Medio de comunicación independiente

Por Jesús M. Pérez Triana.

En los años noventa el historiador estadounidense Edward Luttwark introdujo el concepto de "guerras postheroicas" para referirse a cómo en los países más desarrollados la opinión pública muestra una fuerte reacción negativa a las bajas en combate.

El Síndrome de Vietnam (1975-1991)

Entre el 29 y el 30 de abril de 1975 se consumó la retirada de todo el personal estadounidense de Saigón, la capital de Vietnam del Sur. Se cerraba así una intervención militar de una década que había comenzado oficialmente el 8 de marzo de 1965 con el desembarco de los marines en Da Nang. Aparte de las más de 58.000 bajas mortales y toda clase de secuelas físicas y emocionales en un número muy superior de veteranos, el principal legado para Estados Unidos de aquella guerra fue el llamado “Síndrome de Vietnam”. A pesar de ser una superpotencia, en la sociedad estadounidense quedaría un sentimiento de desconfianza hacia nuevas aventuras militares en el extranjero.

La imagen de un helicóptero UH-1 posado sobre un edificio anexo a la embajada estadounidense y una cola de civiles sudvietnamitas esperando ser evacuados se convirtió en la imagen más simbólica de la caída de Saigón. Foto. Hugh Van Es.

En el periodo 1975-1991 las fuerzas armadas estadounidenses llevarían a cabo sólo intervenciones puntuales y limitadas, como los ataques aéreos contra Libia en 1986 y el envío de fuerzas especiales a El Salvador. Precisamente la experiencia de Vietnam llevaría a Estados Unidos a delegar en Pakistán la distribución de la ayuda militar entre grupos afganos que combatían a la Unión Soviética.

Las únicas operaciones de envergadura fueron la invasión de la pequeña isla de Granada (1983) y la invasión de Panamá (1989). El despliegue de fuerzas de paz en el Líbano en 1983 concluyó con una retirada imprevista tras un ataque con bomba en el que murieron 241 militares estadounidenses.

La invasión iraquí del pequeño emirato de Kuwait el 2 de agosto de 1990 llevaría a la mayor movilización militar estadounidense desde la Guerra de Vietnam. La posibilidad de que el dictador iraquí Saddam Hussein se convirtiera en dueño de un importante porcentaje de las reservas mundiales de petróleo se convirtió en una seria amenaza para los intereses de Estados Unidos en la región, pero sin olvidar tampoco cómo el gobierno kuwaití en el exilio invirtió en los servicios de firmas de lobby y relaciones públicas, como Hill + Knowlton Strategies, que ayudaron a crear un estado de opinión favorable a la intervención militar.

La Guerra del Golfo se convirtió en una catarsis colectiva para Estados Unidos, donde llegaron a celebrarse desfiles de la victoria con serpentina y confeti. Se consideró que el Síndrome de Vietnam había sido superado y que la Guerra del Golfo marcaría el modelo a seguir de un Nuevo Orden Mundial en el que la comunidad internacional trabajaría unida para castigar duramente a quienes vulneraran las normas. La ilusión duró poco.

Desfile de la victoria tras la Guerra del Golfo.

Nuevas guerras en la Postguerra Fría

El fin de la Guerra Fría supuso la descomposición de los estados comunistas multinacionales, como la Unión Soviética y Yugoslavia que dieron lugar a cruentas guerras en el Cáucaso y los Balcanes, mientras la retirada del apoyo de las superpotencias a viejos aliados en lugares como África daba lugar a la descomposición de estados como Liberia, Zaire y Somalia. En 1994 el periodista estadounidense Robert D. Kaplan anunció en “La anarquía que viene” la aparición de un nuevo tipo de conflicto que la académica británica Mary Kaldor poco después bautizó simplemente como “Nuevas Guerras”.

En ese contexto, el historiador Edward Luttwark presentó en la primavera de 1995 el concepto de “guerra postheroica” para referirse a esta nueva era de guerras periféricas donde los intereses del país no estaban verdaderamente en juego y en los que la opinión pública mostraba una especial sensibilidad ante bajas. Por ejemplo, el despliegue militar estadounidense en Somalia fue cancelado en 1993 tras una batalla en el centro de Mogadiscio en el que murieron 19 militares, 73 resultaron heridos y fueron derribados dos helicópteros UH-60 Black Hawk.

Edward Luttwark. Foto vía Institut Choiseul.

Luttwark señalaba entonces que los cambios culturales en las sociedades más desarrolladas junto con los cambios demográficos, creaba un mayor rechazo a las bajas mortales en combate (1995:115). En las sociedades avanzadas donde ha concluido la transición demográfica de las familias se tienen menos hijos, a la par que las mejoras en los servicios sanitarios y las infraestructuras de saneamiento público reducen la mortalidad. La muerte se vuelve menos cotidiana y para cada familia la vida de cada uno de los descendientes tiene mucho más valor. Queda por tanto preguntarse cómo el fenómeno de las "sociedades postheroicas" ha arraigado en China, donde se aplicó por largo tiempo la política del hijo único.

La alternativa que propuso Luttwark un año después fue un nuevo modo de hacer la guerra donde la aviación, el armamento inteligente y los misiles de largo alcance redujeran la exposición de las tropas propias al enemigo (1996:42). Ese modelo vendría a ser el que practicara la OTAN en su intervención militar en Kosovo, donde sólo hubo dos bajas mortales entre las fuerzas aliadas y se trató de un accidente.

Como vimos en "La Hiperrealidad: Cuando la guerra se convierte en una tertulia televisiva", para el académico canadiense Michael Ignatieff la aplicación de ese modelo suponía un riesgo para las democracias, donde los ciudadanos no llegaban a tener verdadera consciencia de que su país había entrado en guerra. Si los países avanzados desarrollaban un modo de guerra altamente tecnológico con aeronaves no tripuladas y misiles de largo alcance, podrían verse más tentados a lanzarse a aventuras bélicas.

Más allá de Edward Luttwark

El concepto de Luttwark tuvo éxito y fue aceptado y reelaborado. Herfried Münkler, politólogo alemán que ha desarrollado el concepto de "nuevas guerras de Mary Kaldor" afirmó en una entrevista para la cadena pública alemana Deutsche Welle que Alemania era una "sociedad postheroica" (Münkler y Rabitz, 2012).

Monumento a los Veteranos de Vietnam en Washington, D.C. Autor: Hu Totya.

Münkler aportaba entonces otra razón más para la transición hacia las sociedades postheroicas, más allá de las explicaciones demográficas de Luttwark, Münkler señalaba la importancia del proceso de secularización en Occidente, perdiéndose por el camino el concepto de sacrificio.  Además, los militares fallecidos ya no eran percibidos como héroes "sacrificados en el altar de la patria" después del trauma colectivo de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Como vemos, las diferentes experiencias históricas en Estados Unidos y Europa explican el mismo fenómeno por diferentes razones.

El concepto de "sociedad postheroica" ha sido aplicado a otros contextos culturales. Por ejemplo, la presión social contra la presencia militar israelí en el Líbano desde 1982 y que llevó a la definitiva retirada en el año 2000, fue explicada allí como un resultado de la transición de Israel a una "sociedad postheroica". La elevada conmoción en Israel por el resultado de operaciones militares en el comienzo de la guerra del Líbano de 2006, que se saldaron con números muy pequeños de bajas, causó sorpresa entre los mandos militares y generó una percepción de derrota en el país a pesar de las victorias tácticas (Pérez, 2020).

Edward Luttwark planteaba en su formulación del concepto un dilema interesante. ¿Qué pasaría cuando las fuerzas armadas profesionales de sociedades postheroicas se enfrenten a combatientes insertos en lógicas tradicionales de honor y fervor religioso?

Vídeo de las fuerzas armadas turcas exaltando sus fuerzas comando donde se menciona repetidamente a Dios ("Alá" y "Ya Rabbi") y a los caídos en combate como mártires cuyo sacrificio se dice mantiene viva la Patria.

REFERENCIAS

KALDOR, Mary: Nuevas Guerras. Violencia organizada en la era global. Tusquets Editores, Barcelona, 2001.

KAPLAN, Robert D.: "The Coming Anarchy". The Atlantic. Febrero 1994.

LUTTWAK, Edward N.: "Toward Post-Heroic Warfare". Foreign Affairs, Vol. 74, No. 3. Mayo - Junio, 1995. Páginas 109-122.

LUTTWAK, Edward N.: "A Post-Heroic Military Policy". Foreign Affairs, Vol. 75, No. 4. Julio. - Agosto, 1996. Páginas 33-44.

MÜNKLER, Herfried: Nuevas y viejas guerras. Siglo XXI de España Editores, Madrid, 2005.

MÜNKLER, Herfried y RABITZ, Cornelia: “Somos una sociedad posheroica”. Deutsche Welle. 8 mayo 2012.

PÉREZ, Jesús M.: "El pensamiento militar israelí: de la Segunda Intifada a la Guerra del Líbano". Revista Ejército. Nº15, mayo 2020.

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