olvidemos que las mayores bases de EE.UU. están en Okinawa y el mayor puerto en Kanagawa.

Rusia, por su parte, después de la política de Putin de expansión y fortaleza en Europa, busca con esta alianza y estos ejercicios esa imagen de potencia a nivel mundial.

Si bien, todos los actores están incrementando las alianzas y los gastos militares, podemos decir que esta “nueva Guerra Fría” se parece a la anterior y que ninguna de las potencias quiere la confrontación directa. A nadie le interesa una guerra en el corazón económico mundial.

Ambos bloques, intentaran mantener el equilibrio, aunque con episodios como este, pero que no llegarán al conflicto. El problema, tal y como pudo suceder en el pasado, podrían ser errores puntuales que dinamitasen el equilibrio.

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