Medio de comunicación independiente

En el año 2000, Richard J Norton, profesor de la escuela de guerra de la armada de los Estados Unidos, estaba de viaje por Sudáfrica. El conserje de su hotel en Durban le aconsejó que, si quería salir a cenar fuera, era recomendable moverse por la ciudad en un coche blindado con escolta armada. La ciudad era segura de día, pero por la noche el panorama cambiaba completamente.

En otra etapa de su viaje visitó Johannesburgo, donde se encontró con la noticia de que la bolsa de valores iba a cambiar de sede a una localidad en los suburbios porque el centro de la ciudad se había convertido en un lugar peligroso. La experiencia le sirvió de punto de partida para reflexionar y estudiar sobre la idea de la decadencia de las ciudades que se convierten en territorios sin ley en manos de grupos armados.

En otoño del año 2003 salió publicado en la Naval War College Review un artículo firmado por Norton titulado “Feral Cities” (“Ciudades ferales”). El término feral, que comparte la misma raíz que fiera y feroz, se refiere a los animales domésticos que por la circunstancia que sea pasan a vivir en libertad y se asilvestran. En sus palabras, una ciudad feral “sería una metrópolis de una población de más de un millón de habitantes en un estado en el que el gobierno ha perdido la habilidad para mantener el imperio de la ley dentro de los límites de la ciudad que, sin embargo, permanece como un actor funcional en el sistema internacional más amplio” y en donde “los residentes no tienen acceso a los servicios más básicos de salud o seguridad” (2003:98).

En las ciudades ferales el poder estaría fragmentado: “criminales, grupos de resistencia armados, clanes, tribus y asociaciones vecinales ejercen varios grados de control sobre partes de la ciudad” (2003:98). Mientras que “el imperio de la ley ha sido reemplazado desde largo tiempo por poco menos que la anarquía en la que la única seguridad disponible es la que se obtiene a través de la fuerza bruta” (op. cit.:97).

En la práctica, las ideas de Norton son equivalentes a aplicar a las ciudades el concepto de “Estado Fallido” (op. cit.:97-98), muy en boga por entonces para referirse a aquellos países donde la estructura del Estado había colapsado o se había visto severamente debilitada de tal forma que el gobierno se veía incapacitado para ejercer su autoridad, mantener el orden y proveer de servicios públicos a los ciudadanos.

La preocupación de Norton por un concepto, que él mismo reconocía no tenía todavía existencia en el mundo real, quizás con la excepción de Mogadiscio (op.cit.:98) es que se imaginaba que de existir un lugar así no existiría aislado como un fenómeno curioso y llamativo. Sino que en un mundo conectado en el marco de la globalización mantendría “un mínimo de vínculos comerciales y alguno de sus habitantes tendría acceso a las tecnologías de comunicación y computación más modernas del mundo” (op.cit.:97). Al final, una ciudad así terminaría atrayendo a organizaciones armadas, desde grupos terroristas a grandes fuerzas paramilitares, presentando “desafíos militares únicos” (op.cit.:105) y también para los servicios de inteligencia si se vieran limitados a observar la ciudad feral desde fuera sólo con satélites y drones (op. cit.: 99).

Curiosamente, considerando la fecha, Norton no sólo imaginaba a las ciudades ferales como una fuente de problemas por su potencial de convertirse en nodo de toda clase de comercios ilícitos, sino porque una ciudad sin servicios de salud funcionales podría ser un foco de pandemias (op. cit.: 100).

El concepto de ciudad feral es francamente atractivo y estimula la imaginación para pensar en toda clase de futuros distópicos propios de la ciencia ficción cyberpunk. Pero Norton quería que su idea sirviera no sólo para anticipar el desafío futuro de imponer orden o tener que combatir en ciudades que hubieran caído en la anarquía, sino que el concepto sirviera para estudiar y anticipar mejor la degradación de una ciudad. Así, propone una serie de indicadores (op. cit.: 101), mejorado posteriormente (2010:56-58) con cinco variables a tener en cuenta (gobernanza, economía, servicios, seguridad y sociedad civil) y tres niveles (verde, amarillo y rojo).

Fuente: Norton, 2010:57.

Considerando que no abundan los casos de ciudades ferales en la realidad, Norton proponía otra idea interesante: hay ciudades que tienen zonas que sí lo son y hay ciudades que se convierten en ciudades ferales cuando llega la noche. Es decir, una ciudad puede presentar las características de una ciudad feral por zonas o por momentos del día.

El concepto de las ciudades ferales es relevante por la creciente urbanización del planeta, que ya supera el 50% del total de la población mundial. Se calcula que para 2030 serán dos tercios de la humanidad los que vivan en áreas urbanas. Pero ese crecimiento de la población urbana tendrá lugar fundamentalmente en los continentes africano y asiático. Además el crecimiento global de la población urbana llevará a la proliferación de grandes áreas urbanas, las megaurbes o megaciudades, con más de diez millones de habitantes.

Ese proceso de creciente urbanización pondrá a prueba la capacidad de las autoridades para responder las demandas y necesidades de los nuevos habitantes de las ciudades, que suelen concentrarse en zonas de viviendas precarias de la periferia (slums, favelas, villas, etcétera).

Norton se muestre pesimista sobre las posibilidades de la comunidad internacional para impedir la proliferación futura de ciudades ferales pero advierte que las "soluciones sociales preventivas" son preferibles a las "políticas-militares que requieran el uso de la fuerza" (op. cit.: 75). Sin embargo, vemos cómo proliferan las publicaciones, documentos y eventos provenientes del Pentágono y el eco-sistema de think-tanks que anticipan un futuro con combates en las megaciudades.

REFERENCIAS:

NORTON, Richard J.: "Feral Cities". Naval War College Review. Otoño 2003, Vol. LVI, No. 4.

NORTON, Richard J.: "Feral Cities: Problems Today, Battlefields Tomorrow?"
Marine Corps University Journal. Vol. 1 Nº1. Primavera 2010.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.