Irak asalta a milicias proiraníes en nueva escalada del conflicto
El conflicto entre los EEUU e Irán que se desarrolla en Irak ha alcanzó un nuevo hito ayer, con las fuerzas antiterroristas del CTS asaltando un cuartel de la milicia Kataib Hezbollah, la milicia de Movilización Popular (PMU) más poderosa y activa en Irak.
Esta milicia es la principal punta de lanza de Irán en Irak y es la principal responsable de los ataques con cohetes que desde fines de 2019 a la actualidad, se han venido ejecutando contra la presencia de EEUU y Occidente (recordemos que hay tropas de varios países OTAN asistiendo al gobierno de Irak para luchar contra el ISIS).
Como he explicado en varias ocasiones, Irán tiene la estrategia de atacar a las tropas occidentales que luchan contra el ISIS, ya que al mismo tiempo funcionan como contrapeso a las milicias proiraníes de las PMU, algo que es sumamente apreciado por suníes, kurdos y una fracción muy importante de los chiítas no proiraníes.
La estrategia iraní de hostigar a la coalición occidental fracasó cuando los EEUU mataron a Soleimani y Muhandis. Como expliqué aquí, las PMU proiraníes quedaron completamente desorganizadas y perdieron toda coherencia táctica.
Además, la demostración de resolución norteamericana y la pérdida de poder de Irán que esas muertes causaron, indujo a que nada menos el ayatolá y marja Alí al-Sistani (el principal líder esperitual del chiísmo, clárigo iraquí opuesto teológica y políticamente a la influencia del actual régimen iraní en Irak), retirara el apoyo a las PMU que había formado en 2014, mediante una trascendental fatua, para luchar contra el ISIS tras la toma de Mosul.
Las PMU fueron instrumentalizadas por Irán para intentar tomar los resortes del poder en Irak de manera soterrada. Al-Sistani, al retirar el apoyo público a las PMU indujo a que varias importantes milicias se retiraran y se pusieran bajo otra autoridad, debilitando tanto a las PMU como la legitimidad de los grupos proiraníes.
Desde entonces, kadihimi, el nuevo primer ministro iraquí, acusado por los proiraníes de ser una marioneta de EEUU debido sus antecedentes (como expliqué aquí), no había hecho demasiado para desarticular a las PMU. Lo único destacable fue el asalto contra un grupo proiraní relativamente poco importante en Basora, después que varios de sus miembros dispararan contra la enésima manisfestación contraria al régimen de Irán.

De facto hubo una suerte de tregua de facto, como consecuencia de los ataques de EEUU y las muertes de Soleimani y Muhandis, así como del fin del apoyo de al-Sistani, y la actividad de las PMU proiraníes se redujo considerablemente unos meses.
Sin embargo, las últimas semanas comenzó un nuevo ciclo de ataques por parte de las milicias proiraníes contra el despliegue de EEUU y los países occidentales contra el ISIS en Irak. Ese nuevo ciclo de ataques en lo que terminó desembocando en los arrestos contra Kataib Hezbollah de ayer.
Aunque los ataques no se los atribuía nominalmente esa milicia y eran reivindicados por milicias de nuevo cuño, en realidad esas nuevas milicias no eran sino burdos intentos por los que Kataib Hezbollah quería retomar su estrategia de hostigamiento y ataques, que había comenzado a en el último trimestre de 2019 y tuvo su punto culminante en la muerte de Soleimani.

Kataib Hezbollah reivindicaba con otros nombres los ataques como intento de negación plausible y evitar la atribución, para de ese modo no sufrir nuevos y duros ataques de represalia de EEUU o las fuerzas de seguridad iraquíes.
El motivo por el que Kataib Hezbollah retomó hace unas semanas los ataques contra la coalición occidental que lucha contra el ISIS, está en el inicio de las conversaciones para el Diálogo Estratégico entre EEUU e Irak.
En el Diálogo Estratégico se deciden temas de seguridad (presencia de EEUU en el país) y trascendentales asuntos económicos para el futuro de Irak. Lo que pretenden las milicias proiraníes con sus ataques es forzar la retirada de los militares estadounidenses de Irak, intentando crear daños que sean insostenibles e impidan ejecutar operaciones antiterroristas (dejando sin sentido la presencia de EEUU en Irak).
Hay que recordar que tras la muerte de Soleimani y Muhandis, el parlamento iraquí, solo con los votos chiitas, hizo una declaración por la que pedía al primer ministro que comenzara negociaciones para la salida de EEUU de Irak. Como expliqué en su momento, tal petición no era sino un brindis al Sol que incluso mucho chiies iraquíes sabían que no les convenía. Evidentemente el asunto era una iniquidad en un callejón sin salida, y los militares de EEUU siguen en Irak.
Sin ir más lejos, antes de la primera reunión para el diálogo estratégico (que se se llevó a cabo el 12 de junio), el actual primer ministro (Kadihimi) presentó un plan al parlamento para dicho diálogo. El plan fue aprobado por el parlamento y no se mencionaba la salida de las tropas de EEUU de Irak.
Es más, el propio al-Sistani dijo que el asunto de la retirada de las fuerzas militares de EEUU no debía plantearse en estos momentos, y que debería dejarse para el próximo gobierno elegido democráticamente, algo que podría demorarse años ya que ello implicaría nuevas elecciones y nuevo parlamento.

Para colmo, entre los partidos chíies, varios importantes se han posicionado a favor de un diálogo constructivo con EEUU (lo que implica una retirada no apresurada ni inminente, como dice Sistani), como el Al-Hikma (de Hakim) y Nasr (al-Abadi, que fue primer ministro durante años, desde la dimisión de Maliki en 2014 hasta 2018); mientras que a favor de los intereses iraníes están los grupos habituales (Estado de la Ley, de Maliki; Sairoon, de Muqtada al-Sadr; etc). Naturalmente, los suníes y kurdos están a favor del Diálogo Estratégico y la presencia de EEUU en Irak.
Con este orden de cosas, los ataques encubiertos de Kataib Hezbollah buscaban dejar en evidencia la posición del primer ministro Kadhimi, ya que de no ser capaz de mantener el orden y la seguridad del despliegue de la misión antiterrorista occidental que lidera EEUU, tendrían que ser los EEUU y sus aliados occidentales los que tendrían que atacar y matar a los militantes proiraníes.
El CTS forma parte de los cuerpos de seguridad iraquíes, aunque no pertenecen ni a la policía, Ministerio del Interior o Ministerio de Defensa, sino que son un cuerpo vinculado al primer ministro.
Este grupo fue creado con apoyo de EEUU de este modo para evitar las corrupciones y clientelas típicas del sistema político iraquí, y formar de ese modo un cuerpo profesionalizado, no politizado, bien entrenado y muy eficaz. De hecho, fue la punta de lanza en la toma de Mosul al ISIS a pesar de no estar equipados ni preparados para combates militares (por lo que tuvo que ser reforzados por compañías de carros de combates del ejército iraquí).
El CTS siempre ha tenido vínculos con EEUU y es la némesis de tanto del ISIS como de las milicias proiraníes. Según algunas informaciones, los EEUU y la Coalición dieron la información que Kataib Hezbollah iba a ejecutar uno más de sus ataques con cohetes contra el despliegue occidental, por lo que con la información recibida el CTS actuó preventivamente.
En realidad no se sabe aún con certeza si el asalto contra Kataib Hezbollah se hizo con el conocimiento y autoridad del primer ministro, si los EEUU exigieron o pidieron realmente ese ataque (o fue una operación e iniciativa estrictamente del CTS y autoridades iraquíes con información norteamericana). Pero todo parece indicar que Kadhimi sí estaba al tanto de las operaciones y de algún modo tomó partido a favor.
El asalto a un cuartel de Kataib Hezbollah por el CTS es una escalada entre el gobierno Irak contra las milicias proiraníes, ya que en estos meses se habían abstenido de hacer operaciones de este tipo. Esto añade más presión todavía a las milicias PMU proiraníes, que encajan la muerte de Soleimani, retirada de apoyo de Sistani, disminución de ayuda económica proveniente de Irán. Cabe destacar que, al poco de llegar al poder, Kadhimi nombró a Abdulwahab al-Saadi como mando del CTS, persona considerada próxima a EEUU.
Varias milicias proiraníes, después del asalto y arrestos, hicieron una demostración de fuerza por la calles de Bagdad y entrando superficialmente en la Zona Verde, exigiendo la liberación de los arrestados.
Tras varias informaciones confusas, los detenidos parece que siguen bajo custodia, por lo que la demostración de fuerza no pece que fuera muy eficaz.
No obstante, la verdadera respuesta de las milicias prorinaníes y de los grupos políticos que las respaldas aún está por verse, por lo que es probable que veamos una escalada de ataques y represalias.
El gobierno de Kadhimi enfrenta además una compleja y difícil coyuntura política, con una crisis económica que obliga a recortes que está haciendo a su gobierno muy impopular, por lo que no está en una posición sólida y el agravamiento de la situación militar y de seguridad en Irak es posible que induzca a una nueva grave crisis política.