Ceuta y Melilla: problemas y retos de seguridad generados por el ‘comercio atípico’
Ceuta y Melilla son dos ciudades españolas complejas, y normalmente olvidadas. Aunque solo las separan unas pocas millas marítimas de la Península Ibérica, se encuentran en un continente diferente y guardan una de las fronteras más desiguales del planeta en términos de renta y desarrollo.
Esta pequeña peculiaridad, junto con el modelo económico que durante casi 60 años han tenido ambos enclaves provocan en las ciudades grandes retos de seguridad (como tiroteos) en los que el narcotráfico, las bandas y la falta de oportunidades se entrelazan.

Pero primero, para entender Ceuta y Melilla hay que repasar su historia.
El cuatro de enero de 1831, las tropas francesas capturaban la ciudad de Orán completando así la primera fase de la conquista gala de Argelia, tras ocupar los principales puertos de la región.
Detrás de esta guerra colonial se encontraba el deseo francés de acabar con los piratas berberiscos que bien entrado el siglo XIX seguían infestando el Mediterráneo Occidental. El problema de la piratería era tan serio que 15 años antes Estados Unidos había enviado una escuadra contra los puertos que empleaban como bases. Otros países que por cercanía sufrieron el problema con más intensidad desarrollaron estrategias de defensa avanzada.
Especialmente, España padeció a los corsarios berberiscos (al servicio de diversos monarcas norteafricanos), prueba de ello son las solitarias torres de vigilancia que guardan el litoral peninsular.
La Monarquía Hispánica conquistó y fortificó durante el siglo XVI y XVII posiciones y ciudades estratégicas por toda la costa norteafricana. Así impedía que los piratas pudieran controlar puertos y equipar en estos sus flotas, y también se canalizaron los ataques musulmanes hacia estas fortalezas africanas. Orán, Tánger, Larache y Mazagón, entre otras plazas, formaron parte de este escudo que poco a poco se fue mellando.

Terminadas las Guerras Napoleónicas sólo las ciudades de Ceuta y Melilla seguían en manos españolas; aunque estas cobraron nueva vida tras despertarse el interés español en la colonización del norte de África en los últimos años del siglo XIX. En aquel entonces el capital español empezó a explotar los recursos minerales y naturales rifeños, y ambas localidades sirvieron como centro administrativo y puntal logístico, tanto en la exportación a Europa de materias como en la importación al norte de África de productos industriales.
En 1956 todo cambió de nuevo, el reino de Marruecos obtiene la independencia, y dos años después España termina el protectorado que ejercía sobre la región del Rif. Tras años de pacificación y de esfuerzos de desarrollo administrativo (por parte de las potencias coloniales), Marruecos logra el control efectivo de todo su territorio, algo impensable 100 años antes, cuando era poco menos que un estado tribal.
Dinero
La economía del norte de Marruecos empezó a depender paulatinamente del nuevo Estado marroquí, perdiendo así las ciudades autónomas parte de su importancia. Sin embargo, las importaciones africanas de productos europeos continuaron, ya que las reducidas tarifas aduaneras en ambas ciudades las convirtieron en una especie de bazar para el africano.
Esta peculiar situación continuó durante décadas, desarrollando lo que se conocía como comercio `atípico´. Hasta el año 2020 (se cerró la frontera debido al Covid), miles de marroquíes cruzaban a diario la frontera para llevar a su país toneladas de mercancías, aprovechando la especial situación aduanera, en lo que casi se podría definir como contrabando.
Marruecos cierra fronteras terrestres con Ceuta y Melilla y se aísla de España https://t.co/rCUPY1jC0m
— El Confidencial (@elconfidencial) March 13, 2020
Expertos en economía de la ciudad de Ceuta explican que este tráfico de mercancías servía para que ciertos grupos consiguieran divisas, muy necesarias para exportar ‘mercancía’ marroquí.
El dirham marroquí es una moneda no liberalizada que depende totalmente del gobierno, no cotizando ni siendo legal extraerla del país en grandes cantidades.
La peculiaridad de la moneda marroquí hizo que en el Rif proliferaran casas de prestamistas que adelantaban el dinero a aquellos que querían hacer negocios en el país, que a la postre necesitaban de dinero en efectivo.
Uno de los problemas que surgió es que los grupos delictivos -como las redes terroristas internacionales o los narcotraficantes- se aprovecharon de la venta de productos europeos para conseguir divisas y así pagar a los prestamistas las deudas (en dirhams), obteniendo así un jugoso margen de beneficios.
En Melilla destaca el poder de las redes dedicadas al comercio atípico -unas pocas de las cuales tienen vínculos con el crimen organizado-, ya que sólo ellos fueron capaces de orquestar una manifestación contra Javier Imbroda, entonces presidente por el Partido Popular de la ciudad autónoma con una mayoría absoluta del 58% del voto.
Drogas
Las divisas tienen un destinatario preferente, los productores marroquíes de hachís producto del que el país alauí es el principal productor mundial. Este cultivo -histórico en la región- se realiza en el norte de Marruecos, donde la baja productividad de gran parte del suelo y el subdesarrollo del campo han llevado a que los campesinos apuesten por el cannabis.
El cannabis fue ilegalizado desde la independencia del Estado marroquí hasta el año 2021, si bien a pesar de las sucesivas prohibiciones el país ha visto crecer exponencialmente la producción de esta planta hasta el punto de que ha votado en la ONU a favor de su despenalización.
El hachís no sólo se ha asentado en Marruecos. España, como vecino y país desde el que los grupos criminales distribuyen la droga al resto de Europa, tiene una compleja problemática en buena parte de Andalucía fruto de la actividad de los narcos. También, las ciudades autónomas, más cercanas a Marruecos, sufren problemáticas asociadas al narcotráfico.
Ejemplo de estos problemas son los atropellos a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los enfrentamientos entre clanes o los accidentes que involucran a las lanchas rápidas usadas por los narcos.
Violencia
Ceuta fue noticia hace unas semanas debido a la muerte a tiros de un militar en la barriada de El Príncipe. La investigación parece indicar que el asesinato ocurrió por error, al ser confundido el fallecido con otra persona; sin embargo, la noticia es ilustra el grado de inseguridad que se vive en determinados barrios de la ciudad.
Tiroteo esta noche en el barrio del Príncipe de Ceuta. La semana pasada asesinaron en este mismo lugar a un niño de 15 años de un tiro en la cabeza. pic.twitter.com/qLh1TNMoIO
— Niporwifi © (@niporwifi) April 21, 2022
El narcotráfico provoca enfrentamientos entre las bandas que luchan por el control de las barriadas, zonas a las que la policía no entra y donde fuentes de los FCSE reconocen que “hay verdaderos arsenales”. El barrio es un foco de problemas y desarraigo, ya que en los últimos años han saltado a la prensa numerosas noticias sobre la desarticulación de células yihadistas ocultas en sus laberínticas calles. Es el caso de la viuda de Kokito, un yihadista del Estado Islámico cuya esposa procedía de Ceuta.
Las mismas fuentes explican que estas bandas están formadas en su mayoría por jóvenes españoles nativos de Ceuta de religión musulmana, muchas veces de tercera generación, de ambientes marginales y que tratan de imitar la estética mafiosa de la Mocromafia (mafia marroquí asentada principalmente en el norte de Europa).
Sin embargo, hay pocas relaciones con esta. Las organizaciones criminales que amenazan Ceuta son oriundas, no son filiales ni pertenecen a bandas europeas; aunque, sí han alcanzado acuerdos puntuales, señalan las fuentes citadas. Su campo de actuación se centra en el envío de hachís a la Península principalmente, aunque también han llegado a realizar envíos de cocaína a España y de pastillas tranquilizantes a Marruecos.
El dinero que mueven provoca conflictos entre quienes se disputan el negocio, lo que degenera en reyertas -tiroteos incluidos-. Las cifras oficiales señalan que, en 2019, la cifra de criminalidad en Ceuta era 10 puntos superior a la media de España, aunque al igual que en el resto de España cayó bruscamente durante el Covid; un 44% en el caso de la ciudad autónoma. En 2022 no se han registrado aún las cifras oficiales, pero las mismas fuentes policiales esperan que vuelvan a dispararse.
Reducir la criminalidad en las zonas más problemáticas de la ciudad de Ceuta es una actividad compleja y que preocupa a la Policía. La comunidad musulmana que habita estos lugares coopera con dificultad con los FCSE y a esto se le une que Ceuta es un lugar pequeño en el que todos se conocen y el empleo de figuras como los confidentes es problemático y en ocasiones impreciso.
Oportunidad
Son necesarias otras acciones, además de la presión policial. Ofrecer una alternativa laboral a los jóvenes que integran las pandillas es importante. Actualmente, la economía de las ciudades autónomas está tocada, desde que en 2020 se cerrara la frontera por parte de Marruecos con la excusa del Covid, cortando así el comercio atípico con España e impulsando las transacciones y el contrabando en la zona marroquí de régimen especial que rodea a ambas localidades.
Esto ha hecho que España deba repensar qué quiere en Ceuta y Melilla de ahí que podamos esperar un cambio en el rol de nuestras ciudades.
Jaime Bustillo, economista de la ciudad de Melilla, señala que “es importante construir una alternativa económica” ya que muchos de los sectores de la ciudad obtenían sus fondos del intercambio fronterizo, con ello, la ciudad debe tener la oportunidad de desarrollar un nuevo modelo económico. El economista apunta que nuestra ciudad podría convertirse en un centro logístico para la escala de buques y yates que atraviesen el Estrecho, compitiendo de paso con Gibraltar.
En cuanto a los desarrollos en infraestructuras marroquíes, no los ve como una amenaza a este modelo; ya que España y Marruecos aspiran a clientes diferentes, ya que los estándares de calidad del país africano espantan al público de alto standing.

Sumado a esto está el turismo, que es un potencial por explotar. Un plan de desarrollo podría poner a Melilla en el mapa como destino de los cruceros turísticos. Otro punto que algunos economistas indican que se podría desarrollar es el offshoring, imitando lo que Gibraltar o Chipre suponen para la Unión Europea.
La oportunidad para atajar problemas graves está ahí. Marruecos ha tratado de ahogar a las ciudades forzando a estas a reinventarse, buscando una alternativa al modelo que convirtió a Ceuta y Melilla en un bazar, y que ha degenerado en los actuales problemas de criminalidad.
Con todo, el camino no está claro, las autoridades a todos los niveles -local,nacional y comunitario- deben invertir en las ciudades para evitar dar pasos en falso o recaer en el comercio atípico, que como denuncia Bustillo, tiene aún muchos adeptos que buscan su regreso.
Bibliografía
https://elfarodeceuta.es/anuario-estadistico-interior-ceuta/ cifras 2019 Ceuta
https://elfarodeceuta.es/ceuta-registro-personas-condenadas-2021/cifras COVID Ceuta crímenes
https://www.elmundo.es/espana/2017/11/09/5a035c33468aebb5298b462b.htmlel príncipe yihad
https://www.europasur.es/campo-de-gibraltar/cierre-fronteras-Ceuta-Melilla-Marruecos_0_1664235210.html cierre de las fronteras terrestres
https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-10-12/marruecos-dispuesto-a-apretar-de-nuevo-las-clavijas-a-ceuta-y-melilla_1629758/ comercio atípico
https://www.elmundo.es/cronica/2017/11/03/59f6146346163f275c8b4587.htmlHachís Marruecos
https://atalayar.com/content/marruecos-concede-las-10-primeras-autorizaciones-para-el-cultivo-de-cannabis legalización hachís marruecos