¿Por qué está Rusia interesada en Ucrania?
En las últimas semanas se ha visto un aumento de la actividad militar por parte de Rusia en la frontera con Ucrania, una zona que lleva estando en alta tensión desde la invasión de Crimea en 2014 pero, ¿qué interés tiene Rusia en Ucrania?
A día de hoy, Rusia tiene unos 92.000 efectivos militares desplazados junto a la frontera ucraniana, de hecho, se habla desde una posible invasión rusa para finales de enero o principios de febrero según el jefe de inteligencia militar ucraniano, hasta un golpe de estado en Ucrania orquestado por Rusia para inicios de diciembre según dijo el pasado viernes el presidente ucraniano.

Ucrania no es miembro de la OTAN ni tampoco de la Unión Europea, sin embargo, desde 2014 es el principal quebradero de cabeza para ambas organizaciones en cuanto a seguridad, ya que Ucrania tiene frontera con Polonia, Eslovaquia o Rumanía, siendo todos estos países miembros de la UE y de la OTAN, y con Rusia, por tanto, Ucrania es una frontera entre los bloques antagónicos del eje occidental y del eje ruso.
A nivel demográfico y lingüístico, Ucrania cuenta con un alto número de ciudadanos que hablan ruso y que tienen raíces rusas, especialmente en la parte oriental del país que es la que hace frontera con Rusia. Este vínculo se remonta a la época en la que Ucrania era una república soviética, y es que el Gobierno ruso aún siente como suyos a estos “ciudadanos” que tiene en las antiguas repúblicas soviéticas, como es el caso de Ucrania o los países bálticos de Estonia, Lituania y Letonia (Miembros de la OTAN y de la UE).
Esto hace que la influencia rusa sea más fácil de imponer, ya que tiene un público civil que puede captar las proclamas que el Kremlin lanza mediante noticias falsas (fake news) en las que emite mensajes que alejan a esos ciudadanos de habla rusa de aquellos de habla ucraniana, creando así una división y un sentimiento de mayor pertenencia a Rusia frente a Ucrania.
Además, existe el factor del orgullo perdido por parte de Rusia después de la caída de la Unión Soviética, ahí se fue una superpotencia global, tanto a nivel económico como científico, territorial y cultural, las generaciones que vieron la época dorada del Gigante del Este van pereciendo y los jóvenes ya no recuerdan esos tiempos, por tanto, Vladimir Putin se enfrenta a una carrera contrarreloj por recuperar el esplendor de lo que en su día fue Rusia.

Aquí, Ucrania es por donde más sencillo sería comenzar ya que cuenta con una serie de características que el resto de las antiguas repúblicas soviéticas no tiene, como por ejemplo el no ser miembro ni de la UE ni de la OTAN, contar con un elevado porcentaje de población de habla rusa, la misma religión que la mayoría de Rusia o no ser un régimen aliado como lo puede ser Bielorrusia o Armenia.
Algunos de los factores que podrían animar a la población ucraniana a apoyar un cambio de régimen a uno pro-ruso o incluso a una anexión con Rusia, es la caída del nivel de vida en Ucrania desde que abandonaron la Unión Soviética hace treinta años. Desde entonces la población se ha reducido en torno a un 33%, es decir, un tercio menos de población que hace treinta años en la etapa comunista.
Esto nos hace ver la enorme falta de oportunidades para la población joven que no tiene otro remedio que abandonar el país, teniendo como principal destino a Rusia donde hay unos 5.800 000 ciudadanos de origen ucraniano. Igualmente, la esperanza de vida en el país cayó en picado después de la independencia, aunque a día de hoy se ha recuperado hasta llegar a niveles de 1989, esto la hace de las peores paradas del entorno del Telón de Acero.
Por último, recientemente Rusia y Alemania acordaron la construcción de un nuevo gaseoducto que pasa por el Mar Báltico y que suministra gas a Berlín directamente desde Moscú, el conocido gaseoducto Nord Stream 2. Este proyecto se ha visto envuelto en la polémica ya que deja a Ucrania sin la importancia que tenía antes para Alemania o Francia, cuando el único gaseoducto que les suministraba gas ruso pasaba por Kiev.

A pesar de las reticencias de Estados Unidos, que vio un peligro en la construcción de este gaseoducto debido a la presión que podría ejercer Rusia sobre Ucrania, el gaseoducto ya está terminado y listo para entrar en funcionamiento, lo que en la práctica significa que Rusia tendrá la opción de reducir o de cerrar el suministro de gas a Ucrania durante el invierno o durante un eventual conflicto bélico y no afectar a Alemania o a Francia, lo que en definitiva, complica aún más las cosas para el futuro y la estabilidad de Ucrania.