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El pasado 9 de diciembre la policía belga llevaba a cabo una serie de redadas que pusieron patas arriba el parlamento europeo. La operación anticorrupción acaba con la detención de una de sus vicepresidentas, Eva Kaili, así como su pareja y su padre y otros miembros del parlamento.

La detención de una vicepresidenta del europarlamento, algo que sólo puede producirse cuando se la descubra en flagrante delito debido a la inmunidad parlamentaria, ya era de por sí suficiente noticia, pero en realidad la operación no terminaba con Kaili, sino que acaba de empezar, siendo la punta del iceberg de una red de sobornos y corrupción para asegurar la influencia de países extranjeros como Qatar y Marruecos, en la que es la única institución elegida democráticamente de manera directa en la Unión Europea.

El hemiciclo del Parlamento Europea en Estrasburgo durante la sesión plenaria de 2014. Autor: Diliff

Qatar

Aunque la policía sólo dijo que los sobornos se enmarcaban en una operación de influencia extranjera y no citó al país o países culpables, la prensa pronto confirmo que se trataba de Qatar. El gobierno qatarí intentaba ganar influencia en el Parlamento Europeo justo antes del mundial con regalos a los europarlamentarios. Para muchos en Bruselas esta fue la última pieza para encajar el puzle de lo que estaba ocurriendo en el Parlamento con respecto a Qatar.

Ahora todo encajaba. Ahora tenían sentido las declaraciones de la ya exvicepresidenta (fue despojada del cargo en cuanto se confirmó la investigación en su contra) Eva Kaili afirmando en sede parlamentaria que Qatar era un país “pionero” respecto a derechos laborales, al mismo tiempo que se denunciaban miles de muertos en la construcción de los estadios para la cita futbolística.

Ahora sabemos que, como no podía ser de otra manera, no eran declaraciones sinceras sino compradas por Qatar. En su casa se encontraron 150.000 euros en efectivo y su padre fue detenido mientras salía de un hotel con una bolsa cargada de dinero. Al parecer ya se había enterado de la operación y trataba de ocultar parte del efectivo.

La entonces vicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili, durante una reunión en Qatar.

Qatar tenía interés en el parlamento europeo por distintos motivos. En primer lugar, forma parte de su ofensiva para mejorar su imagen exterior, algo que ya han sufrido otros parlamentos como el británico. En segundo lugar, en Doha están pendientes de la aprobación de importantes acuerdos comerciales, como el aéreo, que permitiría a la aerolínea estatal Qatar Airways operar sin limites en el mercado y en el espacio aéreo europeo. Otro ejemplo sería el acuerdo de liberalización de visados.

En definitiva, garantizarse un parlamento europeo favorable no sólo suponía un espaldarazo a su imagen en Europa, sino que además abría la puerta a la aprobación de esa legislación que persigue el gobierno qatarí.

A pesar de sus ambiciosos objetivos, lo cierto es que la operación ha dado al traste con los intereses del país anfitrión del Mundial de fútbol. Tras conocerse el caso, el Parlamento Europeo ha suspendido cualquier trabajo relacionado con Qatar, incluyendo la liberalización de visados y el acuerdo de cielos abiertos. Además, se han prohibido todos los grupos de amistad no oficiales con terceros países (afectando, obviamente, al grupo de amistad con Qatar).

Dinero incautado durante la operación en la casa de Eva Kaili. 

Sin embargo, el caso estaba lejos de terminar en Doha. La detención del antiguo eurodiputado italiano y actual director de la ONG ‘Lucha contra la Impunidad ‘, Pier Antonio Panzieri, en cuya casa se encontraron 600.000 euros, abre la investigación a otros lugares. No sólo Qatar estaba tratando de comprar el Parlamento Europeo, Marruecos también trataba de influenciar ilegalmente en la institución.

Marruecos

La propia orden de detención de Panzieri ya mencionaba a Marruecos, por lo que los focos se desplazaron de Doha a Rabat. En los últimos años, el gobierno marroquí no ha escatimado en gastos a la hora de asegurar sus objetivos, actuando como un lobby tremendamente efectivo para defender sus intereses en el continente, que no son pocos.

Como cuestión principal está el asunto del Sáhara Occidental para el que Marruecos pretende conseguir apoyos a golpe de talonario, pero no sólo eso, los acuerdos pesqueros con la UE (en aguas en disputa con el Frente Polisario), fundamentales para la monarquía marroquí o, la colaboración en materia migratoria y de seguridad, son los factores que explican ese interés de Rabat por la cámara de Bruselas y Estrasburgo.

El actual embajador de Marruecos en Polonia, Abderrahim Atmoun, es la figura clave en la rama marroquí de la red de sobornos. Atmoun es sospechoso de haber financiado a Panzieri y se le reconoce como el artífice de la benevolencia que suele mostrar el Parlamento comunitario respecto a Marruecos a través de la Comisión Parlamentaria Mixta de Marruecos y la UE que copresidió desde su creación en 2011 hasta 2019. Gracias a este cargo, Atmoun tenía acceso permanente a los eurodiputados, lo que le permitía extender fácilmente el discurso marroquí por la cámara.

Abderrahim Atmoun junto al presidente de Polonia Andrzej Duda. Fuente: Presidenciapolaca

La antigua eurodiputada Ana Gomes declaró que Marruecos tenía prácticamente una oficina permanente en el bar del Parlamento y que cada vez que se debatía alguna cuestión relativa al Sahara aparecía Panzieri para defender los intereses marroquíes.

De hecho, la trama marroquí no es sólo la ocurrencia de una manzana podrida en el seno de su diplomacia, sino que implica también a los servicios secretos de Rabat, siendo una operación de injerencia al más alto nivel. Es más, la actuación de la fiscalía belga se realiza en colaboración con los servicios secretos polaco, italiano, griego, francés y español, que trasladaron sus investigaciones a la policía belga.

Con la información de la que disponemos hoy, todo apunta a que Qatar se introdujo en una trama de corrupción creada por Marruecos, que llevaba años tratando de influir en Europa (la cabeza europea de la trama, Panzieri, dejó el Parlamento Europeo en 2019).

La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O’Reilly, emitió un escrito muy duro en el que aseguraba que este escandalo era la consecuencia de las deficiencias en el marco ético del parlamento y años de negligencia en la lucha contra la corrupción.

No le faltaba razón. El Parlamento es, de las tres instituciones fundamentales de la UE (Consejo, Comisión y Parlamento) la que menos poder legislativo tiene y aún así la trama de corrupción se centra en él por un motivo muy sencillo, es la más fácil de comprar.

Antonio Panzeri en el Parlamento Europeo

Para empezar, se permite a los eurodiputados que tengan otro trabajo y aproximadamente un cuarto de ellos lo tienen con sus consiguientes conflictos de intereses. Además, los diputados no tienen la obligación de publicar todas sus reuniones a pesar del daño a la transparencia que esto supone, y lo mismo ocurre con los lobbies, sólo las cabezas de los comités y los rapporteurs están obligados a relevar sus reuniones con lobbies externos.

Esto, unido a un sistema donde son los diputados los que se vigilan a si mismos y dónde no se protege a aquellos whistleblowers que denuncien la corrupción, ha generado el caldo de cultivo perfecto para que intereses de terceros actores ajenos a la UE ganen influencia a base de talonario.

La presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, visiblemente enfada durante su discurso, prometió que nada volvería a ser como antes y que el parlamento reforzaría sus medidas anticorrupción, de transparencia y aumentaría la protección para aquellos que la denuncien, asegurando que estas reformas se introducirían rápidamente cuando comience el nuevo año. Son acciones bienvenidas, pero de momento no pasan de declaraciones, habrá que ver si finalmente se implementan y si son suficientes.

El Parlamento Europeo ha sido durante muchos años vulnerable a la influencia de actores con intereses diferentes a los de la UE por su propia complacencia y falta de rigurosidad a la hora de evitar tales comportamientos.

Este es un error mayúsculo pues la UE se juega la credibilidad de sus instituciones en este asunto, la imagen de Bruselas ha quedado dañada en su conjunto y cuesta entender como se ha permitido durante tanto tiempo que países con intereses contrarios a los europeos, como es el caso de Marruecos, tengan acceso casi ilimitado al Parlamento.

Desde la institución prometen que este escandalo ha marcado un antes y un después y que a partir de ahora aquellos países que traten de influir ilegalmente en el continente lo tendrán mucho más difícil. Esperemos que así sea, la credibilidad de la Unión en su conjunto está en juego.

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