La Cúpula de Hierro israelí
A las 2:00 horas de la madrugada (hora local) del viernes 21 de mayo entró en vigor el alto fuego entre Israel y los grupos armados palestinos en Gaza. Tras once días de enfrentamiento, el sistema de defensa Cúpula de Hierro emergió como uno de los grandes protagonistas de la campaña.
Orígenes del proyecto
El proyecto Cúpula de Hierro arrancó en 2005 de la mano de Danny Gold, jefe de la Unidad de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Defensa israelí. Fue la constante lluvia de cohetes de la organización libanesa Hezbolá durante la guerra de 2006, casi 4.000 cohetes lanzados contra Israel en 33 días (Goldstein y Docherty, 2007), el que generó en los decisores políticos el sentido de urgencia que llevó en 2007 a aprobar definitivamente su compra.

Cada batería del sistema Cúpula de Hierro la componen un puesto de mando y control fabricado por mPrest, un radar ELM-2084 de Elta Systems y tres lanzadores, cada uno de los cuales cuenta con 20 misiles Tamir. Los lanzadores no se recargan misil a misil, sino que se montan primero en un soporte de 20 que permite colocarlos todos de golpe. Según el fabricante, una batería del sistema Cúpula de Hierro cubre 100 km2. A modo de comparación, el área metropolitana de Tel Aviv tiene 176km2 (Shapir, 2013:86).
Derribar un cohete que cruza el cielo a gran velocidad es todo un desafío tecnológico. Una vez el radar ELM-2084 del sistema Cúpula de Hielo detecta un cohete, el sistema calcula su trayectoria. Descarta el blanco si el punto de impacto previsto es un descampado. Si el punto de impacto previsto es un blanco vulnerable, como un área edificada, en tiempos de paz se disparan normalmente dos misiles Tamir para asegurar el derribo. Durante el reciente conflicto se disparó un solo misil.

Como hemos visto en numerosas fotos los pasados días, los misiles Tamir dibujan formas caprichosas mientras se elevan en busca de blancos porque no van directamente hacia su objetivo. El sistema dirige al cohete hacia un lugar por el que calcula pasará el cohete. El misil Tamir tiene en la punta su propio radar pero el sistema va recibiendo mediante un enlace de datos correcciones de última hora por parte del puesto de mando y control. En realidad, derribar un cohete no es cuestión de lograr con toda precisión que el misil Tamir choque frontalmente contra el cohete. El misil Tamir cuenta con una espoleta de proximidad que dispone de un láser que busca blancos cercanos y cuando lo detecta explota, dispersando una nube de metralla que es la que destruye el cohete.
Part of an Iron Dome Tamir interceptor fell in the #Gaza Strip. pic.twitter.com/6Xj30m1JMW
— Joe Truzman (@Jtruzmah) November 14, 2019
Las primeras experiencias y la reciente modernización
Durante el conflicto entre Israel y los grupos armados palestinos de la Franja de Gaza a finales de 2008, el enfrentamiento que las Fuerzas de Defesa de Israel denominaron Operación PLOMO FUNDIDO, los grupos armados palestinos emplearon cohetes de artillería Grad de versiones avanzadas. Las nuevas versiones con un alcance mejorado de 20 a 40 kilómetros colocaron a medio millón de ciudadanos israelíes bajo el fuego palestino. Durante aquel conflicto los grupos armados palestinos lanzaron entre 550 y 600 cohetes, según se atienda a las versiones palestinas o israelíes (Rubin, 2009:2), generando premura en el desarrollo del sistema Cúpula de Hierro.

Finalmente, el 28 de marzo de 2011 entró en servicio la primera batería del sistema Cúpula de Hierro cerca de la ciudad de Beerseba. Es posible que la ubicación real fuera la central nuclear de Dimona u otra infraestructura estratégica. Los planes originales israelíes eran utilizar el sistema para proteger instalaciones estratégicas pero, tan pronto su disponibilidad se hizo pública, la presión obligó a ubicar las baterías del sistema Cúpula de Hierro en torno a las poblaciones civiles. Poco tiempo después, el 7 de abril, tuvo lugar el primer disparo en condiciones reales, derribando un cohete lanzado desde la Franja de Gaza.

En noviembre de 2012 ya se había producido la quinta batería, que tan pronto como salió de la fábrica se llevó a toda prisa al área metropolitana de Tel Aviv mientras tenía lugar un nuevo enfrentamiento entre Israel y los grupos armados palestinos de la Franja de Gaza. Se trata de la campaña militar que el ejército israelí denominó Operación PILAR DEFENSIVO. Si durante aquel año el sistema Cúpula de Hierro había alcanzado una efectividad del 76,7%, según un portavoz de las Fueras de Defensa de Israel, durante la Operación PILAR DEFENSIVO alcanzó un 84% (Shapir, 2013: 83). El despliegue del sistema Cúpula de Hierro tuvo entonces un enorme valor político. A ojos de los habitantes del sur de Israel “[l]es probó que las FDI estaban haciendo todo lo que podían para protegerlos” (Shapir, 2013:88).
En el verano de 2014 tuvo lugar otro enfrentamiento entre Israel y los grupos armados de Gaza, una campaña militar bautizada como Operación MARGEN PROTECTOR por las Fuerzas de Defensa de Israel. A su comienzo había 6 baterías activas del sistema Cúpula de Hierro. El enfrentamiento duró entre el 8 de julio y el 26 de agosto, periodo en el que se dispararon unos 4.500 cohetes contra Israel. Según fuentes israelíes, unos 3.600 cayeron en espacios abiertos, 200 fueron lanzamientos fallidos, 735 fueron interceptados por el sistema Cúpula de Hierro y 225 impactaron en áreas edificadas en Israel y causaron daño (Shapir, ¿?::46).
En 2020, el Ministerio de Defensa israelí afirmó que el sistema había derribado el 85% de los blancos contra los que había sido empleado en 2.000 ocasiones desde su entrada en servicio. El 12 de enero de ese año tuvieron lugar las pruebas de la última versión del sistema, durante las que habría alcanzado un 100% de efectividad (Trevithick, 2020). El 13 de mayo de 2021, durante la Operación GUARDIÁN DE LAS MURALLAS habría tenido lugar el primer derribo en circunstancias reales de un dron. En este caso de un dron de HAMAS que entró en espacio aéreo israelí desde Gaza (Frantzman, 2021).
Dilemas y limitaciones de un sistema estrella
El sistema Cúpula de Hierro ha sido sin duda la estrella de la reciente campaña militar israelí en Gaza. Su desarrollo y despliegue fue inevitable desde el mismo momento del lanzamiento del proyecto. Tan pronto la opinión pública conoció su existencia, resultó imposible para cualquier líder político israelí retrasar o suspender el desarrollo del proyecto. Es más, el proyecto nació pensando en la protección de instalaciones estratégicas. Pero la presión de la opinión pública obligó a su despliegue protegiendo núcleos de población. Pero si su existencia se convirtió en históricamente inevitable tan pronto como el proyecto salió a la luz, el perfeccionamiento del sistema ha generado un problema estratégico imprevisto para Israel.
La alta efectividad del sistema Cúpula de Hierro supone un número reducido de víctimas civiles y daños materiales para Israel y por tanto, tras cualquier agresión con cohetes por parte de los grupos armados de Gaza, la respuesta de Israel será a ojos del mundo excesiva y desproporcionada (Hambling, 2021). El mundo le reprocha a Israel que haya logrado proteger a su población con un alto grado de efectividad. De no existir el sistema y considerando el volumen de lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza estaríamos hablando de un número considerable de muertos y heridos en Israel.
El empleo del sistema Cúpula de Hierro por parte de Israel responde a unas circunstancias muy particulares. Su desarrollo fue financiado con dinero estadounidense durante los tiempos del presidente Barack Obama. Y supone responder al lanzamiento de un cohete no guiado, cuyo coste se calcula entre los los 500 y 600 dólares, con un misil que cuesta entre 40 y 50 mil dólares (Putz, 2008). El presidente Joe Biden ha prometido que Estados Unidos ayudará a a Israel a reponer su arsenal de misiles Tamir.
El enfrentamiento entre los grupos palestinos armados en Gaza e Israel se convirtió por tanto en una guerra de salvas en el que cada bando debía calcular cuidadosamente su estrategia de empleo para no agotar su arsenal de proyectiles. La pregunta es cómo se comportará el sistema Cúpula de Hierro en el próximo enfrentamiento de Israel con Hezbola, organización que cuenta con un arsenal de cohetes más avanzado y numeroso que el de los grupos palestinos en Gaza.
Otro desafío para Israel es hacer frente a los proyectiles de mortero y frente a los cohetes con trayectorias planas que vuelan bajo, como vimos en el reciente conflicto en el caso de un proyectil que impactó en un complejo de edificios en la ciudad de Asquelón, a pocos kilómetros del norte de la Franja de Gaza. Para hacer frente a ese otro tipo de amenazas, en Israel se está desarrollando un sistema láser de alta energía (HEL por sus siglas en inglés) que sirva de defensa contra proyectiles llamados Rayo de Hierro ("Iron Beam"). Pero todo esto son, evidentemente, avances tecnológicos que no nos debe hacer olvidar que Israel todavía no tiene una estrategia política para acabar con el conflicto.
REFERENCIAS
FRANTZMAN, Seth J.: "Iron Dome intercepts drone during combat for first time, says Israeli military". Defense News. 18 mayo 2021.
GOLDSTEIN, Eric y DOCHERTY, Bonnie: “Civilians under Assault. Hezbollah’s Rocket Attacks on Israel in the 2006 War”. Human Rights Watch. 28 agosto 2007.
HAMBLING, David: “Under The Iron Dome: The Problem With Israel’s Rocket Shield”. Forbes. 12 mayo 2021.
PUTZ, Ulrike: "A Visit to a Gaza Rocket Factory". Der Spiegel. 29 enero 2008.
RUBIN, Uzi: “An Active Defense against Rockets and Missiles: The Lessons of Operation Cast Lead and The 2006 Lebanon War”. BESA Center Perspectives Papers No. 69, February 19, 2009
SHAPIR, Yiftah: “Lessons from the Iron Dome". Military and Strategic Affairs. Volume 5, No. 1. Mayo 2013. Páginas 81-94.
SHAPIR, Yiftah S.: “Rocket Warfare in Operation Protective Edge” en KURZ, Anat y BROM, Shlomo (eds.): The Lessons of Operation Protective Edge. Institute for National Security Studies, Tel Aviv 2014. Páginas 43-50.
TREVITHICK, Joseph: "Upgraded Israeli Iron Dome Defense System Swats Down 100 Percent Of Targets In Tests". The War Zone. 13 enero 2020.