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Por Mateus Lopes Aquino

Como vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden tuvo un papel importante en su administración, incluidos sus más notables fracasos y éxitos. La asociación con el ex presidente continuó más allá del final de su mandato, con Obama actuando como un actor clave para la campaña presidencial de Biden en 2020, buscando alcanzar especialmente a los votantes que no estaban satisfechos con el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, todavía está en discusión si seguirá Biden el mismo camino de Obama, o si el presidente electo mostrará esfuerzos para crear su propia marca en el Despacho Oval.

Barack y Michelle Obama con Joe Biden y su esposa Jill, agosto de 2008.

La campaña presidencial de 2020 fue esencialmente un referéndum sobre el gobierno de Trump, en la cual el candidato demócrata hizo promesas un tanto superficiales sobre ser una "mejor alternativa" para los Estados Unidos y sus ciudadanos. Un proyecto de gobierno sólido se veía menos importante que recuperar la presidencia. Primero ganamos, luego decidimos qué hacer. Ese parecía ser con frecuencia el tono de la campaña de Biden. Sin embargo, las declaraciones del ahora presidente electo pueden ofrecer algunas pistas más contundentes sobre cómo será su administración, incluida su política exterior.

Aunque no logró promover la presidencia transformadora inicialmente propuesta, la administración Obama intentó desafiar los dogmas más tradicionales en las relaciones exteriores de EEUU, como ralentizar las capacidades de armas nucleares de Irán, caminar hacia una normalización de las relaciones con Cuba y actuar en la prevención del cambio climático.

El enfoque nacionalista de Trump de "America first" tomó una dirección diferente, lo que llevó a la retirada del país de importantes tratados e instituciones, como el Acuerdo Climático de París y la Organización Mundial de la Salud (OMS), restando importancia a su participación en relevantes agendas de gobernanza global. Como candidato, Biden indicó que revertiría estas decisiones, restaurando "un liderazgo digno en casa, y un liderazgo respetado en el escenario mundial", con una profunda conexión entre la política interior y exterior.

A partir de ahí, podríamos inferir que se debe esperar un retorno a las prácticas anteriores. Las similitudes con Obama aparecen en distintas agendas, comenzando por mejorar las relaciones con aliados estratégicos e instituciones internacionales, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la OMS y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Reincorporarse al Acuerdo de París también es un hecho, ya que el cambio climático volverá a ocupar su lugar prioritario en la administración entrante.

Las relaciones entre Irán y EUU también podrían ver una mejora, una vez que Biden ha sugerido que está preparado para aliviar nuevamente las sanciones al país si este reduce su programa nuclear, un acuerdo que Trump abandonó en 2018. Por otro lado, la postura de Washington sobre el conflicto árabe-israelí es muy poco probable que experimente cambios importantes, si consideramos que Biden es un firme partidario y tradicional defensor de Israel, como la mayoría de la vieja guardia de su partido. Aunque no deberíamos esperar un regreso de la embajada estadounidense de Jerusalén a Tel Aviv, es menos probable que haya un apoyo entusiasta a las anexiones israelíes de los territorios de Cisjordania, en oposición a las políticas de Trump en la región.

Al igual que Obama, Biden parece dispuesto a apostar por el multilateralismo y la participación activa de EEUU en el escenario mundial, que fue dejada de lado por la agenda nacionalista de la actual presidencia republicana. Sin embargo, el nuevo mandatario asumirá el cargo en un mundo significativamente distinto al que dejó Obama en 2017, e incluso más que el heredado por el ex presidente en 2009. Desafíos como la pandemia del COVID-19, la guerra comercial con China y las amenazas terroristas en Europa probablemente influirán en la nueva administración.

La situación interna tampoco facilitará las cosas al nuevo presidente, ya que debe enfrentarse a una sociedad polarizada, un Senado dividido y una economía en apuros. Todos estos factores afectarán en última instancia las decisiones de política exterior, con resultados que aún son demasiado borrosos para predecir con exactitud.

Asimismo, la experiencia y el perfil particular de Biden tendrán su papel en las formas de actuación de su Departamento de Estado. Su anterior actuación como representante de Delaware en el Senado (1973-2009), que incluyó la presidencia del Comité de Asuntos Exteriores, le han revelado como un internacionalista convicto y defensor de un orden mundial liderado por los EEUU, en los modelos post-1945.

Dicho comportamiento ha permitido que el entonces senador actuara en episodios como el conflicto en los Balcanes y los esfuerzos de no proliferación nuclear a nivel global. Pero también han marcado negativamente a su trayectoria, al apoyar y votar en favor de la invasión de Iraq en 2002. Por lo tanto, multilateralismo y reconciliación parecen ser los principios iniciales de su gobierno, pero el pragmatismo y el interés nacional pueden igualmente llevar a decisiones no tan moralmente superiores a las criticadas por los demócratas a lo largo de las últimas gestiones republicanas.

Con eso, podemos estar delante de una política exterior más parecida a la de Obama con Biden en el comando, pero es ingenuo afirmar que será una mera continuación de la última administración demócrata. Se espera un aumento de la presencia estadounidense en el escenario mundial, y es probable que el país atenúe sus declaraciones sobre China o las instituciones supranacionales, pero aún condicionado a los incentivos y presiones impuestas externa e internamente, en los moldes demostrados por Robert Putnam (1988) en su teoría del juego en dos niveles.

Fue el caso de Obama, cuyos logros en política exterior se vieron limitados por la falta de mayoría en ambas cámaras del Congreso, las respuestas de otros actores internacionales y las propias características institucionales de EEUU. Y será el caso de Biden, ya que surgirán nuevos obstáculos una vez que el presidente electo asuma el cargo.

La campaña presidencial demócrata de 2020 se centró más en la recuperación que en la transformación. Recuperar la Casa Blanca y recuperar el papel de los EEUU en el escenario global. Conforme discutido, no sería inadecuado asumir que Biden se concentrará en reforzar dicha posición durante su mandato, en lugar de avanzar con un cambio sin precedentes en las políticas del Departamento de Estado. Aunque se haya presentado como la opción más reconciliatoria y moderada al cargo, sigue siendo un político pragmático, que bien podría dejar las reformas más radicales a una futura administración demócrata más joven y ambiciosa (¿Kamala Harris, tal vez?)

Kamala Harris durante un discurso en la campaña electoral de 2020.

Recuperar la relevancia internacional que parecía perdida en la era Trump, en lugar de presionar por un equilibrio de poder nuevo y reformado, puede ser el punto en el que Biden y Obama se separan en asuntos exteriores. Al menos en lo que se refiere al primer mandato, donde el presidente suele construir las bases que permitan su reelección. O, como bien puede ser el caso de este presidente, la elección de un sucesor por él apoyado.

Sí, los demócratas han vuelto a la Casa Blanca. Pero no debemos perder de vista el hecho de que es una presidencia completamente nueva. ¿Un Obama 2.0 en política exterior? Más como un Biden 1.0.

Referencias

Joe Biden and the new art of world leadership. The Economist. Recuperado de: https://www.economist.com/united-states/2020/11/08/joe-biden-and-the-new-art-of-world-leadership.

Putnam, R. D. (1988). Diplomacy and Domestic Politics: The Logic of Two-Level Games. International Organization, 42 (3), pp. 427-460.

Swart, M. (2020). 'Like Obama': What Biden's presidency could mean for human rights. Aljazeera. Retrieved from: https://www.aljazeera.com/features/2020/11/12/will-bidens-presidency-is-expected-mean-for-human-rights.

The power of America's example: The Biden plan for leading the democratic world to meet the challenges of the 21st century. Joe Biden. Retrieved from: https://joebiden.com/americanleadership/.

Unger, D. (2016). The Foreign Policy Legacy of Barack Obama. The International Spectator, 51 (4), pp. 1-16.

Usher, B. P. (2020). US election 2020: How will Biden change foreign policy? BBC. Recuperado de: https://www.bbc.com/news/election-us-2020-54472696.

Weisbrot, M. (2020). Joe Biden championed the Iraq war. Will that come back to haunt him now? The Guardian. Recuperado de: https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/feb/17/joe-biden-role-iraq-war.

Wright, R. (2020). The seven pillars of Biden's foreign policy. The New Yorker. Recuperado de: https://www.newyorker.com/news/our-columnists/the-seven-pillars-of-bidens-foreign-policy.

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