Medio de comunicación independiente

Guillermo Pulido Pulido

El ambiente político en Estados Unidos lleva años polarizándose, y la creciente ola de violencia política, actos de terrorismo, de crímenes de odio y asalto al Congreso, ha generado una corriente de opinión que considera que ese país se dirige a algún tipo de Segunda Guerra Civil.

La tesis de la guerra civil

Para apoyar la idea de un hipotético enfrentamiento civil armado futuro en EE.UU, (1) se suelen mostrar gráficos de la fuerte separación ideológica entre estadounidenses:

(2) También se exponen gráficos de cómo los últimos años, los actos de terrorismo han aumentado en EE.UU.:

(3) Por último, lo anterior se mezcla con alusiones al "aceleracionismo", una teoría que viene a decir que cuanto peor mejor para lograr la muerte de un sistema social decrépito y alumbrar, mediante la violencia, un renacimiento que haya purgado todas las taras.

En general, se cita la obra de ficción Los diarios de Turner, en el que un grupúsculo de personas de ideología supremacista blanca y que creen en la violencia, inician atentados para crear una espiral de acción reacción que lleva a la guerra racial y para destruir el gobierno de Estados Unidos.

Cabe destacar que el aceleracionismo no es realmente una teoría, ni es exclusiva de la extrema derecha supremacista blanca, sino que es una etiqueta que reúne filosofías de todo tipo. Por ejemplo, Marx era aceleracionista, ya que creía que el objetivo de los partidos socialistas no debía ser el reformismo que mitigara el proceso autodestructor del capitalismo, aliviando las condiciones de vidas de la clase obrera; sino que debía dejarse que el capitalismo siguiera acelerándose hasta autodestruirse (por ejemplo, ver Crítica del programa de Gotha).

El aceleracionismo aplicado a Estados Unidos en la actualidad no tiene nada que ver con el materialismo dialéctico de Marx, sino que, como expliqué en mi artículo "Sorel en Washington", los críticos de democracia liberal (de izquierda y derecha) creen que rompen la unicidad generando una atomización de grupos e ideas, que en lugar de cooperar terminan radicalizándose y luchando entre sí.

Los filósofos Max Horkheimer y Theodore Adorno, neomarxistas fundadores de la escuela de Frankfurt, en su magistral obra Dialéctica de la Ilustración, exponen la tesis de que es la racionalidad individualista de la modernidad e ilustración, y la cultura de masas de la democracia, lo que inevitablemente lleva al caos y esto a su vez origina el fascismo. Por otra parte, en España tenemos la filosofía de Ortega y Gasset en su libro La rebelión de las masas, con una tesis similar en la que la masa en democracia degenera en caos. Eric Voegelin, en su libro La nueva ciencia de la política, también hizo un análisis similar sobre las taras que, según este tipo de autores, generan la libertad y la democracia.

El aceleracionismo del movimiento Boogaloo actual (ver este artículo de Triana "Guerra civilismo en EE.UU: The Boogaloo") retoma esos tópicos de la crítica a la democracia liberal, añadiendo la guerra racial que sería iniciada no por grupos organizados jerárquicamente, como fue el Partido Bolchevique durante la Revolución Rusa, sino organizados en "lobos solitarios" y la "resistencia sin líderes".

El miembro del Ku Kux Klan, Louis Beam, fue la figura más notable en popularizar y estructurar la teoría de la estrategia de “resistencia sin líderes” que guió a los elementos radicales del movimiento hasta bien entrada la década de 1990. En un ensayo en 1983, Beam argumentó que los extremistas deberían organizarse en "células fantasma", compuestas por solo un miembro o a lo sumo por un puñado de ellos, que llevarían a cabo acciones violentas contra el Estado. Aunque los escritos de Beam no unieron de manera formal a los miembros más extremistas en proseguir con esa estrategia, todos los miembros de la comunidad del poder blanco leían las mismas obras y escritos que ayudaban a mantener la cohesión ideológica. Lo más fundamental de la idea de "resistencia sin líderes", consiste en <<una pesadilla de inteligencia para un gobierno” tratar de rastrear las células desconectadas, todas operando bajo su propia dirección y no bajo la guía de un líder organizacional>>.

El acusado del atentado de Oklahoma de 1995, que mató a 168 personas, Timothy McVeight, dejó un ejemplar de Los Diarios de Turner en su furgoneta y no parece que hubiera una gran organización tras él, sino que, siguiendo la filosofía de la "resistencia sin líderes" solo un muy reducido número de personas organizaron el ataque

Dando por cierto el relato de que los EE.UU. se dirigen a una guerra civil, podría pensarse que cada vez habrán más actos terroristas por lobos solitarios o pequeños grupos organizados bajo la filosofía de la "resistencia sin líderes", que irá exacerbando la hostilidad entre los grupos de extrema derecha y los de extrema izquierda, extremistas negros separatistas (ver mi artículo sobre el tema), derrumbando las estructuras del gobierno y arrastrando luego a una población polarizada.

No se fragua una guerra civil

Sin embargo, (1) los objetivos de la gran mayoría de los grupos extremistas en EE.UU. no es el aceleracionismo, el terrorismo, ni la guerra civil. (2) La cantidad de violencia y el terrorismo no ha seguido aumentado sino que se ha estancado, además que los objetivos de esa violencia, en su mayoría, se corresponde con incidentes y choques entre grupos extremistas de signo contrario entre sí, no atentados contra el gobierno que busquen desestabilizar al país.

Hay una gran confusión sobre la ideología, procedimientos y objetivos de los grupos extremistas. En el artículo sobre el extremismo negro separatista indiqué que extremismo no es terrorismo. Los grupos extremistas, como los dos partidos existentes de Panteras Negras, aunque sean grupos de odio, no tienen por objetivo el terrorismo ya que eso los convertiría en proscritos y tendrían que pasar a la clandestinidad. Por ese mismo motivo, han expulsado a miembros muy radicalizados que luego terminaron cometiendo atentados por su cuenta.

Aunque le pueda resultar chocante a muchos lectores, los principales grupos de extrema derecha en EE.UU., como los Oath Keepers, los Three Percenters o los Proud Boys, no son grupos terroristas ni justifican la violencia política para tomar el poder.

Por ejemplo, en la última evaluación de amenaza terrorista, la del año 2020, no se menciona a ninguno de esos grupos como tal amenaza. Solamente se menciona una vez a los Proud Boys por choques con grupos anarquistas en Portland (Oregón).

https://static1.squarespace.com/static/54d79f88e4b0db3478a04405/t/5e9f332ff92d080928b942f9/1587491645834/2020+Terrorism+Threat+Assessment.pdf

La Liga Antidifamación y el Southern Povertry Law Center, no califican a ninguno de esos tres grupos mencionados como grupos terroristas, ni siquiera los califica de grupos racistas de supremacismo blanco. Sí los clasifica como grupos extremistas y antigubernamentales, pero no del resto de acusaciones tan habituales en medios de comunicación e incluso en varias obras académicas que he podido leer.

Hay una increíble confusión en parte de la comunidad de especialistas en terrorismo en España, que no saben distinguir unos grupos de otros, ni la ideología que profesan, panoplia de actuación, etc. Los grupos neonazis y supremacistas blancos sí existen en EE.UU. y cometen atentados, pero muy marginales en número y tienen una organización descentralizada. Esta confusión es generalizada entre medios de comunicación internacionales y la opinión pública. De los grupos principales, solo los Boogaloo sí podrían catalogarse de violentos y supremacistas (creen en el aceleracionismo guerracivilista), pero en realidad más que un grupo es un movimiento.

Ese error de inteligencia lleva a creer que la gran mayoría de los grupos extremistas (negros como los Panteras Negras, Antifa, Milicias "Antigubernamentales", etc) enfocan su violencia para generar una especie de guerra civil, cuando la realidad está muy alejada de esa falsa apreciación.

https://csis-website-prod.s3.amazonaws.com/s3fs-public/publication/201021_Jones_War_Comes_Home_v2.pdf

Al analizar la violencia durante el año 2020, como se señala en este informe del CSIS, "The War Comes Home: The Evolution of Domestic Terrorism in the United States", se observa que prácticamente la mitad de la violencia ocurre por "dilemas de seguridad" entre grupos extremistas violentos, en el que coinciden en una localización y, tras unos momentos de tensión, la inseguridad lleva a atacar al grupo contrario de manera deliberada o preventiva.

En la siguiente imagen, se ve que el 50% de la violencia de extrema derecha se dirige contra manifestantes, y solo el 18% se ha hecho contra el gobierno.

En el caso de la extrema izquierda, los ataques a manifestantes y gobierno está casi a partes iguales.

Aunque la cantidad de ataques de la extrema izquierda es muy reducida.

En 2020, la violencia catalogada de terrorismo por el CSIS, fue menos numerosa que en 2019.

Los grupos extremistas de extrema derecha estadounidenses, como los Oath Keepers, los Proud Boys o los Three Percenters, cuando se lee sus documentos y debates, tienen por objetivo influir en el proceso político de manera legal y legítima, favoreciendo a congresistas que se alineen con sus planteamientos de gobierno mínimo, derecho a portar armas, etc. Se puede leer en sus escritos de manera explícita que lograrán grandes avances en sus objetivos si logran hacerse con el control del partido republicano apoyando a Trump. Si esos grupos se volvieran terroristas y buscaran la violencia política deliberada, entrarían en la clandestinidad y sus miembros no podrían tener empleos al ser proscritos, etc.

Es decir, aunque su ideología sea extremista, es en última instancia legal y democrática. El mismo asalto al Congreso, dentro del particular marco mental de estos grupos, lo consideran una defensa de la democracia ya que creen en la teoría de la conspiración de que las elecciones presidenciales fueron robadas. Aunque quieren un gobierno mínimo, no quieren destruir el gobierno y, a pesar de creer que las elecciones fueron robadas, siguen creyendo que el proceso político democrático es una línea de actuación viable. Es decir, no son ni aceleracionistas, ni guerracivilistas, ni terroristas, etc.

Por contra, los grupos violentos no creen que los métodos democráticos les sean útiles. Como exponen en el enlace de la Liga Antidifamación sobre el aceleracionismo:

<<"Supongo que tengo que decirlo una y otra vez", dijo un administrador de canal que usa el nombre del presentador de Fox News, Tucker Carlson, como escribió su apodo en mayo de 2019. "Desestabilizar a los EE. UU. Es la única forma de crear un movimiento masivo de cualquier tipo siempre. Por lo tanto, el aceleracionismo es el único camino hacia la victoria para cualquier persona más a la derecha que John McCain. Seamos realistas, no tenemos los números para ganar las próximas elecciones presidenciales ni las posteriores ".>>

Conclusión

(1) La gran permeabilidad de la democracia de EE.UU. a los grupos de presión, debido a la escasa organización de los partidos políticos y al sistema de distritos uninominales, y (2) la eficacia que tendrían las fuerzas del orden en desorganizar grupos terroristas y obligar a sus miembros a tener que vivir como fugitivos; (3) impone límites a que la polarización se termine transformando en un enfrentamiento civil a gran escala.

La tesis guerracivilista, que suele argumentar que (1) la polarización creciente, (2) aumento de la violencia política y terroristas, y (3) objetivos aceleracionistas o que pretenden crear una espiral de acción-reacción, por el momento no resiste un análisis detallado de lo que ocurre en Estados Unidos.

Como se ha intentado exponer, (1) aunque sí es cierto que hay una polarización creciente; (2) la violencia política y el terrorismo real, en su gran mayoría, no pretenden derrocar al gobierno o causar masacres en poblaciones que lleven a una guerra civil, sino que en su mayoría es violencia de grupos extremistas entre sí; (3) la ideología y objetivos de los principales grupos extremistas, tampoco sigue la lógica del aceleracionismo terrorista, sino que quieren participar en el proceso político democrático.

Esto no excluye que, a largo plazo, las situación podría tensarse mucho más y terminar generando condiciones de mucha más violencia y con los grupos mayoritarios apoyando el guerracivilismo. Solo se pretende señalar que la realidad, a día de hoy, sin dejar de ser grave, no se corresponde con las visiones de que América se dirige a una suerte de gran enfrentamiento armado generalizado.

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