Yemen: el fracaso de la diplomacia
La guerra de Yemen gira entorno a la Batalla de Marib, lo que está condicionando las negociaciones y hasta el uso de instrumentos tan dramáticos como el terrorismo, las sanciones o la aviación.
Con un frente estabilizado tras casi 7 años de guerra, hay pocos lugares en los que aún merezca la pena batallar, y Marib es uno de ellos.
Esta ciudad alberga a millones de refugiados que han huido de las represalias huzíes, constituye la entrada desde las montañas yemeníes al desierto de Rub al Jali, y a pocos kilómetros cuenta con extensos campos de hidrocarburos -incluyendo numerosos oleoductos-.

Si los huzíes logran capturar semejante botín, no sólo asestarán un gran golpe simbólico a la Coalición Árabe, sino que llenarán sus arcas con el crudo yemení, lo que garantizará la estabilidad financiera huzí en el futuro.
Para vencer en Marib, Arabia Saudita ha apoyado a Sultán al Arada, quien con ayuda de las tribus de la zona -algunas enemigas tradicionales de los huzíes- ha logrado defender con éxito Marib, sin embargo 3 años de guerra han desgastado mucho a los defensores.
Entretanto, desde 2017-2018 las desavenencias entre Emiratos y Arabia Saudita llevaron a que el ejército de EAU abandonara el país -si bien ha mantenido ciertas instalaciones logísticas para apoyar a algunas tribus y a los Comités Secesionistas de Yemen del Sur-.
Desde entonces, la lucha se centró en 2 actores: Arabia Saudita y los huzíes con sus respectivos apoyos, incluyendo el material de guerra iraní.
Sin embargo, en los últimos meses Abu Dabi ha vuelto a apoyar a Arabia Saudita ayudando a las Brigadas de los Gigantes para que presionen en la provincia de Shabwa, lo que distrae a los huzíes de sus objetivos militares en Marib.
Este último hecho habría sido el detonante del ataque con misiles y drones a Abu Dabi, un ataque que el Consejo de Seguridad de la ONU ha catalogado de "ataque terrorista" y que ha dejado varios muertos.
Este letal ataque no solo ha acabado con varias vidas, sino que ha volado por los aires la política exterior de Joe Biden en Yemen. Recordemos que el mandatario estadounidense había establecido la paz en Yemen como uno de sus grandes objetivos en política exterior.

Joe Biden había desairado a sus aliados árabes impidiendo las operaciones ofensivas en Yemen y eliminando a los huzíes de la lista de grupos terroristas.
Con estos gestos se pretendió tender la mano a los huzíes y tratar de buscar una solución diplomática. Hoy, la condena unánime del ataque "terrorista" por parte del Consejo de Seguridad y, por Reino Unido y Estados Unidos a título particular, viene a "enterrar" la estrategia estadounidense para Yemen.
El ataque contra el Aeropuerto Internacional de Abu Dabi solo es uno más entre una larga lista de indirectas políticas, chantajes y combates.
Por ejemplo los huzíes también están usando al FSO Safer y el potencial desastre que puede desatar sobre Bab el Mandeb como manera de presionar, mientras que Arabia Saudita usa la aviación para atacar a los primeros.
Como conclusión, ni tan siquiera la diplomacia de Estados Unidos ha logrado detener esta guerra, ¿si evitásemos vender armas a los países árabes salvaríamos alguna vida?, no.