Medio de comunicación independiente

Guillermo Pulido Pulido

La prohibición de las armas nucleares y el desarme nuclear, no serán ninguna panacea para resolver los problemas de seguridad internacional, sino que, paradójicamente, implicaría un grave problema de inseguridad e instabilidad estratégica.

Para los no iniciados en estudios estratégicos y relaciones internacionales, la entrada en vigor en enero de 2021 del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), les hace pensar que el mundo avanzará varios pasos hacia el desarme nuclear y la paz internacional.

Bomba nuclear Mark VI en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

Sin embargo, desgraciadamente, las campañas de prohibición y desarme nuclear, de terminar teniendo éxito en sus planes, generarán el efecto contrario: hace más probable el estallido tanto de guerras nucleares como de las guerras convencionales (especialmente la guerras a gran escala entre grandes potencias), creando finalmente un mundo en el que habrán proliferado las armas nucleares.

Diferencias entre el TPAN y el TNP

La principal diferencia entre el TPAN y el Tratado de No Proliferación (TNP), es que el TNP acepta y legitima la existencia de armas nucleares (en cinco países) y la amenaza del uso de las armas nucleares; mientras que el TPAN prohíbe la tenencia de armas nucleares, que se amenace con ellas y que los estados miembros colaboren en ello (no podrían aceptar armas prestadas, disuasión nuclear extendida, etc).

Es decir, el TPAN no permite hacer disuasión nuclear mientras el TNP sí lo permite. El TNP permite hacer disuasión nuclear por los estados nucleares y que los estados aliados de estos (como la OTAN) puedan amenazar a otros con el uso de las armas nucleares.

Puede parecer positivo para la paz mundial, el desarme y la estabilidad estratégica internacional, que los estados de la OTAN, Japón, etc, se adhirieran al TPAN y que ya no amenazaran directa o indirectamente con armas nucleares a los países que para ellos son una amenaza (para más información ver mi artículo "La estrategia del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares").

Participación de los diferentes Estados del mundo en el TNP.

La disuasión nuclear impide guerras a gran escala

Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que la disuasión nuclear ha mantenido la paz mundial incluso en las situaciones de alta tensión internacional de la guerra fría. De hecho, desde que existen las armas nucleares, no ha ocurrido ninguna guerra a gran escala entre dos potencias nucleares.

El terror nuclear induce a que los decisores de los estados nucleares procedan con cautela por el temor a una destrucción apocalíptica (ver mi artículo "Armas nucleares y paz nuclear")

Una crítica acertada es que las armas nucleares no disuaden de conflictos convencionales a pequeña escala y que no son existenciales para los estados nucleares, como fue la invasión argentina de las Malvinas o la Guerra del Yom Kippur.

No obstante, las armas nucleares sí disuaden de invasiones totales de un país a otro, o de la conquista de importantes segmentos de su territorio. Por ejemplo, los países árabes que invadieron Israel en 1973 no tenían planes de conquistar todo el país, sino solo segmentos de territorio perdidos en la guerra de 1967 (cuando Israel no tenía arsenal nuclear), para no provocar una represalia nuclear israelí o una intervención de Estados Unidos.

Siempre que los arsenales nucleares tengan una fuerza creíble de segundo ataque (capacidad para sobrevivir a un primer ataque y hacer luego una represalia), habría una situación estratégica de terror nuclear estable, tal y como explica Robert Jervis en su libro The meaning of nuclear revolution.

Sin disuasión nuclear habrán más guerras convencionales

Puede parecer contradictorio afirmar que al eliminar la disuasión nuclear, las guerras convencionales se harán más probables. Al fin y al cabo, se han dado casos de guerras de cierta importancia que involucran a potencias nucleares, como la árabe-israelí de 1973, la Guerra de las Malvinas, las guerras en Afganistán, Vietnam, etc.

Sin embargo, esos casos son de guerras entre estados nucleares con estados no nucleares. La disuasión nuclear se fundamenta en el terror de la represalia nuclear. Cuando un estado nuclear y no nuclear entran en guerra, no hay temor a que haya una espiral de escalada en el conflicto que desemboque en el empleo de armas nucleares. Este terror nuclear emerge del dilema de "usar o perder" tus armas nucleares mientras transcurre el conflicto.

Dado que el adversario puede atacar y destruir tu arsenal nuclear en un primer ataque, si el conflicto escala a cierto nivel es racional atacar tú primero para destruir el arsenal enemigo y dañar gravemente la infraestructura económica y civil adversaria. Ese dilema de "usarlo o perderlo" no existe cuando solo uno de los estados es nuclear y de ahí que se hayan dado guerras limitadas cuando alguno de los estados no es nuclear, y no se hayan producido guerras entre estados nucleares.

Por ese motivo, como las principales potencias del sistema internacional son estados nucleares, se ha logrado mantener la paz mundial. En caso de desarme nuclear, el terror de la disuasión nuclear y del dilema de "usar o perder", se evapora y las grandes potencias podrían entrar en guerra sin miedo a la destrucción apocalíptica.

John Mearcheimer en su libro Conventional Deterrence, expuso varios estudios de caso de cómo la disuasión convencional suele fracasar al tener escasa capacidad de represalia. Básicamente, la disuasión se divide en disuasión por represalia y por negación. La disuasión por negación se basa en la destrucción de la fuerza armada enemiga, mientras la disuasión por represalia es la que destruye infraestructura civil a modo de castigo. La escasa capacidad de destrucción de las armas convencionales (en comparación con las nucleares), indujo a cálculo estratégicos en los decisores de que podía comenzar una guerra que no implicase sufrir un gran daño civil, mientras destruían decisivamente una grave amenaza militar.

La disuasión nuclear extendida impide la proliferación nuclear

El Tratado de No Proliferación (TNP) ha tenido mucho éxito en evitar que las armas nucleares proliferaran a docenas de países. Pero ese éxito no se debe a la iniquidad del papel y la tinta del tratado en sí. No ha sido el idealismo, sino el interés estratégico más básico, lo que ha mantenido la no proliferación.

En los años de la década de 1960, multitud de países iniciaron programas nucleares enfocados a la obtención de material fisible para fabricar bombas nucleares. Sin embargo, las grandes potencias se unieron entorno al TNP (que les permitía tener armas nucleares, amenazar con ellas, etc) y presionaron al resto de potencias para impedir que siguieran adelante con sus intenciones de desarrollar armas atómicas.

Las presiones y la disuasión de los países nucleares a sus aliados (la URSS a los estados del Pacto de Varsovia o Cuba, EE.UU. a los países de la OTAN, Japón, Australia, etc), también eliminó el incentivo para que estos estados desarrollaran sus propios arsenales atómicos.

2000 velas en memoria del accidente de Chernóbil ocurrido en el año 1986, en una conmemoración de los 25 años de este accidente nuclear, así como por el desastre nuclear de Fukushima ocurrido en el año 2011.

Como explica France Gavin en su artículo en la International Security "Strategies of Inhibition. U.S. Grand Strategy, the Nuclear Revolution, and Nonproliferation", <<Estas estrategias (de EE.UU.) para inhibir la proliferación nuclear emplean diferentes políticas que habitualmente no se ven como entre sí. Estas estrategias incluyen tratados; normas; diplomacia; ayudas; venta de armas convencionales; alianzas y garantías de seguridad; controles de exportación, información y tecnología; inteligencia; postura nuclear preventiva contrafuerza; defensas antimisiles; sanciones; coerción; interdicción; sabotaje; e incluso la amenaza de una acción militar preventiva. Los EE.UU. han aplicado estas medidas a amigos y enemigos por igual. Estas estrategias vinculadas de inhibición han sido una característica independiente y conductora de la política de seguridad nacional de EE.UU. durante más de siete décadas.>>

De no haber disuasión nuclear extendida, muchos de esos estados tendrían grandes incentivos para desarrollar sus propios arsenales. Corea del Sur tendría que desarrollar armas nucleares para disuadir a su vecino del Norte. Si Alemania y varios países de la OTAN se unieran al TPAN, la aplicación eficaz de la disuasión nuclear extendida se vería socavada, lo que induciría a varios países del Este de Europa a desarrollar sus armas nucleares para evitar el destino de Ucrania. Un caso particularmente inquietante es el de Turquía, la OTAN y las armas nucleares, como explico en mi artículo "Nuclear Sharing: Turquía la OTAN y la proliferación nuclear".

Estos y otros detalles sobre los efectos del TPAN en los países aliados de estados nucleares se explicaron en el artículo "La estrategia del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares".

El TPAN no es una campaña de desarme inteligente

No debe confundirse el TPAN y la campaña de ICAN (Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares) con algunas de las campañas de desarme internacional (como Global Zero) o los tratados de control y reducción de armas.

Como he explicado en mi artículo "Estabilidad Estratégica", la simple existencia de armas y arsenales nucleares no implica que se genera una situación de disuasión nuclear. La estrategia nuclear y la disuasión nuclear son asuntos muy complicados y de una gran sutileza, en el que la variación de pequeños detalles generan cambios estratégicos de grandes proporciones.

Si los arsenales nucleares no tienen características muy específicas en sus estructuras estratégicas, posturas operativas, doctrinas de empleo, no garanticen un adecuado equilibrio en las salvas de primer y segundo ataque, las armas nucleares no generan estabilidad estratégica y paz nuclear, sino que inducirán a crisis de seguridad y ataques anticipatorios.

Conscientes de esas realidades estratégicas, las superpotencias nucleares han mantenido un diálogo constante para que el diseño de sus arsenales nucleares genera estabilidad estratégica y no degeneren en coyunturas estratégicamente inestables. Los tratados SALT, START y New START, son claros ejemplos de ello.

Global Zero pretende un mundo sin armas nucleares, y está apoyada por personalidades tan poco sospechosas de irreflexión estratégico como es Henry Kissinger y James E. Cartwright. Recordemos que Kissinger es uno de los autores más influyentes en temas de disuasión nuclear al publicar en 1957 su magistral libro Nuclear Weapons and Foreign Policy, además de ser el artífice del memorable Tratado de Moscú (SALT-I) de 1972. El general James E. Cartwright dirigió el Mando Estratégico de EE.UU. (STRATCOM) entre 2004 y 2007.

James E. Cartwright

Global Zero no hace una campaña estratégicamente irreflexiva y absurda (como ICAN), sino que ha propuesto una reducción en fases, paulatina y equilibrada de los arsenales de EE.UU. y Rusia, para luego comenzar reducciones en los arsenales del resto de potencias. En el proceso también se irían desalertando los arsenales para evitar el riesgo de un primer ataque preventivo cuando los arsenales sean reducidos en cantidad y evitar guerras accidentales.

Es cierto que la propuesta de Global Zero no está exenta de problemas y es sumamente discutible, pero es una propuesta razonable desde el corpus canónico de los estudios estratégicos y de seguridad.

La objeción principal es que no resuelve el problema de la inestabilidad inherente que tiene la disuasión convencional, lo que podría generar un mundo en el que la guerra de alta intensidad entre grandes potencias fuera mucho más probable.

Por consiguiente, la discusión radica en si el riesgo del regreso de grandes guerras entre grandes potencias, como la Primera y Segunda Guerra Mundial, es preferible a la disuasión nuclear en estabilidad estratégica gestionada diplomáticamente mediante tratados como el SALT y el START. Aunque cabe destacar que las propuestas del estilo Global Zero, sí resuelven el problema de la proliferación nuclear y son un camino relativamente realista hacia el desarme nuclear.

Por contra, campañas como las de ICAN y el TPAN, al promover prohibiciones nucleares unilaterales y asimétricas, pretenden simplemente generar una "cascada normativa" abstraída de las complejidades de la teoría estratégica y la estabilidad estratégica.

Conclusión

La campañas de prohibición de armas nucleares y de desarme nuclear, pueden parecer moralmente loables y de lógica aplastante: si las armas nucleares son una terrible amenaza para la humanidad, al erradicar esas bombas se desvanecería dicha amenaza.

Desgraciadamente no es tan simple. El TPAN al dificultar o eliminar un uso creíble de las armas nucleares socava gravemente la disuasión. Al socavar la credibilidad de la disuasión , el TPAN inducirá a que al final del proceso haya mucho más riesgo de proliferación nuclear, ya que, como se ha expuesto, la disuasión nuclear extendida ayuda decisivamente a dar seguridad a países potencialmente nucleares con conflictos internacionales.

Además, el TPAN, al dañar la disuasión nuclear incrementaría el riesgo de enfrentamientos entre grandes potencias y aumentaría el número e intensidad de enfrentamientos armados convencionales.

Una reducción no meditada de los arsenales nucleares y la credibilidad de la disuasión, como se propugna desde el TPAN e ICAN, también amenaza con generar una situación de inestabilidad estratégica entre los arsenales nucleares de los estados nuclearizados (induciendo a una guerra nuclear).

Estados firmantes del TPAN: En verde los participes y en amarillo los países firmantes.

Es decir, la campaña de TPAN e ICAN, tal y como está planteada en estos momentos, (1) corre un serio riesgo de incrementar el riesgo de guerra nuclear, (2) aumenta la probabilidad de guerras convencionales, y (3) genera incentivos para la proliferación nuclear en lugar de generar incentivos para su erradicación.

Por estos motivos, no cabe sino denominar estas iniciativas y tratados de tierraplanismo y cuñadismo estratégico.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.