Wall Street y la Revolución de los Milennials
Por Jesús M. Pérez Triana
En la última semana de enero de 2021 hemos asistido a un acontecimiento sorprendente: los usuarios de un foro de Internet han provocado pérdidas multimillonarias a un fondo de inversión de alto riesgo ("hedge fund"). El fenómeno es el resultado de la combinación de la capacidad de hacer circular información que tiene Internet, con la aparición de nuevas plataformas de inversión en bolsa de bajo coste. Podría ser sólo el primero de muchos caso.
GameStop es una cadena estadounidense de venta de videojuegos, electrónica de consumo y merchandising cuyo tiempo de gloria ya pasó. En sus mejores momentos (2004-2016), su crecimiento y la absorción de otras compañías le permitió expandirse por Canadá, Australia, Nueva Zelanda y algunos países de Europa. Era la época en que los videojuegos se compraban físicamente en formatos como el DVD y pasearse por este tipo de tiendas era un ritual semanal para muchos adolescentes.

Cuando los videojuegos se convirtieron en un producto que se compraba por Internet, vía las plataformas creadas por los propios fabricantes de videoconsolas o de plataformas de venta como Steam, el negocio de GameStop entró en declive. La pandemia global sólo agravó los problemas de la compañía.
A ojos de ciertos inversores bursátiles, GameStop era una compañía condenada al declive, así que el fondo de inversión Melvin Capital invirtió una cantidad considerable en colocarse en corto con las acciones de GameStop, esto es, en sus términos más simples, una operación financiera con una fecha de vencimiento donde el inversor obtiene beneficios si el valor sobre el que opera al final vale menos.
Un ejemplo de operaciones financieras con posiciones en corto lo encontramos en la historia real en que se basa la película The Big Short de 2015 protagonizada por Steve Carell, Christian Bale y Ryan Gosling. Antes de la crisis financiera de 2008, un grupo de inversores quedaron convencidos de que el mercado inmobiliario estadounidense estaba inflado en una burbuja que iba a estallar. Mientras la mayoría de los inversores seguía invirtiendo porque la “vivienda nunca baja”, una idea muy repetida en España en aquellos tiempos, los protagonistas se colocaron en corto contra fondos hipotecarios. La burbuja inmobiliaria estalló y ellos ganaron una fortuna.
Ryan Cohen, el antiguo presidente de una cadena de tiendas de comida para animales, anunció en septiembre de 2020 que había comprado un número importante de acciones de GameStop. Su plan era reflotar la empresa con una nueva estrategia. Cohen había entrado como inversor en GameStop porque consideraba que el bajo precio de las acciones simplemente reflejaba que los inversores infravaloraban la empresa. Y es que eran tales las expectativas de la caída del valor de GameStop que se habían negociado más posiciones en corto que el número de acciones de la empresa.

Es entonces cuando entra en esta escena Wall Street Bets, un foro dedicado a la inversión bursátil del portal estadounidense Reddit, que hasta hace poco tenía 2 millones de usuarios. En su mayoría eran jóvenes y pequeños inversores operando desde casa. Para ellos, Melvin Capital y su posición en corto contra GameStop representaba todo lo que está mal en Wall Street: inversores millonarios sacando provecho económico de la desgracia ajena. Así que en el foro surgió la idea de comprar masivamente acciones de GameStop para hacerlas subir de precio y perjudicar a todos los fondos de inversión colocados en corto.
La posición en corto tiene una particularidad, las ganancias potenciales tienen un límite, cuanta más baja el precio de una acción, más se gana. Pero una acción en caída tiene el valor cero como suelo, en cambio, si la acción ha subido de precio en la fecha del vencimiento de la posición en corto se pierde dinero. Cuanto más sube el precio más se pierde y, en una subida de valor de una acción, el cielo es el límite.
La compra masiva de los usuarios del foro Wall Street Bets produjo una espectacular subida en bolsa de GameStop. Si en el primer día de cotización del año 2021, la acción valía 17,25 dólares, el lunes 25 de enero comenzó su carrera alcista hasta llegar al máximo de 347,51 dólares el miércoles 27. El alza de GameStop llevó a pérdidas catastróficas para Melvin Capital, que tuvo que recibir un rescate de 2.500 millones de dólares de otros fondos. Según el periódico económico español Cinco Días, el conjunto de las pérdidas de los fondos de inversión colocados en corto contra GameStop suman 6.000 millones de dólares.
La noticia de cómo un foro de Internet había puesto contra las cuerdas a un multimillonario fondo de inversión se convirtió en la noticia de la semana en Estados Unidos, propagándose por Internet en forma de chistes y memes. La aparición de una nueva generación de inversores había sido posible por el auge de nuevos operadores de bolsa como Robin Hood, que no cobran comisiones a sus clientes y les permite operar desde una aplicación de móvil con un diseño sencillo y atractivo.
Algunos miembros de Wall Street Bets cuentan que la subida de las acciones de GameStop les permitió embolsarse unas buenas ganancias, después de vender las acciones en pleno tirón alcista. Pero para muchos, la inversión se convirtió en un acto político que no tenía que ver con las ganancias materiales. Se repitió continuamente la consigna de no vender y mantener las acciones, con toda clase de chistes y memes mientras se sucedían las sugerencias de repetir la maniobra con otros valores bursátiles.
Durante esta semana experimentaron una enorme subida compañías como Nokia y Blackberry. Ambas fueron grandes compañías en la primera década de este siglo y cada una tuvo una legión de clientes fieles que eran además grandes fans de sus productos, hasta que aparecieron los smartphones y toda la industria de la telefonía móvil cambió. También han experimentado grandes subidas la cadena de cines AMC y la empresa que reúne los restos de la antigua cadena de videoclubs Blockbuster, BB Liquidating. Es fácil encontrar el patrón de todas las compañías afectadas. Fueron protagonistas de la adolescencia de muchos milennials estadounidenses. Así que es comprensible que haya un elemento de nostalgia en el esfuerzo romántico de impulsar el valor bursátil de compañías sobre las que se cierne la sombra de los inversores que operan en corto buscando un beneficio con su caída.

La actuación de los inversores de Wall Street Bets tiene todo los elementos habituales del comportamiento de las masas sin líder que trabajan por un objetivo común gracias a Internet. Un fenómeno cuyo potencial anticiparon los analistas John Arquilla y David Ronfeldt trabajando para la RAND Corporation en los años 90. Sus primeros trabajos sobre el tema llamaron la atención sobre el potencial de las incipientes tecnologías de la información para nuevas formas de organización de las fuerzas combatientes, véase por ejemplo The Advent of Netwar (1996). Pero pronto su trabajo prestó atención a cómo ese potencial estaba siendo aprovechado fundamentalmente por actores no estatales.
Su primer estudio de caso fue el de las redes de apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional mexicano: The Zapatista "Social Netwar" in Mexico (1998). Finalmente, Arquilla y Ronfeldt refinarían el modelo en una obra colectiva que ellos coordinarían y en donde aparecían estudios del potencial y la aplicación del modelo por parte de terroristas, criminales y activistas: Networks and Netwars: The Future of Terror, Crime, and Militancy (2001).
Un año más tarde, el ensayista Howard Rheingold exploraría las posibilidades de la acción colectiva de grupos espontáneos altamente conectados en Smartmobs: The Next Social (2002) Revolution. El tema de interés para Rheingold era la emergencia de nuevas formas de inteligencia colectiva, pero apuntaba el potencial que tenían estas nuevas formas de organización espontánea para el conflicto. Los pequeños inversores organizados en Wall Street Bets actuarían como una "turba inteligente". No son una organización jerárquica con una estructura de mando. Es una masa sin líderes, donde la información circula horizontalmente y las decisiones se toman por consenso, teniendo un impacto inmediato.
El éxito de la operación ha sido celebrado en las redes sociales por ser un caso novedoso en el que la gente de a pie castiga la avaricia de los poderosos multimillonarios que no pagaron por sus errores en la última gran crisis. Sin embargo, enseguida se produjeron movimientos que revelan que las reglas de juego no son las mismas para todos.

Mientras que la comisión del mercado de valores estadounidense (Securities and Exchange Commission) publicó un comunicado informando de que estaba monitorizando la volatilidad de los mercados, inversores de los grandes fondos aparecieron en los medios de comunicación pidiendo la intervención del Estado para poner freno a lo que estaba pasando. Los usuarios del intermediario bursátil RobinHood se encontraron el jueves 28 que no podían comprar acciones de GameStop, Nokia, AMC y Blockbuster.
Al foro Wall Street Bets se unieron más de un millón de usuarios nuevos. Posiblemente muchos eran interesados en participar y puede que hubiera también muchos curiosos. Pero empezaron a surgir llamamientos que conducían a dispersar los esfuerzos mientras se sucedían las maniobras para incitar a los pequeños inversores a vender sus acciones de GameStop. Es relevante que RobinHood tenga de proveedor de servicios a una gran firma financiera que acudió al rescate de Melvin Capital y por tanto podría tener interés en cortar sus pérdidas. La reputación de una empresa que decía que su razón de ser era dar poder a los pequeños inversores, de ahí el nombre de la empresa, ha quedado seriamente dañada.
Los llamamientos a limitar las pérdidas de loas fondos de inversión bajo la excusa de que los movimientos de los pequeños inversores son irracionales y generan alta volatilidad en el mercado revelan un doble rasero. Significativamente han surgido voces denunciando la situación en ambos extremos del arco político de Estados Unidos: se han significado desde Alexandria Ocasio Cortez, que pertenece a la rama más a la izquierda del Partido Demócrata, a Donald Trump Jr., pasando por el senador republicano Ted Cruz. Todos ellos han denunciado que se activen mecanismos para alterar el funcionamiento de los mercados en beneficio de los grandes jugadores.
Ahora queda por ver si las maniobras de los grandes fondos de inversión generan acciones políticas a su favor, alterando las reglas de juego de forma permanente para que no vuelva a suceder lo que hemos visto esta semana. O, si por el contrario, el caso de GameStop sirve para despertar a la opinión pública de las disfuncionalidades del mercado financiero. Hasta que se introduzcan nuevas normas, es posible que veamos los efectos de los llamamientos a comprar acciones de forma masiva en Wall Street Bets y sus resultados.