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Por Redacción

África es el continente con mayor crecimiento demográfico del mundo, con una de las poblaciones más jóvenes y con previsiones económicas muy alentadoras ¡Continente del futuro! le llaman en prensa. Pero ¿Cuál es la razón para esto?

La ventajosa demografía que tiene África es un factor clave que unida a la inversión extranjera potencian el crecimiento del continente. Inversión y demografía son los factores clave para que el continente reciba ese apelativo.

Por otro lado, China está más en boga que nunca, tanto por el “coronavirus”como por su estrategia mundiales como “La Nueva Ruta de la Seda”o su guerra comercial con EEUU… Sin embargo, China también destaca en un aspecto quizá más desconocido pero muy relevante para su estrategia mundial, y es su presencia en el continente africano y la inversión que realiza allí. A priori podemos pensar ambos actores no tienen nada en común y que sus realidades son muy diferentes, sin embargo, esto no está nada más lejos de la realidad. El continente africano actualmente está repitiendo en cierta manera el proceso que atravesó China para convertirse en una de las mayores potencias económicas del mundo, ambos están unidos a través de la industria y sus procesos.

En África aumenta la demanda y la oferta de mano de obra debido a su joven y creciente demografía. En China necesitan mano de obra para su industria, así como materias primas y energía. La unión parece innegable. África es un nuevo mercado muy tentador por la relevancia que se estima que va a alcanzar para la comunidad internacional.

Desde la Conferencia de Bandung o Afroasiática en 1955, ambos continentes empezaron a estrechar relaciones en un mundo que les había dejado fuera de juego, tanto por la gran presencia de las potencias mundiales y la polarización que representaban como por la descolonización que habían experimentado muchos de los países implicados. Esta Conferencia que dio lugar al Movimiento de Países No Alineados fue clave para empezar estas relaciones.

LA ESTRATEGIA DEL GIGANTE ASIÁTICO

Estas relaciones que empezaron hace más de 50 años se han intensificado en el siglo XXI, desde el 2000 con la entrada de China en la OMC y especialmente desde el 2009 cuando China se convirtió en el primer socio comercial de África por delante de EEUU. China ha pasado de ser una economía poco desarrollada a crecer incesantemente en los últimos treinta años, se industrializó y su crecimiento económico despegó hasta convertirse hoy en día en la segunda potencia económica mundial.

Año 2019

A pesar de los problemas que enfrenta como la depreciación del yuan, el aumento de la deuda o la necesidad de aumentar su consumo interno, la estrategia internacional de China está clara, no solo ser una potencia económica sino ser la primera potencia mundial en todos los ámbitos. Desde la “Nueva ruta de la seda”, el plan “Made In China 2025” o, estrategias para la renovación de la imagen del país asiático como la “fábrica del mundo”, China quiere avanzar en la carrera tecnológica, y competir con productos y servicios de calidad.

Su mano de obra ahora es más cara y cualificada, lo que ha provocado que el sector manufacturero y la construcción hayan perdido competitividad. La necesidad de exportar e importar de China se suma a estos factores, y todos ellos encuentran en África una de las mejores soluciones. En 2018 en el contexto de una reunión del “Forum On China África Cooperation” (FOCAC), donde la mayoría de los líderes africanos y el presidente chino se reunieron, se anunció que China daría más de 60 millones en préstamos, financiación al desarrollo y ayudas. También se anunciaron 8 iniciativas para mejorar las relaciones entre ambos actores. Estas iniciativas incluían los ámbitos de la salud, la cultura y el intercambio cultural, la educación, seguridad etc.

China representa la oportunidad que África necesita. El continente africano necesita industria, necesita inversiones en varios sectores, y China está dispuesto a dárselo, una estrategia “win to win”, sin imposiciones políticas a priorí y sin interferir en la soberanía de los países africanos. África y China parecen ser los aliados perfectos, el continente africano abastecerá de materias primas, alimentos y mano de obra a la industria y construcción chinas que han sufrido la pérdida de competitividad, mientras China invertirá en el continente africano para impulsar aún más el crecimiento, creará y dará trabajo a los locales y aprovechará así el potencial del continente. Infraestructuras y transportes, industrias, oportunidades laborales… ambos actores ganan.

Vía: El Periódico

Hay que tener en cuenta dos aspectos clave en este sentido, el primero es que la mayoría de las empresas chinas que actúan en África dan trabajo en su mayoría a la población local como punto de partida para la creación de riqueza y para el crecimiento de la región. Y el segundo es que las infraestructuras han sido uno de los puntos fuertes para impulsar todo este crecimiento, China ha ayudado a que gran parte de los países africanos estén mejor conectados en cuanto a transporte se refiere, por lo que los intercambios comerciales intercontinentales se han visto favorecidos también.

En cuanto a las inversiones que se realizan hay una parte importante que son las “Inversiones Extranjeras Directas” (IED), y sobre las que el informe de las Naciones Unidas sobre las inversiones en el mundo dice que mientras a nivel mundial las IED están disminuyendo en África han aumentado un 11% en 2018.

Estas inversiones van destinadas a proyectos concretos y elegidos por las empresas que los van a desarrollar, pero hay otra parte que es la Ayuda Oficial al Desarrollo, más general, y que se destina a proyectos más humanitarios y de desarrollo como tal África es uno de los receptores principales de la Ayuda Oficial de China y esto ha tenido un gran impacto positivo en el continente. Tanto la Ayuda Oficial como las IED representan gran parte de la cooperación entre estos actores, pero el comercio y los intercambios son el factor primordial.

La Primera Exposición Económica y Comercial China-África se celebró en Changsha, Hunan, China, el 29 de junio de 2019.

La actuación de China en África no es meramente económica, hay varios puntos clave:

  • El ámbito principal es la economía y es que África es un socio comercial con muchas posibilidades, también China necesita energía y diversificar su industria para lo cual África representa una de las mejores opciones por la mano de obra y la juventud demográfica además de los recursos naturales. Militarmente hablando China ha establecido su primer puerto militar en el extranjero en las costas del cuerno de África, en Yibuti, junto a otros dos en Kenia y Sudán. Estos puertos tienen gran relevancia en su estrategia del “Collar de perlas” y es que militarmente representan puntos clave en el continente africano que le proporcionan una buena posición geoestratégica.
  • Paz y seguridad, de la economía se extrapolan muchas consecuencias, entre ellas algunos de los conflictos que hay dentro de las fronteras de algunos países africanos. China como inversor necesita y pretende buscar la estabilidad dentro de los bordes donde va a inyectar dinero, así pretende mediar en cierta forma en algunos entornos conflictivos como puede ser Mali.
  • Estrategia diplomática, no es nuevo que China pretende expandirse mundialmente en todos los sentidos, pero puede que sí lo sea que para esto África siempre ha sido un socio indiscutible. Esto quedó demostrado por ejemplo cuando los países africanos dieron su apoyo al gobierno de Pekín con su voto positivo en la Asamblea General de Naciones Unidas en 1972 como representante legítimo de China, dejando así fuera de juego a la República de China reducida a Taiwán.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Hay muchos analistas y observadores que ven esta situación como una amenaza, especialmente desde Europa. Sin embargo, hay otros que lo ven como una oportunidad para el continente africano de desarrollarse y utilizar las herramientas que les dan. Al igual que ven una estrategia muy bien desarrollada por parte de China, se están forjando aliados potenciales a largo plazo y con futura relevancia internacional mientras están obteniendo beneficio económico del continente.

Una de las mayores críticas que se hace de esta relación es que a pesar de que a priori no hay interferencia en la soberanía de los distintos países africanos, se cree que la acción china está creando situaciones de dependencia económica que puede ser interpretada como una nueva forma de colonialismo. Esta dependencia económica puede terminar por influir en la política de los países y crear situaciones de desestabilidad. En este sentido la transparencia es un tema controvertido ya que no está claro en qué punto se desarrollan los contratos y las negociaciones entre China y los países africanos.

Los más escépticos utilizan el ejemplo del endeudamiento de Sri Lanka con China como posible futuro para el continente africano, el cual ya acumula algunos países con millonarias. China a pesar de la debilidad de las economías de estos países ha sabido ofrecer condiciones óptimas para los préstamos que ha realizado.

Por otra parte, China está más presente como prestamista que como inversor. A pesar de ser un gran actor en el continente, Europa sigue siendo el mayor inversor. China solo lo supera en infraestructuras. Según el informe sobre las inversiones en el mundo de las Naciones Unidas, en 2017 Francia seguía la cabeza de éstas seguida de otros entre los que se encuentra China. A pesar de estos datos, el gigante asiático es el principal origen de las importaciones de la práctica totalidad del continente africano. Pero por otra parte la realidad muestra que los esfuerzos chinos en el continente africano no son suficientes y que el gigante asiático realiza mayores inversiones en otras partes del mundo, sus sectores favoritos en África son el transporte y las infraestructuras ya que son los que más le benefician de cara a sus intereses.

El FUTURO PARA EL CONTINENTE DEL FUTURO

El afropesimismo se ha visto sustituido por el afrooptimismo, analistas y organizaciones han hecho predicciones muy positivas para los años que vienen en África. El PIB está creciendo más que nunca y a pesar de los desafíos que presenta el incesante crecimiento demográfico como por ejemplo el control de la fecundidad, es un buen indicador de lo que puede llegar a ser el continente africano.

El Banco Mundial dice que aún deben resolverse muchos de estos desafíos para que los avances no sean frenados y el crecimiento pueda ser real. También nos muestra la diferente realidad que viven los diferentes países del continente. Cada uno de ellos tiene unas condiciones y factores que los llevan a desarrollarse en distintos niveles y ritmos Por ejemplo destacan Sudáfrica, Nigeria, Kenia, Etiopia, Ghana… entre los países con mejores resultados y previsiones.

Muchos otros ven en este crecimiento demográfico un problema debido a todos los desafíos que aún enfrenta la sociedad africana. La pobreza, las desigualdades, la falta de desarrollo en general… son factores que los más desconfiados exponen como catalizadores de un problema mayor por la falta de control sobre la demografía.

El crecimiento del continente es indudable, sin embargo, la cuestión está en la inclusividad de éste, que se produzca dentro de unos patrones de desarrollo o no. China juega un papel importante en esto por las condiciones y actividades que está estableciendo y desarrollando en los países africanos, por eso muchos dudan de sus intenciones y no existe consenso sobre si su acción en África es un nuevo colonialismo o cooperación para el desarrollo del continente.

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