Oriente Medio y la imaginación geopolítica (III)
Por Jesús M. Pérez Triana.
En la primera y segunda parte vimos términos creados por la imaginación geopolítica de responsables de la política exterior estadounidense. La invasión y ocupación de Iraq tendría consecuencias imprevistas. Haría a la opinión pública y a muchos planificadores estadounidenses mucho más reacios a la idea de invadir países para cambiar el régimen, lo que tendría consecuencias diferentes en Libia y Siria. Pero sobre todo empujaría a una eterna retirada estadounidense de Oriente Medio (Díaz, 2020) y abriría las puertas para un mayor papel de Irán en la región al eliminar la barrera y el contrapeso que suponía el régimen de Saddam Hussein.

La trampa iraquí
La aventura estadounidense en Iraq se convirtió en un encadenamiento de requisitos para alcanzar la pacificación del país, un fenómeno que se conoce en inglés como “mission creep”.
El derrocamiento del régimen de Saddam Hussein se pretendió que fuera un gran ensayo del potencial de la tecnología avanzada en la guerra convencional con el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, presionando a los militares para que redujeran el número de tropas a emplear en la invasión. Ese empeño de Rumsfeld tuvo consecuencias inesperadas cuando la caída del régimen de Saddam Hussein dio paso a un caos generalizado y las fuerzas de ocupación se encontraron con insuficiente tropa para mantener el orden. La necesidad de escoltar a personal civil e incluso a especialistas militares, como los del Cuerpo de Ingenieros encargados del mantenimiento de las infraestructuras del país, generó un boom de empresas militares privadas.
Asumir que las fuerzas de ocupación estadounidenses se enfrentaban a una insurgencia le costó varios años al Pentágono. La idea era radiactiva por agitar recuerdos del fantasma de Vietnam. Dentro del ejército estadounidense un grupo de estudiosos de las teorías de la insurgencia que incluía a oficiales como John Nagl y al australiano David Kilcullen, oficial del ejército australiano con estudios en Antropología, investigaban el conflicto para darle un solución.
Fred Kaplan (2013) habla de una “insurgencia intelectual” para referirse a cómo este grupo de militares defendió la creación y aplicación de una estrategia de contrainsurgencia. Grupo que fue conocido como los “coindinistas”, por la combinación de las siglas de Contra Insurgencia con el nombre del movimiento sandinista (Ricks, 2009). Las ideas de este grupo quedarían plasmadas en el manual FM 23-4 durante el tiempo que el general David Petraeus, cuya tesis doctoral en Harvard había versado sobre el fracaso en Vietnam, dirigió el United States Army Combined Arms Center.

La caída del régimen de Saddam Hussein supuso la eliminación de un muro de contención geopolítica frente a la República Islámica de Irán. En un Iraq en caos donde las líneas políticas de la naciente democracia se definían en términos sectarios, a Irán se le abría la oportunidad de infiltrarse en Iraq a través de la comunidad chií, la mayoría demográfica del país.
Se atribuye un papel de agentes iraníes de la fuerza Qods en ataques complejos contra tropas estadounidenses en Iraq, como el asalto sucedido el 20 de enero de 2007 al cuartel de policía de Kerbala. Cuatro soldados estadounidenses fueron capturados con vida en una acción cuyos detalles fueron largamente ocultados a la opinión pública. El comando que llevó a cabo la operación logró huir en un convoy de vehículos, pero al verse perseguido por helicópteros estadounidenses ejecutó a los cuatro soldados capturados. Precisamente, el comandante en jefe de la fuerza Qods, el general Qasem Soleimani, encontraría la muerte en Iraq a manos de un dron estadounidense el día 3 de enero de 2020.
En el caso de Vietnam, el esfuerzo militar estadounidense por pacificar el país sufrió un “misión creep” que llevó a tener que operar en Laos. En el caso de Iraq, apareció sobre la mesa la idea de extender la guerra a Irán. La reacción iraní fue aumentar su apuesta en el país incrementando la sofisticación de los recursos puestos a disposición de los insurgentes chiíes, que empezaron a emplear artefactos explosivos con cargas perforantes mejoradas (EFP). Un tipo de artefacto en el que la explosión proyecta una masa metálica fundida contra su objetivo y que se coloca al borde de las carreteras. Según fuentes oficiales, más de 600 soldados estadounidenses fallecieron en acciones y combates con fuerzas insurgentes apoyadas por Irán (Rempfer, 2019).
Desde medios de comunicación y think-tanks se empezó a evaluar acciones contra Irán. Así, en abril de 2006 el periodista Mark Sappenfield se preguntaba “Is Iran next?”. La misma pregunta que planteaba el programa Frontline de la televisión pública estadounidense en octubre de 2007 o que planteaba el académico Simon Dalby, una figura relevante de la escuela de la Geopolítica Crítica, en julio de 2008. El fenómeno del “mission creep” había convertido una rápida invasión mecanizada en una larga campaña de insurgencia que llevaba ahora a otra invasión.

Bashar Al Asad, bombero pirómano
La insurgencia iraquí se convirtió en un imán para los salafistas yihadistas de la región. Precisamente la franquicia local de Al Qaeda, oficialmente la Organización de Al Qaeda en la Tierra de los Dos Ríos, fue creada por el jordano Abu Musab Al Zarqawi. Altos cargos de la organización provenían de otros países. Para la población iraquí su país se había convertido en el campo de batalla de los invasores estadounidenses y voluntarios venidos de otros países cuyo fanatismo chocaba.
Esa desafección terminaría por crear una brecha entre los insurgentes locales de carácter tribal y los fanáticos extranjeros. Sería utilizada por David Petraeus, recolocado de general intelectual impulsor de una nueva doctrina de insurgencia a comandante en jefe en Iraq, encargándose de ponerla en práctica.
La necesidad de Al Qaeda de disimular en Iraq su naturaleza de cuerpo extraño implantado en el país, le llevaría a presentar la absorción de grupos locales como una fusión para crear un nuevo grupo que se presentara como netamente iraquí: el Estado Islámico de Iraq. Sin embargo, este caso de rebranding no tuvo éxito. La prensa internacional seguiría llamando al grupo como Al Qaeda en Iraq (AQI). La irrupción de Estado Islámico en la agenda mediática global en 2014 pillaría a muchos por sorpresa y les haría creer que se trataba de una nueva organización surgida de la guerra de Siria.
Todos esos fanáticos extranjeros no entraron por cualquier vía en Iraq. Algunos poco procedían de los campamentos del yihadismo global en Afganistán y sólo tuvieron que atravesar Irán. Pero una buena mayoría lo hicieron atravesando Siria, el país que se convirtió en la auténtica ruta de entrada de la yihad iraquí.

Lo que comenzó siendo una ruta logística para el yihadismo en Iraq se terminó convirtiendo en una auténtica retaguardia. El 26 de octubre de 2008 la División de Actividades Especiales de la CIA y fuerzas especiales del ejército de Estados Unidos (posiblemente la conocida como “fuerza Delta”) lanzaron un ataque contra una base logística de los yihadistas en Abu Kamal, dentro de territorio sirio. La acción fue calificada de “criminal y terrorista” por el gobierno sirio, que en aquel momento no mostraba ningún interés o capacidad por controlar lo que estaba sucediendo en la región más oriental del país y fronteriza con Iraq. Abu Kamal sería muchos años después uno de los últimos bastiones del Estado Islámico y su efímero califato.
El papel del régimen sirio fue siempre ambiguo. Evidentemente no había ningún simpatía en Damasco por el salafismo-yihadista. Pero controlar la ruta principal de entrada a Iraq era una baza que le permitía negociar con Estados Unidos, donde el nombre de Siria se había incluido en una lista extendida del "Eje del Mal". Quien salía perdiendo obviamente era la población iraquí.
El primer ministro del país, Nuri al-Maliki, llegaría a pedir explicaciones al gobierno sirio por su apoyo a la insurgencia una vez se había negociado la retirada de las fuerzas armadas estadounidenses (Reuters, 2009). Como en el caso de Irán se sucederían los titulares "Is Syria next?", encontrando casos tan tempranos como los de Gordon (2003) y Leverett (2005).
La infraestructura de la insurgencia salafista-yihadista iraquí en Siria serviría de base para que, una vez iniciada la guerra civil siria y el régimen de Damasco perdiera el control de los territorios más orientales del país, arrebatar el poder a los grupos rebeldes locales.

Los radicales islámicos llevarían a cabo su peculiar revolución dentro de la revolución, lo que sería instrumentalizado por el régimen para desacreditar a toda la oposición. A su vez, los grupos salafistas-yihadistas en Siria lucharían entre ellos por el poder, consolidándose el Estado Islámico en el extremo oriental del país. Allí donde la insurgencia iraquí había establecido su retaguardia con la complicidad del régimen sirio. La propaganda rusa e iraní sobre Siria se encargaría más tarde de darle la vuelta a la realidad para presentar al Estado Islámico como un producto de la CIA en su empeño de desacreditar la presencia estadounidense en Oriente Medio.
Lo que sí podemos atribuir a Estados Unidos es que la invasión de Iraq puso en marcha una serie de fuerzas históricas que desestabilizaron la región y llevarían, en aplicación de la ley de las consecuencias imprevistas, a consolidar el poder de Irán en la región. En la siguiente parte veremos los términos geopolíticos relevantes en ese proceso: el creciente chií y el Eje de la Resistencia.
Referencias
DALBY, Simon: “Is Iran Next? The Importance of Geopolitics”. e-International Relations. 10 julio 2008.
DÍAZ, Christian: “La retirada estadounidense de Oriente Medio”. Revista Ejércitos. Nº15. Mayo 2020.
FRONTLINE: "Is Iran next?". PBS. 23 octubre 2007.
GORDON, Philip H.: "After Iraq: Is Syria Next?". Brookings Institution. 25 abril 2003.
KAPLAN, Fred: The Insurgents: David Petraeus and the Plot to Change the American Way of War. Simon & Schuster, Nueva York, 2013.
LEVERETT, Flynt Lawrence: "Is Syria Next?". Security Studies Program Seminar. Massachusetts Institute of Technology. 11 mayo 2005
REMPFER, Kyle: "Iran killed more US troops in Iraq than previously known, Pentagon says". Military Times. 2 abril 2019.
REUTERS: "Iraq's Al-Maliki Demands Syria Explain Aid To Militants". Radio Free Europe / Radio Liberty. 3 septiembre 2009.
RICKS, Tom: "The COINdinistas". Foreign Policy. 3o noviembre 2009.
SAPPENFIELD, Mark: “Is Iran next? The calculus of military strike”. Christian Science Monitor. 12 abril 2006.