Medio de comunicación independiente

Por Yago Rodríguez Rodríguez

¿Cómo es la movilización exactamente?

Se trata de la primera fase de una potencial movilización general, es decir, la movilización general ya está estructurada legalmente, pero se está realizando sin llegar -ni con mucho- a su máximo potencial, por eso se habla de una movilización parcial.

Por lo común una movilización se define como la puesta al servicio del Estado de todo o parte de los recursos contenidos por los territorios y activos que controla, en este sentido es algo mucho más amplio que un mero asunto militar -es un asunto que afecta a la totalidad del grupo humano-.

Sergei Shoigu y Vladimir Putin en los ejercicios militares Vostok-2018. Fuente: Kremlin.ru

Las principales desembocaduras de semejante decisión son:

  • Militares: al proveer un pie de ejército numeroso.
  • Económicas: al poder movilizar y manipular la base industrial nacional y la mano de obra para satisfacer las necesidades logísticas de la guerra.
  • Comunicativas: al centralizarse y estrecharse hasta el máximo el control de la prensa. Incluso la Iglesia Ortodoxa deberá alinearse con las decisiones del Kremlin.
  • Del frente interno: al establecerse un control más estricto de la vida civil.

¿Quienes van a ser reclutados?

En teoría, reservistas que en el pasado han tenido experiencia militar con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años, poniendo énfasis en los "especialistas", aquellos que cuentan con formación y experiencia adicional -carristas, operadores de radio, mecánicos...-.

En todo caso, aún se desconocen más detalles, si bien está prevista la distribución regional de la recluta, así como la exención de aquellos reservistas dotados de estudios universitarios -esto último para evitar el enfado de la clase media-.

Todos los reclutas deberán pasar por un curso de adiestramiento para refrescar sus conocimientos.

¿Por qué ahora?

El ejército profesional de tierra ruso consta de unos 300.000 efectivos teóricos, de los que buena parte se encuentra en administración, logística, despliegues en Siria, Kaliningrado, Tayikistán, Armenia, Siberia...

Por tanto, Rusia ha introducido en Ucrania unos 200.000-250.000 efectivos, incluyendo las reclutas de voluntarios que se produjeron a partir de la primavera.
De esta fuerza, podemos estimar que se habrían producido ya unas 70.000 bajas entre muertos y heridos, así como una cifra indeterminada de prisioneros, desertores y renunciantes voluntarios. Esta cifra habría de ser rebajada con los heridos que hayan sanado y los reclutas del Donbás.

Todo esto nos permite estimar que -aproximadamente- 1 de cada 3 soldados rusos presentes el 24 de febrero ha causado baja y que los restantes están fatigados por 7 meses de guerra constante y por haber contemplado la "desaparición" de un tercio de sus camaradas.

Todo esto sirve para explicar el queso "gruyer" que es el frente ruso, así como el éxito ucraniano durante la ofensiva de Jarkov, siendo esta última la que habría espoleado la decisión de Vladimir Putin.

En última instancia el problema es que a los rusos les faltan efectivos -especialmente infantería- para mantener un frente sólido y efectuar operaciones ofensivas.

¿Cuánto tardará en hacerse efectiva?

No cabe descartar que la movilización haya empezado a ser planificada desde junio o julio, pero a falta de más información no es lo más probable. En su lugar, el ministro de Defensa ruso ha afirmado que la introducción de esos reclutas será progresiva, todo lo que nos lleva a pensar que empezaríamos a ver los efectos de este decreto dentro de dos meses -periodo mínimo para proporcionar adiestramiento básico- si bien en caso de premura o de labores de logística o ingeniería militar que exijan poca preparación, los efectos podrían adelantarse hasta dentro de un mes.

Por lo tanto, debemos esperar a finales de octubre como muy pronto, pero sobre todo a partir de principios de diciembre, para que la movilización empiece a notarse en el campo de batalla, aunque los efectos plenos habrán de esperar hasta febrero-marzo de 2023, probablemente.

Distinta será la movilización industrial, que variará en función de la situación de cada fábrica y producto, así como de la posibilidad de importar ciertos componentes y artefactos.

¿Qué efectos tendrá la movilización en la guerra?

Este último factor es difícil de prever en detalle, pero a mi entender la exención de los universitarios de esta leva y el carácter parcial de la misma son prueba de que -por ahora- los rusos no tienen en mente lanzar nuevas operaciones ofensivas de envergadura, aunque sí cabría pensar en ofensivas locales.

En este sentido, Vladimir Putin estaría buscando asegurar el frente actual y evitar una derrota que la ofensiva de Jarkov ha hecho parecer más real que nunca. En definitiva, Moscú busca disponer de suficiente mano de obra -carne de cañón- para establecer defensas sólidas y quizás relanzar su defenestrada ofensiva sobre Kramatorsk.

¿Qué efectos tendrá la movilización dentro de Rusia?

Vladimir Putin parece prever que no puede sufrir grandes bajas, así que no van a pisar el acelerador de las ofensivas -que a la postre son un acelerador de las muertes-.

Las clases medias de las grandes ciudades son el mayor peligro para la estabilidad social, para los rusos es fundamental que la movilización no vaya a más, así como limitar el número de bajas entre estas tropas.

Asimismo, la economía rusa va a tener que abastecer a la nueva fuerza de 300.000 hombres -fuerza de producción que se detrae del mercado laboral- y redoblar los esfuerzos para reponer el material perdido y entregar los consumibles que exige la guerra, esto es repuestos, combustible y lubricantes, munición e insumos sanitarios.

En función del coste económico -y en la calidad de vida- y en función del coste humano, los opositores a Putin y el descontento podrían inflarse hasta suponer una amenaza.

¿Qué efectos tendrá sobre Occidente?

La guerra se encona y sigue caminando hacia los peores escenarios, la Guerra de Ucrania agravará el enfrentamiento económico y la predisposición de Putin para adoptar las medidas de retorsión económica más dañinas.

La amenaza del uso de armas nucleares -veladamente referida por Putin durante su discurso- se atisba en un horizonte hipotético en el cual Ucrania pueda presentarse a las puertas de Lugansk, Donetsk o Crimea, y en tal caso serían usadas para presionar a Washington, Londres, Berlín o París para que a su vez inviten a Zelensky a aceptar la apertura de las negociaciones.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.