¿Es necesario un Acuerdo Nuclear con Irán?
Desde hace décadas, se ha podido leer y escuchar que Irán estaba a muy poco tiempo de poder fabricar armas nucleares. Sin embargo, transcurrieron los años e Irán no fabricaba armas nucleares, ni hacía pruebas con explosivos nucleares, ni acumulaba material fisible suficiente para fabricar bombas atómicas.
Argumentos a favor del acuerdo nuclear
No obstante, durante muchos años antes del Acuerdo Nuclear del año 2015 (el JCPOA), era habitual encontrar innumerables análisis sobre el riesgo de proliferación nuclear iraní y que, por lo tanto, era urgente que la comunidad internacional e Irán firmaran un acuerdo que limitase la capacidad iraní de producir armas nucleares.
Las opiniones y artículos que defendían la necesidad urgente de un acuerdo nuclear, pueden reunirse bajo tres líneas argumentales o "escuelas" principales.

En primer lugar, estaban los que decían que había que firmar un acuerdo para impedir que Israel, los Estados Unidos, los rivales de Irán en el golfo Pérsico, o algún tipo de coalición internacional, ejecutasen un ataque preventivo contra Irán para destruir total o parcialmente el programa nuclear iraní.
Según esta línea argumental, impedir tal ataque preventivo es importante para la seguridad internacional porque la represalia de Irán llevaría al mundo al caos. Se bloquearía el estrecho de Ormuz, el precio del petróleo se dispararía, habría una grave crisis económica mundial, se iniciaría una especie de Primera Gran Guerra del Golfo Pérsico y las grandes potencias serían arrastradas a ella, con el riesgo de que entrechocaran entre sí EE.UU., Rusia y China.
En segundo lugar, está la escuela del dominó proliferador. En caso de no haber un acuerdo nuclear, Irán desplegaría armas nucleares, lo que induciría a que otros países de la región desplegaran a su vez sus propias armas nucleares, mencionando especialmente a Arabia Saudí y Turquía.
El régimen de no proliferación nuclear mundial entraría en una grave crisis y más países terminarían proliferando armas nucleares. En este contexto, el acuerdo nuclear sería un instrumento imprescindible para impedir la inminente fabricación de armas nucleares iraníes y la subsiguiente catástrofe proliferadora a nivel mundial.
En tercer lugar, tenemos la escuela de la guerra nuclear regional. Este tipo de argumentos sostienen que debe firmarse un acuerdo nuclear con Irán, ya que el inminente despliegue de armas nucleares iraníes provocaría la proliferación nuclear en sus vecinos, lo que a su vez terminaría generando un contexto regional de gran hostilidad e inestabilidad estratégica que desembocaría, tarde o temprano, en una guerra nuclear en la región.
Según esta línea de pensamiento, la vieja teoría de la disuasión nuclear de la Revolución Nuclear (explicada en Political Room en mi artículo "Armas Nucleares y Paz Nuclear"), aunque tuvo éxito durante la Guerra Fría, no podría aplicarse con igual éxito en la complejidad de Oriente Medio y la rivalidad de Israel con Irán.
No debemos olvidar que la estrategia nuclear es un asunto muy complejo, con muchas escuelas y doctrinas que difieren en aspectos fundamentales sobre la naturaleza de la estrategia y la disuasión. Por ello, muchos estrategas y académicos respaldan la idea de que la disuasión nuclear entre varias potencias de Oriente Medio generaría una gran inestabilidad estratégica. Aunque este es un asunto que desarrollaré en posteriores artículos, en Ejércitos ya expuse el modo en que las armas nucleares pueden generar estabilidad o inestabilidad estratégica, dependiendo de diferentes factores ("Estabilidad Estratégica"). En el caso de Oriente Medio, generarían inestabilidad estratégica según la tercera escuela a favor del acuerdo nuclear con Irán.
A pesar de todos esos argumentos a favor del acuerdo, pasaron los años y las décadas sin que Irán proliferara nuclearmente a pesar de no haber acuerdo hasta el año 2015.
Es más, la administración Trump rompió con el acuerdo del JCPOA de 2015 e Irán siguió sin desplegar armas nucleares, sin acumular material fisible para obtener armas atómicas, ni ninguna potencia ha ejecutado un ataque preventivo contra Irán que llevara a la región al caos geopolítico. Recordemos de nuevo que, constantemente, se había informado que Irán estaba a pocos meses de tener material armas nucleares.
¿Qué impedía que Irán desarrollara armas nucleares?
La respuesta es muy sencilla, el miedo mantuvo y mantiene a raya las ambiciones de la República Islámica de obtener armas atómicas.
Los propios documentos de inteligencia de EE.UU., como el de la Estimación Nacional de Inteligencia del año 2007, afirman que Irán detuvo el programa armamentístico nuclear en el año 2003 y que, desde entonces, los avances han sido a pequeña escala y lejos de desarrollar armas.

El factor que contuvo el programa de fabricación de las armas nucleares de Irán en el año 2003, fue la invasión de Irak de ese año. Como se recordará, la invasión estuvo motivada por el infame asunto de las supuestas armas de destrucción masiva que poseía Irak. Esta invasión tuvo un muy contundente efecto entre los líderes de Irán y Libia.
Después de la invasión, Gadafi desveló que poseía un programa de armas nucleares y decidió desmantelarlo voluntariamente, para evitar que EE.UU. tuviera algún motivo para invadir ese país.
En Irán, al igual que en Libia, la invasión de Irak también generó una gran alarma de que el presidente George W. Bush y los neoconservadores estadounidenses, tuvieran planes de destruir el régimen iraní para impedir que desarrollaran armas nucleares.
Que la invasión de Irak y las amenazas de EE.UU. detuvieron el programa de armas nucleares iraníes no es ninguna teoría, es un hecho.
Además de lo que reconoce la propia inteligencia estadounidense (leer el informe antes mencionado), la Agencia Internacional de la Energía (AIEA) también atestigua en sus informes que fue el miedo a las amenazas de seguridad regionales, las que detuvieron el programa, tal y como puede leerse en la captura de pantalla de este informe de la AIEA)

¿Era o es necesario un acuerdo?
Resulta asombroso que infinidad de analistas y académicos hayan estado defendiendo la necesidad de un acuerdo nuclear, cuando en realidad era sabido que desde el año 2003, Irán decidió que no desarrollaría armas nucleares para no sufrir un ataque preventivo o una guerra que provocaría un cambio de régimen.
Aunque esta información no fuera en absoluto secreta, sino que está disponible en internet de forma abierta, el que firma este artículo puede asegurar que muchísimos académicos y analistas que han tratado el tema nuclear iraní, desconocían que Irán voluntariamente (por miedo) decidió renunciar a las armas nucleares en 2003.
Básicamente, en esa desinformación generalizada residió el truco de Obama para vender a la opinión pública mundial que él había logrado un acuerdo nuclear; y que dicho acuerdo había salvado al mundo de la catástrofe de una gran guerra regional, o de un mundo con muchas más potencias nucleares.

Obama hizo una gran cantidad de concesiones para lograr un acuerdo nuclear que era absolutamente innecesario. Obama concedió levantar muchas sanciones, permitiendo una lluvia de inversiones internacionales que impulsarían la economía iraní, a cambio de un acuerdo innecesario.
Por ese motivo, Alí Jamenei (el Líder Supremo de Irán) decidió apoyar el acuerdo que negociaba el gobierno del subordinado gobierno de Rohaní. Irán no iba a ceder gran cosa ya que, desde hace muchos años, no tenía intención de desarrollar armas nucleares; mientras que EE.UU. levantaría las sanciones y una gran cantidad de dinero llegaría a Irán.
No obstante, los iraníes sí hicieron algunas concesiones técnicas. Estas consistieron en reducir el número de centrifugadoras, uranio acumulado y limitaciones en el reactor de Arak, aunque durante solo algunos años. Por ejemplo, después de 10 años, Irán podría volver a tener el número de centrifugadoras anteriores al acuerdo.
Tomando como referencia la imagen metafórica de Netanyahu para ilustrar la bomba atómica iraní, el acuerdo de 2015 retrasó solamente algunos poco tantos por ciento del 90% en el que estaba. No fue un acuerdo de erradicación o que retrasara decisivamente el programa nuclear iraní para desarrollar armas atómicas.
Esas concesiones técnicas iraníes, consiguieron que Irán pasara de estar a unos 3 meses de tener la bomba atómica (en caso de decidir desarrollarla), a estar a unos 12 meses.
Sin embargo, como hemos expuesto, Irán no tenía la más mínima intención de desarrollar armas nucleares. Por ese motivo, durante tantos años, los expertos decían que era inminente que Irán desarrollara armas nucleares, sin que el pronóstico se cumpliera nunca.
Por el mismo motivo, en la administración Trump sabían que una vez el acuerdo de 2015 (JCPOA) fuera roto y se impusiera a Irán sanciones mucho más duras de las que había durante la época de Obama, Irán no fabricaría bombas atómicas.
Los que conocíamos la mentalidad estratégica iraní y estábamos informados sobre sus intenciones, no podíamos sino sonreírnos al leer tantos análisis que decían que la ruptura del acuerdo y la imposición duras sanciones, inducirían a Irán a desarrollar la bomba atómica.
Respecto lo que pretendía la administración Trump y el hipotético acuerdo nuclear que pueda negociar el próximo presidente de EE.UU., Joe Biden, escribiré más adelante.