Cómo el narco mexicano creó su red privada de comunicaciones
Por Jesús M. Pérez Triana.
Antes de comenzar queremos destacar que la mayor parte de este artículo está basado en la charla del experto en "radio hacking" David Marugán (@RadioHacking) que comienza en este vídeo a partir del minuto 6:30.
Anteriormente en “Ataques terroristas en la India y nuevas tecnologías” vimos cómo en lo que llevamos de siglo diferentes grupos terroristas que operan en la India han hecho uso de servicios de telefonía en Internet y aplicaciones de mensajería para coordinar acciones, reclutar miembros y difundir sus actos.
La colaboración de las autoridades de otros países y las empresas tecnológicas permitió reconstruir tramas complejas como la de los atentados del 26 de noviembre de 2008 en Mumbai, donde se emplearon servicios de telefonía VoIP de una empresa de Nueva Jersey y se contaron con aportaciones de fondos enviadas de España y Pakistán. Las autoridades y los grupos terroristas han vivido así su particular carrera tecnológica, en el que cada avance de las autoridades en desentrañar el uso de una aplicación de mensajería es respondido por los grupos terroristas dando uso a nuevos servicios. Las autoridades de la India llegaron a tomar la drástica medida de cortar el acceso a Internet en Cachemira en 2019.
Tanto los requerimientos de información a los proveedores de servicio, la colaboración de otros países y el bloqueo de Internet reflejan que, a día de hoy, hay numerosas formas en las que un gobierno puede afectar las comunicaciones de los actores no estatales. Por lo tanto, es llamativo el caso de México, donde diferentes organizaciones criminales han creado su propia infraestructura al margen de las infraestructuras de las operadoras de telecomunicaciones.
Narcoantenas
El 12 de diciembre de 2011 el ejército mexicano intervino una red ilegal de telecomunicaciones empleada por el cártel de Los Zetas consistente en 167 antenas y 155 estaciones repetidoras repartidas por lugares de difícil acceso en los estados de Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí. La infraestructura de antenas estaba controlada por 70 ordenadores, se alimentaba de paneles solares y daba servicio a 450.000 radiotransmisores, 300.000 teléfonos móviles y 350.000 terminales Nextel “push-to-talk” (Martínez, 2012).
La operación de diciembre de 2011 no fue la primera. La infantería de marina mexicana había desmantelado una red de Los Zetas en el estado de Veracruz tres meses antes. Aunque hubiera antecedentes llamativos como la detención en McAllen (Texas) de José Luis del Toro Estrada alias “Técnico”, el 16 de septiembre de 2008, en una macrooperación de la agencia federal antidroga estadounidense.

En la operación se incautaron 61 toneladas de drogas y 90 millones de dólares en efectivo. El “Técnico” resultó ser responsable de la supervisión de la infraestructura de comunicaciones de los Zetas. Era dueño de una tienda de material electrónico y su presencia pasaba inadvertida en una localidad de Texas. Había diseñado una red clandestina que empleaba como infraestructura equipos fácilmente disponibles en el mercado como radiotransmisores Motorola y empleaba antenas como repetidores de la señal (Tabor, 2014).
Cómo las organizaciones criminales montan estas estructuras sólo se sospecha. Entre 2008 y 2012 se produjo la desaparición de 36 trabajadores de empresas de telecomunicaciones en México por los que no se pidió rescate y de los que nunca más se supo. Esto hace pensar que son secuestrados para trabajar por un tiempo para los carteles de la droga bajo coacciones antes de ser finalmente asesinados para que no puedan relevar sus secretos (Anderson, 2015).
Las antenas de los carteles de la droga a veces se instalan en México muy cerca de las antenas de las grandes empresas de telecomunicaciones, por lo que los encuentros de los trabajadores que acuden a realizar tareas de mantenimiento con miembros armados de las organizaciones criminales armados son habituales. El secuestro y muerte no es siempre el resultado final. A veces los trabajadores de las empresas de telecomunicaciones son simplemente amenazados y a veces incluso son secuestrados por un tiempo muy breve para que realicen tareas de mantenimiento en la infraestructura de los carteles de la droga para luego ser liberados (La Silla Rota, 2020).
El caso de las "narcoantenas" en México es un ejemplo particular de actores no estatales desarrollando su propia infraestructura gracias a los grandes recursos económicos que manejan. Lo habitual, como vimos en el caso de la India, pero también en el negocio de la droga en Europa es emplear servicios cifrados de comunicación por telefonía móvil e Internet. Lo que supone aprovechar la infraestructura existente de los teleoperadores de comunicación. La diferencia es el empleo de aplicaciones de cifrado como Encrochat (Pérez, 2020) o como en el caso del “Chapo” Guzmán, usando un teléfono especial modificado por un informático colombiano (Pérez, 2019).
El resultado final, tanto para terroristas en la India como narcotraficantes en México, es que los actores estatales tienen a su disposición medios de comunicación que décadas atrás hubieran sido prohibitivos o simplemente no existían. Así que los actores no estatales han vivido su particular Revolución de los Asuntos Militares gracias a la globalización y las tecnologías de la sociedad de la información.
REFERENCIAS
ANDERSON, Brian: “The Drug Cartels' IT Guy”. Motherboard. 4 marzo 2015.
MARTÍNEZ, Paris: “Esclavos del narco: Profesionistas forzados”. Animal Político. 30 octubre 2012.
PÉREZ, Enrique: "EncroChat: la Policía europea descifra la extendida red de mensajería encriptada para narcotraficantes y detiene a más 800 criminales". Xataka. 3 julio 2020.
PÉREZ, Jordi: “Así es el móvil de un narcotraficante como El Chapo”. El País. 13 enero 2019.
LA SILLA ROTA: "'Narcoantenas: cárteles invaden torres de telefonía celular'". La Silla Rota. 16 julio 2020.
TABOR, Damon: “Radio Tecnico: How The Zetas Cartel Took Over Mexico With Walkie-Talkies”. Popular Science. 25 marzo 2014.