Turbulencias entre Francia y Argelia
La relación entre Francia y Argelia desde la independencia en 1962 ha estado cargada de desencuentros, tensiones políticas y toda una suerte de altibajos con algún período de estabilidad entremedias, principalmente durante la presidencia de Chirac y Bouteflika.
El último episodio que ha provocado el enfado del régimen argelino y la llamada a consultas del embajador en París ha sido la salida de la activista y opositora Amira Bouraoui. Sobre la periodista franco-argelina recaía una prohibición de salida del país, así como una causa judicial en la que se enfrentaba hasta a dos años de prisión acusada de “Ofensas al Islam” y “Atentado contra la persona del Presidente de la República”.

La figura de Bouraoui es conocida por encabezar el movimiento “Bakarat”, desde 2014, que se oponía a la candidatura de Bouteflika a un cuarto mandato. La activista, que ya fue encarcelada en 2020, cruzó la frontera con Túnez, pasaporte francés mediante, y sin visa para el paso fronterizo.
La secuencia, según los medios locales, transcurre de la siguiente forma; Bouraoui es detenida el tres de febrero por la policía tunecina a requerimiento de Argelia en el aeropuerto internacional de Cartago cuando se disponía a coger un vuelo a Francia. La policía de fronteras de Túnez tenía orden de devolver a Bouraoui a Argelia por dos motivos, en primer lugar, por orden de extradición emitida por las autoridades argelinas, y segundo, por encontrarse en situación irregular en el país.
Ante este escenario, su abogado, François Zimeray, declaró que no dudaría en interponer una querella ante la Fiscalía francesa por secuestro si su clienta no era puesta en libertad inmediatamente, sabiendo que, en derecho francés, la detención arbitraria cometida por un agente de la fuerza pública es un delito cuando este crimen se comete en el extranjero contra un ciudadano francés, siendo los tribunales franceses los competentes para juzgar la causa.
De hecho, el propio abogado apuntilló que Quai d’Orsay, la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores francesa, se moviliza rápido y lo hace bien. A buen entededor, ya se sabe.
Le Président de la République 🇩🇿 rappelle en consultations l'ambassadeur d’#Algérie en #France
— ALGÉRIE PRESSE SERVICE | وكالة الأنباء الجزائرية (@APS_Algerie) February 8, 2023
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Bouraoui fue puesta a disposición judicial en Túnez y seguidamente en libertad, tras lo cual, según Le Monde, fue trasladada a la embajada francesa a la espera de obtener el permiso del presidente tunecino Kais Saied para abandonar el país. La intervención de los servicios consulares franceses sin duda ha sido decisiva para la salida de la activista.
La crisis, por lo pronto, le ha costado el cargo al ministro de Exteriores tunecino, Othman Jerandi, en parte por el contexto de crisis política interna que atraviesa Túnez, y en parte por el amago de Argel de bloquear el tráfico de mercancías en la frontera.
Por otro lado, François Delmas, portavoz del Ministerio de Exteriores francés, quiso quitarle hierro al asunto llamando a la cooperación bilateral con Argelia y explicando que Bouraoui es una ciudadana francesa, y por tanto, las autoridades francesas ejercen su protección consular, nada fuera de lo habitual.
La activista agradeció personalmente a todos aquellos que han colaborado para que no se encuentre de nuevo entre rejas, citando a Amnistía Internacional y Human Rights Watch, periodistas y personal de la embajada de Francia en Túnez. Sin embargo, aseguró que su llegada a Francia no es un exilio y que volverá a Argelia muy pronto.
1/4 "Personne ne m'a aidé à quitter l'Algérie".
— TV5MONDE Info (@TV5MONDEINFO) February 9, 2023
Son départ "illégal" d'Algérie et son retour en France via la Tunisie provoque une nouvelle crise. Dans 64' la journaliste et militante Amira Bouraoui s'exprime pour la première fois.
#64 #TV5MONDE #AmiraBouraoui #Algerie pic.twitter.com/eez1gy3lCr
Todo ello sucede pocas semanas después de la visita del Jefe de Estado Mayor de la ANP (Armée Nationale Populée) a París con el compromiso de reforzar la cooperación. Encuentro que no se producía desde hace 17 años, además de la visita programada a Francia del propio presidente Tebboune en el mes de mayo.
La reacción de Argel no se ha hecho esperar. El Ministerio de Asuntos exteriores y de la Comunidad Nacional en el extranjero emitió un comunicado en los siguientes términos:
“Argelia condena firmemente la violación de la soberanía nacional por personal diplomático, consulares y de seguridad pertenecientes al Estado francés que hayan participado en una operación clandestina e ilegal de exfiltración de una ciudadana argelina cuya presencia física en el territorio nacional ha sido prescrita por la justicia argelina”.
En la misma declaración afirma que se trata de un hecho inadmisible que causa un gran daño a la relación argelino-francesa.
Ahora queda en entredicho la mejoría de las relaciones entre ambos Estados que venía aconteciendo después de septiembre de 2021, cuando el presidente Macron criticó el relato propagandista y desinformado que se hacía de la historia y guerra de Argelia por parte de la élite política y militar con el fin de enemistar al país con Francia.
Tunisie: le ministre des Affaires étrangères, Othman Jerandi, limogé par le président https://t.co/SRCXi60P8s pic.twitter.com/f8OZn5UxgM
— RFI (@RFI) February 8, 2023
Como consecuencia, se desencadenó una de las crisis más graves desde 1962, en la que Francia restringió las solicitudes de visados a Argelia, Marruecos y Túnez, en parte para que aceptaran la devolución de sus conciudadanos expulsados, cuestión para nada desdeñable teniendo en cuenta la gran comunidad argelina que reside en Francia. Argelia, por su parte, prohibió la entrada en su espacio aéreo a aviones militares franceses, por entonces participando aun en Malí, además de marginar la huella francesa y al mismo idioma, que desde 2016 deja de ser lengua oficial, a pesar de ser hablada por alrededor del 70% de la población.
Así pues, cabe señalar que Argelia es un actor político, económico y militar de primer orden en el Magreb y el continente africano. Además, cuenta con grandes reservas de gas natural que suponen a día de hoy un recurso estratégico fundamental para el suministro energético europeo en detrimento del gas ruso.
Por otro lado, nada parece indicar que el Frente de Liberación Nacional, partido único hasta 1989 y actualmente en el poder, vaya a ser derrocado del mismo. En la mentalidad de los líderes argelinos, el pasado colonial francés pesa como una losa en las relaciones con la antigua metrópoli, aparte de ser una herramienta para desviar la atención y eludir responsabilidades políticas.
Francia por su parte trata con un país al que le une un vínculo histórico y una comunidad presente que le obliga a mantener una relación lo más fructífera posible, a pesar de vaivenes, así como de mantener un equilibrio difícil en las relaciones con el vecino Marruecos, beligerante con Argelia y empoderado por el creciente reconocimiento internacional del Sahara como territorio marroquí.
La militante franco-algérienne Amira Bouraoui échappe à une extradition vers Alger depuis la Tunisie après l’intervention de la France. Elle a quitté Tunis, lundi dans la soirée, à bord d’un vol en direction de Lyon | par @madjze https://t.co/vPgDGG1ytL
— Le Monde (@lemondefr) February 7, 2023
En un contexto donde el Elíseo pierde presencia e influencia en el continente africano, testigo que recogen actores como China y Rusia -esta última especialmente, como aliada tradicional de Argelia-, la próxima cumbre bilateral en París, de celebrarse, supondrá una oportunidad para tratar de enmendar una vez más una relación estratégica para Francia, la Unión Europea y esta convulsa ribera del Mediterráneo.