Medio de comunicación independiente

Por Pau Jarne Soler

Introducción

El último debate presidencial de Estados Unidos ha finalizado este 22 de octubre a las 22:30 pm en Nashvile, Tennesse, y hay serias dudas respecto a si hay un claro ganador. El actual presidente republicano, Donald Trump, y el candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, han jugado a sus cartas, como era de esperar. Ambos han expuesto un argumentario muy similar al que venían planteando en sus campañas y con pocas novedades.

Antes de todo, para poder hablar de este debate, hay que recordar las condiciones en las que se celebró el anterior encuentro entre los dos candidatos presidenciales el 29 de septiembre en Florida. Y es que el primer debate fue un lamentable espectáculo comparado con este. Continuas interrupciones, ataques personales, descalificaciones, e incluso insultos fueron los protagonistas de una puesta en escena que realmente no consiguió convencer ni hacer cambiar de opinión a ningún votante. Entonces, ¿Qué ha sido diferente esta vez? La respuesta la encontramos en el formato.

Los temas base a debatir estaban claramente seccionados y se presentaban a cada uno de los candidatos de forma orquestada por la moderadora y, corresponsal de la cadena NBC News, Kristen Welker, que hizo un trabajo notable. Esta vez se debatiría sobre las siguientes cuestiones: La lucha contra el Covid-19; Seguridad Nacional; Problemas económicos a los que se enfrentan las familias americanas; Conflictos Raciales; Cambio Climático; Y Liderazgo político. Otra gran característica añadida a este debate sería silenciar los micrófonos cuando el turno de cada candidato llegase a su fin, evitando así en gran medida las interrupciones.

Aunque los temas a discutir en el debate ya estuviesen preseleccionados, los moderadores siguen siendo responsables de dirigir las preguntas sin que los candidatos tengan conocimientos previos de estas. De la misma manera, el moderador tiene derecho a extender el tema de discusión con el fin de garantizar el mismo tiempo de habla. Una vez explicadas las condiciones, empecemos con el debate.

Covid-19

Comienza Trump lanzando una ráfaga de datos sobre la recuperación de EEUU respecto a la crisis del Covid-19. La mortalidad ha bajado un 85 %, el exceso de mortalidad – Número de muertes por cualquier causa durante una crisis que sobrepasa la media de años anteriores- está más bajo que casi el de cualquier país. Hubo un repunte de contagios en Texas; Ya no lo hay. Hubo un repunte en Florida; Ya no lo hay. Hubo un repunte en Arizona; Ya no lo hay. El mensaje es claro: Estamos luchando duro contra esta pandemia y la estamos ganando. Siempre ganando. Trump ha llegado a afirmar que quizás dentro de unas semanas habrá una vacuna. Quizás en vez de semanas, tarda años, le recuerda la Moderadora. Trump asiente.

Biden, por lo contrario, ha querido dar una perspectiva sobre la crisis del Covid-19 casi apocalíptica. “Lo estamos haciendo fatal. Más de 200.000 muertes. Trump no tiene ningún plan”. Este ha sido su mantra más repetido durante la discusión de este tópico, seguido por la defensa de la responsabilidad individual – Hacer uso de la mascarilla- y de la implantación de un plan en caso de que él ganase las presidenciales.

A partir de aquí los dos candidatos han cerrado filas con sus posiciones respecto a la crisis. Trump ha optado por una visión más pragmática: “No voy a cerrar todo y dejar morir al país. No puede ser peor el remedio que la enfermedad”, ha asegurado. A continuación ha arremetido contra los Blue States gobernados por los demócratas, alegando la ineficacia de sus medidas. No le ha funcionado muy bien esto último, ya que ha dado la oportunidad a Biden de presentarse con un perfil más institucional. “No hay ni rojos ni azules, yo solo veo americanos”, ha afirmado el demócrata.

National Security

Durante esta sección, Kristen Welker les preguntaría por su posición respecto a países que deliberadamente interfieren en las elecciones americanas –En concreto Irán y Rusia- y sobre qué medidas tomarían con relación a países como Corea del Norte, que recientemente han aumentado su capacidad nuclear.

Biden intenta dirigir un mensaje duro hacia estos países que interfieren en las elecciones americanas, prometiendo una respuesta dura en consecuencia. Trump no pierde un minuto y acusa a Biden de haber aceptado, de forma ilegal, dinero ruso – En concreto, 3.5 millones de dólares que supuestamente habría dado la mujer del alcalde de Moscú a Hunter, hijo de Biden-. Estas acusaciones no han sido probadas, pero son suficientes para hacer entrar a los dos candidatos en una dinámica en la que los dos candidatos se acusan mutuamente de corrupción, obviando las preguntas de fondo y realmente sin beneficiar a ninguno de los dos.

A partir de aquí, Trump intenta proyectar una imagen de dureza que acostumbra a encajar con su electorado. “Yo he sido el más duro con Rusia”, asegura. “Tenemos una buena relación, y no hay guerra” determina sobre las treguas trazadas con Corea del Norte respecto a su desarrollo militar. Biden, por otra parte, se le nota menos despierto y predispuesto en relación con la Seguridad Nacional. Apela al cumplimiento de la ley y rigor internacional, pero no consigue dar un mensaje determinante como sí lo hace Trump.

Economía de las familias americanas y salud

La economía y el sistema de salud son los dos temas que más preocupan a las familias americanas después de que el coronavirus hiciera mella en un sistema con poca protección pública. Sobre la mesa se plantearon la cuestión de derogar el programa de cobertura sanitaria Obamacare, y el paquete de estímulo de la Reserva Federal a la economía americana a la espera de que se apruebe en el Congreso.

Trump arremete duro contra el Obamacare, tildándolo de “malo” e “ineficaz”. En cambio, él promete un nuevo programa que daría una cobertura más justa y productiva a los americanos. Biden por otra parte, pone énfasis en la eficacia de este programa creado por Obama durante su mandato y reitera la necesidad de dar más cobertura pública y reducir los gastos de los medicamentos.

Ambos candidatos chocan en este tópico pero sin que ninguno sepa dar realmente un mensaje claro y sincero. Tanto Biden como Trump prometen nuevas soluciones y programas pero sus discursos parecen más una extensión de su campaña electoral que una respuesta a las preguntas. Trump hace el amago de comparar las propuestas de Biden con la socialización de la sanidad americana – Algo no bien visto por el lectorado conservador – pero no tiene la fuerza suficiente como para que sea considerado por su contrincante o la moderadora.

Racismo en Estados Unidos

Con las recientes protestas raciales en EEUU protagonizadas por el movimiento Black Lives Matter, era casi inevitable que el conflicto racial tuviera un importante papel en el debate. La tensión en la comunidad afroamericana es más alta que nunca y se ha saldado con múltiples disturbios e incluso muertes.

Trump, al ser un tema en el que no se siente cómodo, ha evitado a toda costa seguirle el juego a Biden y avalar la existencia de un racismo institucional hacia esta comunidad. “Nadie ha hecho más por la comunidad afroamericana que yo”, sentenciaba Trump. Biden ha intentado acusarle de racismo, pero no ha quedado en nada más que un intento. Esta parte del debate era clara para Biden, ya que la comunidad negra en EEUU apoya con casi unanimidad al partido Demócrata. Sin embargo, no ha sabido construir un mensaje claro, navegando siempre en la ambigüedad, especialmente cuando Trump le ha acusado de aprobar durante su mandato una de las reformas penales que más ha perjudicado a la comunidad negra, dejando a Biden casi sin respuesta.

Cambio Climático

Aunque actualmente no es uno de los temas que más preocupan a los estadounidenses, el cambio climático también ha tenido protagonismo en el debate presidencial. La pregunta sobre las emisiones de dióxido de carbono ha sido expuesta y cada candidato tenía su postura política al respecto.

Trump ha querido despachar rápido el tema con un tenaz “Tenemos las mejores emisiones de CO2 en 35 años” y, a continuación, ha desviado la atención hacia otras potencias como Rusia y China tachándolas de “sucias”. No es la primera vez que Trump quita hierro al asunto desviando la atención hacia otros países iguales o más contaminantes en proporción. Esta estrategia funciona con su electorado o los escépticos del ecologismo, pero no tiene cabida con aquella gente concienciada con la cuestión, generalmente demócratas y algunos moderados. La realidad es que no ha contestado a la pregunta ni tiene ningún plan al respecto.

Biden ha puesto énfasis en la “obligación moral” de atajar las emisiones de CO2 y en la necesidad de aplicar un plan de transición hacia una economía más verde. El planteamiento en sí no ha estado mal enfocado, pero hay que tener en cuenta que EEUU es autosuficiente en lo que se refiere a energía gracias a que algunos estados, en especial Texas, producen petróleo. Un discurso en contra de los combustibles fósiles y a favor de una transición ecológica pone en alarma a estos swing states, como Texas, que ven peligrar su economía y empleo regional. No hace falta explicar que estos swing states son cruciales para conseguir la victoria a la presidencia.

Conclusión

Aunque ninguno de los dos candidatos han estado excepcionales y han ofrecido pocos argumentos convincentes, - Se podría incluso llegar a considerar que ha sido una puesta en escena un tanto mediocre- , Trump ha conseguido una ligera ventaja respecto a Biden.

Aunque Trump claramente no se sentía cómodo en un formato de debate basado en turnos de palabra estrictos, ha sabido dar una imagen más enérgica y confiada que la de su contrincante. Por otra parte, poniendo a un lado la proyección de imagen de los candidatos, algunos temas delicados como la aprobación del estímulo económico en el Congreso o la transición ecológica – Básicamente cuestiones relacionadas con la economía de los EEUU, actualmente el tema que más preocupa a los estadounidenses –, han hecho mella en un Biden que no ha sido capaz de dar una respuesta contundente.

Trump, como era de esperar, ha querido presentarse como un líder pragmático, simple y directo. “Estamos haciendo bien. Estamos ganando. No podemos cerrar el país, no me puedo quedar de brazos cruzados”. Ese ha sido su mantra esta noche. Un mensaje simple que en tiempos turbulentos como los azotados por el Covid-19 cala muy bien. Biden, en cambio, ha querido proponer un cambio, una transición, tanto a nivel económico como político. Este planteamiento de por sí no tiene por qué ser malo, el problema es que para que el mensaje llegue a los ciudadanos necesitas a un comunicador nato como Obama para que transmita confianza y esperanza, y Biden está lejos de eso.

Las acusaciones entre los dos candidatos también han estado a la orden del día, aunque no de manera tan grotesca como en el primer debate. El supuesto cobro de 3,5 millones de dólares del hijo de Biden, Hunter, por parte de la mujer del acalde de Moscú; La filtración del New york Times afirmando una supuesta evasión de impuestos por parte de Trump. Todas estas acusaciones pasaron sin pena ni gloria y quedaron eclipsadas por los propios candidatos. Y es que cuando todos son supuestos pecadores, al parecer nadie lo es.

De la misma manera, aunque Trump haya salido más aireado de este debate, hoy necesitaba mucho más que eso para dar la vuelta a unas encuestas que le sitúan por debajo de su contrincante demócrata. Esta situación de desventaja en los sondeos ha forzado a Trump a hacer algunas declaraciones que, como mínimo, podrían considerarse arriesgadas por no decir temerarias.

Que, a poco más de una semana para las elecciones, cuando una parte no poco importante de la ciudadanía ya ha depositado su voto, haga unas declaraciones sobre la posibilidad de tener una vacuna para el Covid-19 en semanas sin poder confirmar o dar ninguna información sólida que lo sustente hace que crezca la desconfianza sobre la gestión del presidente respecto la pandemia.

Bibliografía

New York Times

https://www.nytimes.com/2020/09/30/opinion/presidential-debate-trump-biden.html

https://www.nytimes.com/live/2020/10/22/us/presidential-debate-live

The Washington post

https://www.washingtonpost.com/video/politics/the-first-presidential-debate-in-3-minutes/2020/09/29/15a45f64-3ec9-4f0c-9d4c-a30cda0a2ef3_video.html

Diario AS

https://us.as.com/us/2020/10/22/actualidad/1603399772_059880.html

CBS News

https://www.cbsnews.com/news/third-presidential-debate-trump-biden-topics-moderator-october-22/

Forbes

https://www.forbes.com/sites/rachelsandler/2020/10/22/trump-keeps-saying-biden-got-35-million-from-putin-thats-not-exactly-true/#23bbe29d5d42

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