¿Qué se puede esperar del primer juicio por crímenes de lesa humanidad en la guerra de Siria?
Por Diego Duarte Valdivia
El 23 de abril comenzó en Alemania el juicio por tortura a dos presuntos miembros de los servicios de inteligencias sirios.
El primer juicio, donde se le imputan torturas al régimen de Bashar al-Assad, constara con 24 sesiones programadas hasta mediados de agosto (puede que se extienda el proceso) que se llevarán a cabo por el Tribunal de Coblenza.

Este juicio podría ser un estímulo para otros muchos en diferentes partes del mundo, un precedente en la historia de la lucha por resarcir a las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos.
Se realizará en plena pandemia mundial, contando solo con la participación de personas indispensables para la realización del juicio (con mascarillas) y respetando el metro y medio de separación entre las personas.
¿Cómo y por qué se inicia este proceso?
Acá te lo explicamos.
¿Quiénes son los acusados?
Los acusados son:
1. Anwar Raslan, 57 años, ex coronel de la Seguridad de Estado (Muharabat). Se le imputa el asesinato de 58 personas, la tortura de 4.000 personas, una violación y una agresión sexual en el centro de detención de Al Khabit de Damasco (del cual él estaba a cargo), durante el 29 de abril de 2011 y el 7 de septiembre de 2012. Se enfrenta a cadena perpetua.
2. Eyad Al Gharib, 43 años. Acusado de ser cómplice en el arresto de manifestantes que fueron llevados al centro de detención que dirigía Raslan, entre el 1 de septiembre y el 31 de octubre de 2011.
Los dos acusados habrían huido de Siria para solicitar asilo en Alemania, al igual que miles de refugiados desde el 2011.
La justicia alemana habría empezado investigar a Raslan, después de que sus propias víctimas lo identificaran en las calles de Berlín y posteriormente lo denunciaran a las autoridades. Fue Anwar al Bunni, abogado disidente que se refugió en Alemania, la persona que lo identificó como el hombre que lo mantuvo en una prisión en Damasco por cinco años.
Anwar al Bunni, de 60 años, fue una de las personas que logró convencer a las otras víctimas para que declararan en el juicio. “El régimen usó la tortura para aplastar a la sociedad siria; las víctimas son héroes, contarán su historia y todo el mundo lo sabrá” dijo el abogado. Al Bunni es un prestigioso defensor de los derechos humanos, y a pesar de que no puede ejercer la abogacía en Alemania, es respetado por los más de 700.000 sirios refugiados en ese país.

De acuerdo a la información recabada, Raslan habría huido de Siria en 2012. Se habría unido a la oposición en el exilio e inclusive habría participado de las fallidas conversaciones de paz en Ginebra.
Cuando llegó a Alemania en julio de 2014, contactó con la inteligencia alemana y les entrego información acerca del régimen de Damasco, donde explico su posición de desertor y miembro de la oposición siria.
El 12 de febrero de 2019, quedaron detenidos por la justicia alemana, mientras se recababan los antecedentes para ser formalmente acusados ante los tribunales.

Desde 1963, el Muharabat es la columna vertebral del régimen de al-Assad. Durante las protestas de 2011, se convirtió en el principal órgano represivo del estado sirio aplicando detenciones forzosas, desapariciones de detenidos y torturas sistemáticas a los disidentes del régimen de Damasco.
El fiscal, Jasper Klinge, asegura que Raslan sabia las dimensiones de la tortura sistemática que se aplicaban a los prisioneros bajo su custodia.
Dentro de las evidencias aportadas por la fiscalía, se encuentran una serie de fotografías realizadas por un miembro de la policía militar apodado “Cesar”. De las decenas de miles que existen, se pueden ver imágenes que muestran torturas en los cuerpos de los detenidos.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) asegura que, por lo menos, 60.000 personas murieron a causa de las torturas y/o condiciones de detención inhumanas. El régimen de al-Assad niega estas acusaciones.
Los testimonios de las victimas supervivientes acusaron las condiciones del centro de detención como “inhumanas y degradantes”.
Durante el juicio se espera la comparecencia de las víctimas y los testigos.
Reacciones al juicio
Human Rights Watch (HRW), calificó el juicio como “una advertencia para los que actualmente cometen abusos en Siria, nadie está por encima de la justicia”.
Amnistía Internacional lo consideró “una etapa importante en la lucha contra la impunidad en las gravísimas violaciones de los derechos humanos cometidas en Siria”.
Wolfgang Kaleck, Secretario General de European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR), calificó el juicio como “un paso importante, el inicio de un examen de los crímenes del régimen sirio ante un tribunal alemán”. El ECCHR apoya a 16 víctimas de las cuales ocho comparecerán (seis hombres y dos mujeres).
¿Qué autoridad tiene Alemania para juzgar los presuntos crímenes que se cometieron en Siria?
El estado alemán aplicó el principio jurídico de la competencia universal, que permite a un estado juzgar a los autores sea cual sea su nacionalidad por actos relacionados con crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o genocidio, cometidos más allá de sus fronteras. Principio al cual Alemania se adhirió en el 2002.
Un ejemplo del mismo, fue en 1998 cuando el juez español Baltazar Garzón ordenó la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet en Londres.
Este principio es el único mecanismo que se puede aplicar para juzgar los crímenes contra la humanidad ocurridos en Siria de acuerdo a las ONG, ya que Rusia y China habrían aplicado un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU que hace imposible recurrir a la Corte Penal Internacional.
De acuerdo a Mai El-Sadany, director gerente, jurídico y judicial del Instituto Tahrir para la Política de Oriente Medio, “se han cometido delitos tan horribles que sería una enorme violación del sistema jurídico internacional si se dejara de perseguirlos”.
El Gobierno de Siria, ha rechazado en repetidas ocasiones las denuncias de torturas y ejecuciones extrajudiciales cometidas en un conflicto en el que han muerto cientos de miles de personas y otros tantos han sido obligados a huir de sus hogares.
El juicio del Tribunal de Coblenza significa un rayo de luz y esperanza para las víctimas de tortura durante la guerra civil en Siria. Las futuras sentencias servirán como una advertencia para aquellos que crean que pueden violar los Derechos Humanos y resultar impunes.
Una promesa de justicia para aquellos que ya no pueden exigirla.