¿Qué falló en Afganistán?
Afganistán no cayó en 10 días. Lo que hemos visto esta semana es el final de un proceso que se inició como tarde en 2015 y vino provocado por una serie de errores de Estados Unidos desde que se produjo la invasión, y que fueron metiendo a Afganistán y EEUU en un callejón sin salida. A Estados Unidos se le escapó la victoria pronto por su propia incapacidad para diseñar una estrategia coherente, efectiva y mantenida en el tiempo.

Todo se torció en Irak
El 11 de septiembre de 2001 Al Qaeda ataca las torres gemelas en un atentado preparado desde suelo afgano. George W. Bush, el entonces presidente de EEUU, decide dar un ultimátum a los Talibán, la organización que gobernaba Afganistán desde 1996 y daba refugiado a Al Qaeda y su líder, Osama Bin Laden. El ultimátum exigía a los Talibán entregar a Bin Laden y romper sus vínculos con Al Qaeda o serían invadidos, los Talibán se negaron y comenzó la invasión.

Las fuerzas de EEUU junto con la Alianza del Norte (una alianza local antitalibán que gobernaba el norte del país) derrotan a los Talibán y para finales de 2001 el gobierno colaboracionista del terrorismo es historia. La invasión parecía un éxito, se había derrotado a los Talibán en poco tiempo, apenas quedaba rastro de Al Qaeda en Afganistán y todo ello con una reducida cantidad de bajas. Pero la alegría dura poco, a partir de este momento comienzan a producirse una serie de errores fatales que condenan a la misión al fracaso ya en sus etapas iniciales.
En diciembre de 2001 EEUU está sometiendo a una agresiva campaña de bombardeos a la zona montañosa de Tora Bora, cerca de la frontera con Pakistán, en ella se encuentra toda la cúpula de Al Qaeda, incluyendo Bin Laden y el que más tarde sería su sucesor, Ayman Al Zawahiri junto con 300 combatientes de Al Qaeda. No pintaba bien para ellos. Estaban completamente rodeados y los bombardeos eran constantes, Bin Laden incluso escribió su testamento. Pero aquí empieza la cadena de errores que provocaron el fracaso de la invasión de Afganistán.
EEUU, queriendo evitar el mayor número de bajas posibles, decidió dejar el ataque en tierra en manos de milicias locales afganas en lugar de enviar al ejército, les pagaron y les mandaron hacia las cuevas de las montañas. Bin Laden les pagó más y pudo escapar hacia Pakistán junto con la cúpula de Al Qaeda donde pudieron reagruparse. Bin Laden murió10 años después en Pakistán y Al Zawahiri continúa a día de hoy liderando a Al Qaeda. 20 años después el presidente Biden culparía al pueblo afgano del fracaso en la guerra diciendo que no querían luchar.

EEUU había cometido un error fatal dejando viva a Al Qaeda y a una de las mayores fuentes de financiación talibán, el propio Bin Laden, pero pronto su atención se alejaría de Afganistán.
Lo que realmente quería la administración era invadir Irak no Afganistán y, al poco de poner pie en suelo afgano, su atención se fue centrando en Irak. En marzo 2003, un año y medio después de invadir Afganistán, comenzó la invasión de Irak, lo que terminó siendo devastador para la misión afgana ya que toda la atención y los recursos se fueron al país liderado por Saddam Hussein.
Los recursos se fueron de Afganistán en el momento más crítico, cuando era más necesario construir infraestructuras, garantizar la seguridad y sentar las bases del nuevo estado afgano, todos los expertos en estos campos se fueron a Irak y Afganistán pasó a ser secundario. Bush decidió mantener un número reducido de fuerzas en Afganistán dedicadas principalmente a labores antiterroristas. Los Talibán suelen decir “América tiene los relojes, pero nosotros tenemos el tiempo” y en este caso no les faltaba razón, mientras todos los ojos estaban puestos en Irak y nadie miraba a Afganistán los Talibán aprovecharon para reagruparse. Para cuando la administración Obama tomó posesión los talibán ya habían vuelto.
A partir de aquí comienzan unos vaivenes estratégicos sin dirección ni objetivo claro y que pasan de presidente a presidente desde Obama a Biden pasando por Trump, lo que acaba convirtiendo la misión estadounidense en un absoluto caos en el que ni los propios soldados saben por qué están allí o quién es exactamente el enemigo.

Si Bush se focaliza en Irak y decide tener unas fuerzas reducidas centradas en combatir el terrorismo (a pesar de que no quedaba ni rastro de Al Qaeda en Afganistán a finales de 2001) Obama cambia completamente la estrategia y ordena un aumento de tropas dentro de una estrategia de contrainsurgencia masiva. En 2008, el último año de Bush en el poder, las tropas destinadas en Afganistán apenas superan los 30.000 soldados, un año después ya se doblaba esa cifra y en 2010 se superaron las 96.000 tropas, el máximo durante toda la guerra. Sin embargo, este aluvión de tropas tenía fecha de caducidad, Obama prometió traer de vuelta a las tropas al final de su mandato.
En este momento se establecen unas fechas y límites completamente imposibles de cumplir, se pretendía construir un estado y unas fuerzas armadas prácticamente de la nada y a contrarreloj lo que evidentemente no dio resultado. Además, comienzan a reducirse drásticamente las tropas para cumplir los tiempos de la retirada independientemente de la situación sobre el terreno, para cuando Obama se marcha en 2016 sólo quedaban en Afganistán 9.800 tropas, 10 veces menos que hacía 6 años a pesar de que la situación sobre el terreno no paraba de deteriorarse y lo Talibán cada eran más fuertes.
Para 2015 la mayoría de las tropas internacionales ya se habían ido y Obama anunció el fin de las operaciones de combate, a partir de ahora la tarea de los efectivos internacionales que quedaban sería apoyar y entrenar a las fuerzas afganas. Aquí se perdió la guerra. En ese momento las tropas afganas tuvieron que estirarse como un chicle por la salida de las tropas internacionales y tuvieron que cubrir mucho más terreno, tarea para la que simplemente no estaban preparadas y cuyo efecto directo fue más terreno para los Talibán que consolidaron su dominio en muchos lugares.
El Ejército Afgano: condenado al fracaso

En este punto conviene detenerse en las fuerzas de seguridad afganas ¿Porqué sin EEUU se perdía la guerra?¿No estaba el ejército más poderoso del mundo entrenándoles? ¿No estaba la mayor potencia del planeta inyectando ingentes cantidades de dinero a sus fuerzas de seguridad?
Oficialmente había 350.000 fuerzas de seguridad en Afganistán, la cifra real es mucho menor y se cree que está en torno a los 250.000 de los que 160.000 pertenecen al ejército y los 90.000 restantes a la policía.
La policía estaba entrenada por Estados Unidos. Pensemos en esa frase. Estados Unidos entrenando policías. EEUU, como la mayoría de los países, es un lugar que tiene muchas cosas buenas y muchas cosas malas, pero desde luego no está en posición de exportar eficiencia policial a nadie. Además, la falta de medios provocada en primer lugar por la guerra de Irak y por la falta de expertos de EEUU en fuerzas de seguridad civiles, provocó que la tarea de entrenar a la policía recayera sobre oficiales del ejército que no tenían ninguna experiencia con fuerzas policiales.
Para más inri (y esto era común tanto en la policía como en el ejército) los relevos estadounidenses se producían cada 6 meses o un año, por lo que los entrenadores cambiaban constantemente haciendo imposible una campaña de entrenamiento consistente. No es de extrañar que la policía fuera, por su comportamiento, la institución más odiada de Afganistán, lo que contribuyó a aumentar el descontento popular hacia el gobierno.

Al principio de la invasión la administración Bush no quería dedicar ni demasiado tiempo ni demasiados recursos a la formación de soldados e impusieron un tope de 50.000 soldados y policías, ni uno más. Evidentemente esto es una cifra ridícula para defender un país de 38 millones de habitantes con fronteras porosas en las que tu vecino está financiando y entrenando a un grupo insurgente contra ti. El gobierno afgano pedía como mínimo 100.000efectivos, pero EEUU no accedió. Esta trifulca solo contribuyó a perder tiempo en el momento más trascendental de la misión.
A pesar de los 89.000 millones presupuestados para las fuerzas afganas el entrenamiento era profundamente ineficiente y la situación con los suministros, caótica. Soldados que se ven obligados a rendirse porque no tienen munición, soldados que llevan meses sin cobrar, que no reciben refuerzos cuando los llaman, que cuando toman una ciudad esta no se refuerza, equipados con armas que se encasquillan y con unas botas que se caen a pedazos. Todo esto por supuesto aderezado por un ejército plagado de oficiales corruptos que inflaban el número de soldados para quedarse el sueldo de estos “soldados fantasmas”.
Lo que ocurrió con la fuerza área refleja bien el problema de la intervención estadounidense en Afganistán. Hasta 2009 la creación de una fuerza aérea afgana no fue una prioridad para EEUU (recordemos que en este momento ya llevaban ocho años en el país) y cuando la crearon se encontraron con la realidad de que se habían comprado aviones y helicópteros a pesar de que no había pilotos que los pilotaran ni mecánicos.
Sólo dos de cada diez reclutas afganos sabía leer y escribir, en ese contexto es realmente difícil formar pilotos, más teniendo en cuenta la actitud de EEUU, lo que más necesitaban era tiempo y Washington estaba dispuesto a emplear cualquier cosa menos eso. Igualmente, los pocos pilotos que formaron se acabaron yendo a países como India, donde les pagaban más y la situación era más segura. Al final, buena parte de la fuerza aérea afgana era directamente inoperable bien por falta de suministros o de pilotos.

Un oficial estadounidense dijo de las fuerzas de seguridad afganas que “un tercio son drogadictos y Talibán”. Este es el ejército que crearon los Estados Unidos de América en Afganistán.
EEUU desaprovechó una oportunidad de oro al principio de la guerra con los Talibán derrotados para formar a una policía y ejército competentes, pero su atención se centró en Irak y no lo hicieron, cuando los Talibán se reagruparon y empezaron a poner en peligro la seguridad del país intentó hacerse a contrarreloj, condenando así a las fuerzas de seguridad afganas, que en ningún momento de la guerra recibieron un entrenamiento adecuado con la excepción de sus fuerzas especiales que son, casualmente, la fuerza más eficaz del ejército afgano.
Corrupción y Nation Building
En su discurso para justificar la retirada Biden aseguró que no estaban en Afganistán para hacer Nation Building, esto es una mentira bastante evidente para cualquiera que ha seguido la actualidad afgana los años de ocupación, pero es entendible el motivo por el que lo dijo, EEUU fracasó espectacularmente a la horade construir y reforzar el estado afgano.
En la sociedad afgana es muy importante el papel de las comunidades locales y sus líderes, los ancianos de los distintos lugares del país son una autoridad respetada a los que se les pide consejo y resuelven conflictos que puedan surgir, son lo más parecido a una institución en un país sin instituciones. Teniendo esto en cuenta, era lógico tratar de incorporar a estos líderes locales en el nuevo estado afgano como una manera de extender su autoridad y además ganar legitimidad, pues bien, el estado afgano que moldeó EEUU era un estado centralizado donde el presidente tenía más poderes que el legislativo y el judicial y dónde es el propio presidente el que elige a los gobernadores de las provincias del país.
No solo se deja fuera a los líderes locales, sino que es el presidente quien decide unilateralmente a los gobernadores. Sumado a esto Karzai, el presidente, se dedicó a poner a sus aliados políticos en esos puestos, incluso aceptando sobornos por ello, lastrando la legitimidad del nuevo estado afgano desde el principio.

¿Si Karzai era corrupto porqué EEUU no se lo quitó del medio? No sólo no se lo quitaron del medio sino que lo eligieron ellos. Karzai era el hombre elegido por EEUU para liderar la transición en Afganistán, le designaron presidente de la administración transitoria en 2001 y más adelante ganó las elecciones de 2004 y 2009. Karzai recibía regularmente bolsas llenas de dinero en efectivo de la CIA y se cree que su relación con la agencia de inteligencia data desde, como mínimo, 2001, cuando un agente de la CIA le salvó la vida.
En 2004 ganó las elecciones, las primeras democráticas del país, bajo acusaciones de fraude electoral, pero a EEUU no le importó porque era su hombre de confianza. En las elecciones de2009 volvió a ganar de nuevo tras haber amañado las elecciones, pero Obama iba a desplegar más tropas y preferían tener un presidente de confianza para evitar problemas así que tampoco le importó.
En 2014 ya no podía presentarse porque la constitución afgana impide un tercer mandato y esas elecciones las ganó Ashraf Ghani después de, efectivamente, fraude electoral. Aquí ya no estaba el amigo de la CIA Karzai así que EEUU obligó a Ghaní y al candidato que había quedado segundo, Abdullah Abdullah, a formar gobierno juntos en el que Ghani sería presidente y Abdullah el vicepresidente. Después de recompensar a Ghani con la presidencia a pesar de haber amañado las elecciones ya se pueden imaginar que pasó en las últimas elecciones celebradas hasta la fecha, en 2019 ganó Ghani tras amañar las elecciones.
Todas y cada una de las elecciones afganas han sido amañadas contando con la complacencia de EEUU. Esto supone un golpe fatal a la legitimidad del estado afgano. Las elecciones de 2004 contaron con una participación del 83%, en las de 2009 la participación ya se redujo a la mitad, en las de 2019 alcanzó su mínimo histórico con un 19%.

También EEUU consideraba que para imponer la autoridad del estado en todo el territorio necesitaba el apoyo de los señores de la guerra locales por lo que se decidió incluirles en los gobiernos. Por ejemplo, el señor de la guerra uzbeco Rashid Dostum llegó a ser vicepresidente. Elecciones amañadas y criminales de guerra en el gobierno no es un incentivo muy grande para arriesgar tu vida defendiendo el estado.
Pero la corrupción en Afganistán no viene solo de Karzai, Ghani, o los señores de la guerra, ha penetrado en todos los aspectos del país y la actitud estadounidense solo fomentó estos comportamientos ya desde el principio. Cuando se estaba redactando la constitución EEUU sobornó a los líderes locales para que incorporaran la visión de EEUU al texto constitucional.
Con el aumento de tropas y financiación de la administración Obama se presionó a los oficiales americanos y las autoridades afganas a que gastaran lo máximo y lo más rápidamente posible sin ningún control ni estrategia. Lo importante era gastar y este comportamiento, en uno de los países más pobres del mundo, solo incentivó la corrupción. Al igual que con Karzai mientras fueras aliado de EEUU la corrupción se toleraba y el estado afgano se acabó convirtiendo en una cleptocracia incapaz de generar bienestar en sus ciudadanos.
Crónica de una muerte anunciada

Estados Unidos ha vivido 20 años con prisa en Afganistán. Obama ganó las elecciones con la promesa de retirarse, Trump volvió a prometerlo y Biden finalmente lo cumplió. EEUU entró en Afganistán sin una estrategia clara más allá de luchar contra Al Qaeda y cuando eso se cumplió simplemente operaron sin rumbo. Todos querían salir por lo que se pusieron fechas límite que no eran realistas, viviendo 20 años a contrarreloj donde no dio nunca tiempo a promover una estrategia cohesionada, darle el entrenamiento necesario a las fuerzas de seguridad o establecer las bases de un estado viable.
Las posibilidades de éxito en Afganistán ya eran mínimas en 2003 cuando Donald Rumsfeld dijo que no sabía ni quien era el enemigo. La ventaja de oportunidad en Afganistán se cerró muy rápido sin aprovecharse y desde entonces ha pasado más de una década en una suerte de limbo estratégico. Afganistán comienza a caer en 2015, cuando EEUU, plenamente consciente de la incapacidad de las fuerzas afganas decide pasar a un segundo plano, continuar con la retirada de tropas y sólo ofrecer entrenamiento y resistencia.
La rendición llega en febrero de 2020 cuando Trump firma el acuerdo con los Talibán donde les da todo lo que piden a cambio de promesas, no es un tratado de paz, es un acuerdo de retirada. EEUU había aceptado la derrota y sólo quería irse. Lo ocurrido esta semana es solo el fin de un proceso iniciado mucho antes marcado por la corrupción, la ineptitud y una serie de errores fatales que se prolongaron durante 20 años.
¿Usted arriesgaría su vida por un estado que no mejora sus condiciones de vida, no le paga, le manda a la guerra sin equiparle, pacta con criminales de guerra, amaña las elecciones y cuyas autoridades son corruptas? Los afganos tampoco.

No tenía por qué haber sido así, Afganistán no está condenado a la corrupción, a la dictadura, ni a la guerra, como ningún país. Los afganos no están condenados a la miseria. El resultado que estamos viendo no es fruto de una especie de condición natural afgana, sino de una toma de decisiones completamente fallida de un país que invadió a otro y rápidamente perdió el interés, país que nunca entendió ni se preocupó por entender. EEUU tenían los relojes y los Talibán el tiempo y, al contrario que nosotros, supieron aprovecharlo.