Túnez hacia la deriva autoritaria
Túnez actualmente puede clasificarse como un régimen constitucionalmente democrático a la deriva. El autogolpe de estado que dio el presidente Kaïs Saïed el 25 de julio de 2021 rompió con el muy desgastado e inestable sistema parlamentario tunecino para autoasignarse todo el poder en su persona. Bajo un motivo cuestionable, aplicó de forma dudosa el artículo 80 de la Constitución de 2014 que le otorga poderes especiales. La constitución especifica ciertos requisitos para la aplicación de ese artículo que no se han cumplido.

Esos requisitos son:
● El Presidente de la República podrá adoptar las medidas exigidas por el estado de excepción previa deliberación con el Presidente del Gobierno y el Presidente de la Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP), habiendo informado al Presidente del Tribunal Constitucional.
● El objetivo de estas medidas deberá ser el de garantizar la restitución del normal funcionamiento institucional del Estado en la mayor brevedad posible.
A lo largo de este tiempo se entenderá que la Asamblea de Representantes del Pueblo permanece reunida de forma permanente. En este caso, el Presidente de la República no podrá disolver la Asamblea de Representantes del Pueblo, ni presentar moción de censura contra el Gobierno.
● Transcurridos los treinta días de vigencia de estas medidas y en cualquier momento a partir de los mismos, se encomienda al Tribunal Constitucional a petición del Presidente de la Asamblea de Representantes del Pueblo o treinta de sus Diputados pronunciarse sobre la continuidad o no del estado de excepción.
La ilegalidad del proceso radica en la vulneración de los requisitos expuestos ya que el Presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi, negó haber sido consultado y el Tribunal Constitucional no ha llegado a conformarse.
🇹🇳Túnez vive una situación de excepción desde el pasado verano, cuando el presidente Kais Saied destituyó al primer ministro y suspendió la actividad del parlamento.
— The Political Room (@Political_Room) February 21, 2022
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Entre las medidas adoptadas destaca la de suspender el Parlamento y a finales de marzo disolverlo, así como nombrar a una nueva Presidenta del Gobierno. Por último, en materia de duración del decretó de excepcionalidad no se han cumplido los requisitos para extenderlo, ya que el Parlamento permanece disuelto.
Kaïs Saïed como muchos políticos occidentales, Pablo Iglesias, Donald Trump o Éric Zemmour, usó su formación profesional como catedrático universitario en derecho constitucional para crecer en las tertulias televisivas. Su perfil personal es el de un individuo elitista que usa el árabe literario en sus discursos públicos, siendo su perfil político es el de un dirigente populista. Él se presenta como autoridad y garante constitucional de que sus decisiones son acordes a la ley, no cabe otra interpretación.
Las medidas adoptadas desde el pasado 25 de julio han ido destinadas al afianzamiento en el poder en detrimento del Parlamento. En diciembre publicó su plan para establecer distintas reformas que pretenden cambiar por completo el sistema político tunecino. En ese anunció decretó que el estado de excepción durará hasta la celebración de nuevas elecciones marcadas para el 17 de diciembre de 2022.
Al mismo tiempo, confirmó que durante el presente año cambiará la ley electoral y celebrará un referéndum constitucional el 25 de julio de 2022. La selección de fechas no es casual y están cargadas de simbolismo ya que el 17 de diciembre de 2010 fue cuando dio comienzo la Primavera Árabe con la inmolación del vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi.

El relato que defiende Saïed es que la Revolución se torció una vez los partidos políticos entraron en juego y que el período “puro” fue entre el 17 de diciembre y el 14 de enero (salida de Ben Alí del país). Esto se basa en que los partidos políticos se mostraron reacios frente a la Revolución y no fue hasta que Ben Alí salió del país cuando se sumaron al proceso revolucionario.
Por ese motivo el 2 de diciembre de 2021 anunció que el aniversario de la revolución pasaría del 14 de enero al 17 de diciembre[1]. Este hecho implica un cambio en los mitos fundacionales del régimen ya que, aunque en un comienzo las protestas fueron motivadas por los problemas económicos, fue la respuesta represora de Ben Alí lo que tornó los disturbios en políticas. Es decir, que el camino hacia la democratización de Túnez no empezó en diciembre sino en enero. Esto se puede interpretar como que para Saïed la democracia es un asunto complementario y prescindible frente a la resolución de los problemas económicos.
Su proyecto político pretende reformar de raíz el régimen nacido en 2010-11 y que se consagró en la Constitución de 2014. Sus primeros pasos fueron los de invalidar a los partidos políticos por “corrupción”, en especial a los islamistas de Ennahda, y el pasado febrero ocurrió lo mismo con el Consejo Superior de Magistratura[2], que fue sustituido por uno más afín.
Por otro lado, el acercamiento al sindicato UGTT fue leído como una victoria del presidente ya que consiguió atraerlos a su espacio pese a que en su día habían criticado las medidas excepcionales. El sindicato, que cuenta con un millón de afiliados, fue premiado con el Nobel de la Paz en 2015 por su participación en la resolución de la crisis de 2013 que tuvo como resultado la constitución de 2014.

Históricamente ha sido un actor clave en la política tunecina y pese a ser una organización formalmente laica acoge en su seno a una minoría islamista. Saïed supo leer bien la situación y en un momento donde el “enemigo” es el islamismo y Ennahda, se filtró que ambas organizaciones estaban cooperando. El Secretario general de UGTT, Taboubi, no tardó en negar la acusación y admitir que “había que aprender de los errores del pasado”[3].
Lo más notable ha sido el papel del ejército que tradicionalmente se ha mostrado ajeno a tomar parte en la política del Estado. Como podemos ver por la situación en los países vecinos esta postura es única. Tanto en Egipto como en Argelia o Libia el ejército está siendo un actor imprescindible para entender la situación actual de los países del norte de África.
Sin embargo, esa “neutralidad” se ha visto comprometida tras el golpe de Saïed. El 26 de julio destituyó al Ministro de Defensa, Brahim Bartagi, y el cargo estuvo vacante hasta el 11 de octubre, siendo Saïed el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Una vez cerrado el Parlamento, el ejército sacó los carros de combate para impedir que los parlamentarios pudieran entrar en la sede de la ARP.
Todas estas reformas y la capacidad para poder dominar a las instituciones más importantes del país casi en solitario por parte de Saïed ha sido posible en buena medida gracias al descrédito de las mismas, ya que durante la última década no han conseguido dar solución a los problemas económicos ni a la falta de instituciones de fiscalización del poder como lo es el Tribunal Constitucional, a la par que la enorme popularidad del Presidente ha ido creciendo con el tiempo de manera imparable.
El presidente de Túnez, Kais Said, concentra todos los poderes del país desde que suspendió el Parlamento el 25 de julio. Pero muchos tunecinos siguen confiando en él. Veamos por qué 👇 https://t.co/ohwf9CJ7hm a través de @el_pais
— Francisco Peregil (@fperegil) February 20, 2022
Al inicio del golpe la mayoría de la población apoyó las medidas tomadas, como los ataques al Parlamento, pero hoy también se muestra preocupada por la deriva autoritaria del país.[4]
Bibliografía
-Agencias, A. (2022, 7 febrero). El presidente de Túnez disuelve el consejo judicial por “corrupto”. La Vanguardia. enlace
-Al Jazeera. (2021, 2 diciembre). Tunisia’s Saied says he will change anniversary of revolution. Arab Spring News | Al Jazeera. enlace
- Leader of Tunisian labour union wants ‘to learn from past mistakes’ |. (2022). AW. enlace
-Saied disuelve el Parlamento de Túnez tras una “histórica sesión plenaria”. (2022, 31 marzo). Atalayar. enlace
- Tunisia: poll confirms popular support for Saied decisions - Politics. (2021, 1 septiembre). ANSAMed. enlace
[1] Al Jazeera. (2021, 2 diciembre). Tunisia’s Saied says he will change anniversary of revolution. Arab Spring News | Al Jazeera. enlace
[2] Agencias, A. (2022, 7 febrero). El presidente de Túnez disuelve el consejo judicial por “corrupto”. La Vanguardia. enlace
[3] Leader of Tunisian labour union wants ‘to learn from past mistakes’ |. (2022). AW. enlace
[4] Tunisia: poll confirms popular support for Saied decisions - Politics. (2021, 1 septiembre). ANSAMed. enlace